¿Hasta dónde llega una auditoría?
Una asesoría puede cumplir los objetivos que establecen para con sus clientes, pero también tienen sus límites de actuación. Los servicios que ofrecen están bien marcados, partiendo de una serie de valores que enmarcan todas sus acciones profesionales. Los valores que utilizan las auditorías más reputadas son los siguientes:
- Responsabilidad: no puede faltar, pues toda consultoría que se precie es consciente de que sus decisiones pueden traer consecuencias negativas en sus clientes, por lo que toda acción empresarial que se desarrolle se da por sentado que ya cuenta con esta premisa. La calidad de los servicios que vayan a ofrecer, en este caso, servicios dedicados a pequeñas y medianas empresas, está garantizada. Escuchar e investigar son dos de las acciones inscritas dentro de este valor que tantas empresas adoptan como suyo propio.
- Pasión: clave indispensable para lograr alcanzar los objetivos, porque con pasión todo se consigue; es la motivación que necesitan los profesionales para infundir confianza y ánimos entre ellos y actuar de forma más positiva.
- Integridad: Ciertas acciones necesitan ir acompañadas de un análisis constante, por lo tanto las consultoras necesitan tener cierta independencia y libertad de movimientos para que la integración de actuaciones se realice de la forma más eficaz posible, sin cometer errores, y teniendo siempre presente el deseo expreso del cliente, sus objetivos, sus metas, etcétera. La asesoría laboral, legal o jurídica, por otro lado, son tres servicios que siempre tienen que guardar un punto de conexión común para poder a su vez, integrar todo el servicio dentro de dichos ámbitos.
Los servicios de las auditorías son personalizados, dependiendo de las necesidades de cada cliente, y para que éste esté contento, no siempre es un camino de rosas. La confianza es algo que se tarda en obtener, y para ganársela, una auditoría tiene que probar lo que sabe, lo que vale y sus herramientas de trabajo. Audiconsulting, por ejemplo, es una consultoría que busca implantar la confianza entre ellos y sus clientes, a largo plazo, para asegurar una buena colaboración y trato entre ambos a lo largo del tiempo, pues los servicios de una consultoría a veces resultan periódicos o continuados. Qué mejor manera de llegar a buen puerto que mantener una relación cordial, de confianza y amigable. Todo ello dentro de la profesionalidad y el respeto pertinentes.
La agilidad, por otra parte, es una característica que define el modo de actuación. Ser ágiles al cambio, a las transformaciones legislativas o judiciales, a la sociedad en general, a la economía, a cualquier factor decisivo que pueda interponerse entre los objetivos o metas y la satisfacción del cliente.
Perla Gómez, Sitelicon Web Projects
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