Anunciese Aquí

Registro automático

Acceder con Twitter

top articulo
twitter
facebook
Rss
sábado 20 de abril del 2024
Lea, publique artículos gratis, y comparta su conocimiento
Usuario Clave ¿Olvidó su clave?
¿Iniciar sesión automáticamente en cada visita?
Inserte su correo electronico

EL PODER DE LAS PALABRAS

veces visto 14381 Veces vista   comentario 0 Comentarios


Si admitimos que los pensamientos son en sí mismos generadores de energía, entonces las palabras serán las transmisoras de esa energía hacia los demás, son el resultado de  nuestro ser interior, por lo que al cuidar de ellas purificamos nuestro corazón. Las palabras tienen vida, con ellas vendimos o maldecimos.

Remontándonos a la historia bíblica, recordamos que fue mediante palabras que Dios creó los cielos y la tierra, recuerda el tan célebre “y dijo Dios” (Génesis 1,3). Por otra parte, Jesús tampoco hubiese podido hacer ninguna sanidad y ningún milagro si no hubiese pronunciado las palabras adecuadas para obtener tales resultados. Mateo 8,16 también dice que fue por medio de palabras que Jesús pudo echar fuera demonios y sanar a los enfermos.

Proverbios 18:21

La muerte y la vida están en poder de la lengua, 
Y el que la ama comerá de sus frutos.

 

Las palabras poseen mucho impacto, con ellas podemos destruir en un breve momento lo que tanto nos ha costado construir en un largo tiempo. Una palabra amable puede suavizar las cosas, puede iluminar el día para alguien, puede aligerar nuestra carga. En contraste, una palabra pronunciada fuera de lugar es capaz de arruinar algo por lo que hemos luchado tanto, es por ello que Proverbios 25,11 expresa que debemos emitir palabras a las personas indicadas y en el momento justo, estos son las palabras que  convienen.

Otro aspecto a destacar, consiste en que las palabras son un reflejo directo de nuestros pensamientos y sentimientos, ya que cuando tenemos un pensamiento, sea éste bueno o malo, lo que lógicamente hacemos es transmitirlo por medio de palabras, de ahí radica la importancia de saber refrenar nuestra lengua con sabiduría.

Santiago 3:5-6:

Así también la lengua es un miembro pequeño,

pero se jacta de grandes cosas. He aquí, ¡cuán

grande bosque enciende un pequeño fuego! Y

la lengua es un fuego, un mundo de maldad.

La lengua está puesta entre nuestros miembros, y

contamina todo el cuerpo, e inflama la rueda de la

creación, y ella misma es inflamada por el infierno.

 

Es nuestra TOTAL responsabilidad administrar el uso de nuestra lengua y de nuestras palabras. La Biblia expresa que daremos cuenta ante Dios de toda palabra ociosa y es a través de ellas que seremos justificados o condenados (Mateo 12, 36-37).

Las palabras son el resultado de los pensamientos que habitan en nuestro corazón y Dios no tiene decisión sobre esto, somos nosotros los que decidimos guardar cosas buenas o malas, y en el momento que lo deseamos sacamos lo que habita ahí dentro:

Lucas 6,45:

El hombre bueno, del buen tesoro de su corazón

saca lo bueno; y el hombre malo, del mal tesoro

de su corazón saca lo malo; porque de

la abundancia del corazón habla la boca.

 

Las palabras que expresemos a diario serán el termómetro por excelencia para medir la abundancia que hay en nuestro corazón. Así sea abundancia de bondad o abundancia de maldad.

 

EL IMPACTO DE LAS PALABRAS NEGATIVAS:

La ausencia de los pensamientos de Dios en nuestro corazón es la razón principal por la cual expresamos toda clase de las palabras negativas u ofensivas, estas son palabras corrompen el alma:

Proverbios 12:18

Hay hombres cuyas palabras son como golpes de espada; 
Mas la lengua de los sabios es medicina.

 

La Biblia nos enseña que no es precisamente lo entra en la boca lo que contamina al hombre, sino mas bien las palabras que sale de ella, es decir nuestras palabras (Matero 15, 17-18).

Cualquier clase de palabras que no traigan consigo una edificación o provecho para el escucha, son palabras que habremos de desechar de nuestro vocabulario, ya que es lógico que palabras llenas de odio y resentimiento producirán más odio y más resentimiento en sus receptores.

Papá Dios es muy enfático sobre mantener un correcto vocabulario:

Malaquías 3:13:

Vuestras palabras contra mí han sido violentas,

dice Jehová. Y dijisteis: ¿Qué hemos hablado contra ti?

 

Fueron precisamente por las palabras, que continuamente se daban los distanciamientos entre Dios y los hombres, puesto que Él aborrece toda clase de lengua que expresa palabras cargadas de maldad, veamos otros ejemplos:

Salmos 52:2

Agravios maquina tu lengua;
Como navaja afilada hace engaño.

 

Salmos 34:13

 Guarda tu lengua del mal,
Y tus labios de hablar engaño.

 

Proverbios 15:2

La lengua de los sabios adornará la sabiduría; 
Mas la boca de los necios hablará sandeces.

 

Romanos 3:13

Sepulcro abierto es su garganta; 
Con su lengua engañan.
Veneno de áspides hay debajo de sus labios; 
 

En definitiva, Dios desea que todas las palabras que pronuncies produzcan frutos y edificación hacia los oyentes, de lo contrario solo estarás transmitiendo palabras de carencias y necesidad, palabras de destrucción que terminarán por empobrecer a la gente en lugar de enriquecerla y bendecirla.

Las palabras negativas también tendrán un gran poder y una gran influencia sobre nuestra vida, puesto que es un hecho evidente que si declaramos pobreza, enfermedades, calamidades, miedos, etc., finalmente esto es lo que terminaremos por recibir en nuestras vidas también.

 

LA BENDICION DE LAS PALABRAS DE VIDA:

En contraste a palabras de odio y de maldad, Dios anhela que expresemos siempre palabras que construyan y edifiquen la vida de sus oyentes:

Efesios 4,29:

29Ninguna palabra corrompida salga de vuestra boca,

sino la que sea buena para la necesaria edificación,

a fin de dar gracia a los oyentes.

 

La Biblia nos exhorta a hablar solo palabras que construyan, que den soluciones, que den aliento, que declaren sanidad tanto física como del alma, esto es un mandamiento de Dios. Solo el creyente que mantiene limpias sus palabras, tiene la capacidad de limpiar a los demás. En una ocasión, Pedro dijo a Jesús: “Maestro, toda la noche hemos estado trabajando, y nada hemos pescado; mas en tu palabra echaré la red” (Lucas 5,1). En otra, el Centurión expuso ante Jesús: “Señor, no te molestes, pues no soy digno de que entres bajo mi techo; 7por lo que ni aún me tuve por digno de venir a ti; pero di la palabra, y mi siervo será sano.”(Lucas 7,7). Todos estos son ejemplos vivos del poder que pueden transmitir las palabras cuando se utilizan en beneficio de los demás. 

Salmos 35:28

Y mi lengua hablará de tu justicia
Y de tu alabanza todo el día.

 

Salmos 37:30

La boca del justo habla sabiduría,
Y su lengua habla justicia.

 

Salmos 119:172

Hablará mi lengua tus dichos,
Porque todos tus mandamientos son justicia.

 

De las anteriores citas se concluye que si pronunciamos palabras llenas de sabiduría y de bendición, nos rodearemos de la bendición de Dios. Será siempre responsabilidad nuestra y no de Dios la forma como utilicemos las palabras en la vida, así como las consecuencias que recibamos a partir de ellas.

En el contexto de una vida cristiana, cada palabra que se exteriorice debe estar llena de bendición, llena de paz, de amor, de bondad y por su puesto llenas del poder de Dios, como lo dice 1 Tesalonicenses 1,5.

Como puede advertirse, para que esas palabras estén llenas del poder que hablan las Escrituras, no debe de caber la duda dentro ellas, recuerda: “cualquiera que dijere a este monte quítate y échate en el mar, y no dudare en su corazón, sino creyere que será hecho, lo que diga le será hecho”(Mateo 11,23). Las palabras deben ser pronunciadas con la seguridad necesaria para que produzcan un efecto positivo en el oyente. Deben producir un efecto positivo, sanador y liberador sin importar la clase de problema que se tenga (Salmos 107,20):

Hechos 3:6

Mas Pedro dijo: No tengo plata ni oro, pero lo que

tengo te doy; en el nombre de Jesucristo de Nazaret,

levántate y anda.

 

De la misma forma en que la Biblia expresa que Dios es fiel, nuestras palabras hacia toda clase de receptores debe ser fiel, es decir, no deben de ir acompañadas de dudas o vacilaciones. Nuestras palabras, al igual que las de Dios deben ser SI y AMEN, tal como lo enseña 2 Corintios 1,18, puesto que nosotros somos los instrumentos necesarios para cristalizar esas grandiosas promesas de Dios a favor de los hombres.

 

Para comprobar si las palabras que pronunciamos son las de Dios, habrá que ver la clase de resultados que produzcan. El cojo de nacimiento que se sentaba todos los días a la puerta del Templo recibió AUTENTICAS palabras de Dios y como resultado de ellas le nacieron dos nuevas y firmes piernas. Por tal sentido nuestra lucha como cristianos debe consistir día tras día en hablar más palabras de Dios y menos palabras nuestras.

Veamos unos interesantísimos ejemplos de la influencia de las palabras sobre sus receptores:

Jesús aplicó el principio de llamar a las cosas que no son como si fuesen (Romanos 4,17) y esta fue una de las grandes claves del éxito de sus resultados. Por este maravilloso caminar, Jesús se convirtió en el testigo número uno de las grandes bendiciones que Dios puede hacer sobre la tierra.

Otra de las conclusiones validas que podemos sacar a partir de este articulo, es que nuestra función como cristianos consiste en convertirnos en los “voceros” o en las “bocas” de las maravillosas Palabras de Dios hacia la humanidad, para que la generación maligna pueda ser rescatada de las garras del enemigo en tanto Cristo aún no haya venido por su Iglesia. Mentalicémonos que no debemos ni podemos dejar de decir lo que hemos visto ni oído acerca del Poder de Dios (Hechos 4,20).

En definitiva, para un hijo de Dios, las Palabras no tienen que ser solo “simples palabras”, llevamos la responsabilidad de transmitir el poder de las palabras de Dios para quienes las escuchan.

A cuidar nuestras palabras se ha dicho, pero para mantener un vocabulario saludable, habrá que cuidar antes nuestros pensamientos y esto solo podrá lograrse cuando la Palabra de Dios habite fuertemente en el corazón, puesto que de él mana la vida (Proverbios 4,23). Dios te bendiga.

Dios les bendiga.

 

Max Ventura

http://palabrasobreelsalvador.jimdo.com/

Clasificación: 1.6 (14 votos)
Está prohibido copiar este artículo. Artículo.org no permite la sindicación de sus artículos.
Acerca del autor

  Dios te bendiga.   Max Ventura. http://palabrasobreelsalvador.jimdo.com/

¿Tiene comentarios o preguntas para el autor?
Artículos recomendados
Fotos de Jesus que Tocarán tu Corazón
Escrito por Mark_Kol, Añadido: 22 de Jun, 2011
Al buscar en la web fotos de Jesús, la busqueda es casi infinita con todo tipo de imágenes. No solo son las imágenes comunes de Jesús en la cruz, llevando la cruz, llevando la corona de espinas, sentado en la última cena, la oración en el huerto, la curación del cojo, e inclinándose para tocar los...
veces visto 2736 Veces vista:   comentarios 0 Comentarios
La Historia del Nacimiento del Niño Jesus
Escrito por Miguelx2, Añadido: 16 de Sep, 2011
Hace mas de dos mil años atrás, en la ciudad de Nazaret, vivía una joven llamada María. Ella estaba comprometida para casarse con José, un carpintero. Un día un ángel se le presentó y le dijo que había sido elegida para tener un bebé muy especial. El bebé sería el hijo de Dios y tendria que...
veces visto 3644 Veces vista:   comentarios 0 Comentarios
También se puede morir por amor
Escrito por andresarbulu54, Añadido: 11 de Ene, 2010
Hay muchas maneras de morir por amor, no sólo se muere físicamente, se muere también de diferentes maneras. Nuestra fe - la Iglesia Cristiano Católica - , nos enseña y nos muestra como puede ocurrir esto.Por amor yo puedo renunciar “morir” a muchas situaciones o actividades que puedo estar realizando en...
veces visto 2461 Veces vista:   comentarios 0 Comentarios
Lo que aprendí del Samaritano
Escrito por Alejandro Rutto Martínez, Añadido: 27 de Sep, 2007
A Jesús le hacían preguntas difíciles permanentemente. El objetivo no era tanto que las respondiera sino encontrar una razón para acusarlo de blasfemia y justificar así ante el pueblo y las autoridades el rechazo a ese extraño predicador que estaba conquistando un número increíblemente alto de seguidores...
veces visto 4435 Veces vista:   comentarios 0 Comentarios
Cursillos de Cristiandad
Escrito por Miguel Palacios, Añadido: 30 de Mar, 2009
El gran Salomón, cuando contemplaba el vacío existencial de los hombres, solía decir que "aquéllos corren tras el viento sin alcanzarlo jamás". Ya en pleno apogeo de la fase monopólica del capitalismo, el filosofo alemán J Kentenich solfa describir al Hombre, como víctima de una profunda crisis...
veces visto 4153 Veces vista:   comentarios 1 Comentarios