La física, responsable de que la espuma de la cerveza se desborde
Un golpe en un botellín provoca una reacción similar a una detonación nuclear
Más de una vez hemos hecho la broma de golpear el cuello del botellín de cerveza de un amigo con el culo del que estamos bebiendo nosotros, sabiendo que la espuma se disparará y saldrá a borbollones de su botella. Esta reacción tan conocida por casi todo el mundo tiene una explicación física, que ha descifrado un equipo de científicos de la Universidad Carlos III de Madrid (UC3M) tras debatir sobre ello a raíz de un brindis.
Se trata de un proceso de tres fases, según concluye el estudio, realizado conjuntamente con expertos del Instituto Jean le Rond D’Alembert, en Francia. Inicialmente, cuando se produce el golpe del recipiente que contiene la cerveza, se generan ondas de expansión y compresión que avanzan por el líquido y producen la rotura de las cavidades del gas, es decir las burbujas, en el fondo de la botella.
Posteriormente, aparecen pequeñas bolitas de espuma por culpa de la rotura de las burbujas y, por último, esas burbujas más ligeras que el líquido que las rodea suben velozmente de forma que parece una explosión. Estos expertos validaron su teoría mediante un sistema que idearon para esudiar a cámara lenta el suceso, gracias al cual detallaron el proceso de reacción en cadena que está en todo este fenómeno, la cavitación.
Según los autores del trabajo, las “nubes de espuma” se parecen mucho al hongo que causa una detonación nuclear. Así, esta revelación fruto de la investigación durante un año satisface más que la curiosidad de científicos y bebedores de cerveza, puesto que puede servir para predecir la cantidad de gases que se producen tras la erupción de un volcán o ayudar a mejorar el diseño de las hélices de los barcos, tan expuestas a la erosión de las burbujas.
Las bebidas gaseosas como la cerveza tienen más dióxido de carbono (CO2) del que su componente principal, el agua, puede mantener en disolución, motivo por el que aparece la espuma. Aunque normalmente el CO2 escapa despacio, los fenónemos que se producen por el golpe en la botella de la cerveza son los que aceleran ese escape de dióxido, de forma que una botella puede quedarse sin gas en segundos, mientras que si no se produjera ese golpe y sólo dejándola abierta, tardaría horas.
Gracias a los resultados de este experimento, que se presentaron a principios de este año en la última conferencia anual sobre mecánica de fluidos de la Sociedad de Física Americana, ya sabes qué sucede cuando chocas tu Mahou con tus amigos para brindar o, simplemente, golpeas la botella de cerveza sin querer, por ejemplo, al ir a dejarla en la barra.
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