Empleados problemáticos: No dejes que se contagie el bicho. #empleados
6:00 am abres los ojos, y te llega “La revelación”: Tu voluntad, es tu negocio. Mientras te alistas planeas todo lo que harás en el día, cuidando detalles, tiempos y casi movimientos.
Te tomas un café para despejar la mente, llegas al trabajo y te topas con la piedrita del zapato, uno de tus colaboradores, que no está en plan de colaborar hoy. Te detienes un segundo, suspiras y piensas mirando al cielo: “¿Cómo inyecto movimiento a mi Gente?”
Déjenme contarles la historia completa:
Ricardo es uno de mis colaboradores con más experiencia, trabajamos en conjunto tratando de enriquecer al mundo con platillos únicos, un día tuvimos un desacuerdo y se negó a cumplir mis órdenes, los demás compañeros al ver su reacción empezaron a hacer de las suyas, retrasándose en tareas, descuidando el sabor de los platillos, el cuidado de la presentación. Y los clientes empezaron a notar que nuestra calidad bajo. El asunto era un caos para mi, siempre me ha gustado mantener un buen ambiente en lo que hago.
Así que empecé a cocinar mi mejor platillo cuidando cada detalle, serví la mesa con mi mejor vajilla, adorne con flores, y senté a Ricardo a comer en un espacio “tranquilo y relajado” casi se olía el amor en la mesa. Por un momento me senti enamorada...Pero Gracias a Dios no me tuve que arrepentir de nada. Adentrados en la sobremesa y de un modo pausado le puse las cartas sobre la mesa una a una, le mostré la dirección que necesitábamos tomar para que el negocio trascendiera. Y le di un ultimátum indirecto. Entusiasmados en el tema, me explico a detalle los pormenores de su trabajo, los procesos clave y difíciles, con esto me di cuenta que la razón por la que se negaba a acatar mi orden es porque no sabía cómo llevarlas a cabo.
Seguido de esto ambos acordamos una junta con todo el equipo, en la que se mencionaban las repercusiones de no cumplir en tiempo y forma con las tareas. Y establecimos una iniciativa de preparación, que consta en:” Lo que no se hacer lo pregunto, lo que descubro lo comparto”. Para que no se sintieran expuestos los trabajadores dedicamos 30 minutos cada semana a escribir nuestras dudas, a responderlas y compartir experiencias del proceso de manera anónima. Toda esta información es publicada día a día en el pizarrón de la cocina.
Con esta actitud todo ganamos y me di cuenta que detrás un no, hay un mundo que muchas veces se compone de dudas y falta de preparación o inclusive procesos difíciles de llevar. Yo consiento a mi Negocio, escuchando a mis empleados.
Así que toma el sartén por el mango y Cocina nuevas ideas!!!
Mónica Borunda Tienes mi permiso para curiosear en mis paginas ;) !!! Email Marketing https://marketero.com.mx
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