Porque es tan difícil llevar a la practica la teoría web
Tantas teorías, tantas técnicas, tantos procesos y consideraciones para poder hacer de nuestros proyectos verdaderas obras de arte de la funcionalidad y el mercadeo web, e increíblemente muchos clientes nos orillan a desarrollarlos con pensamiento ultra práctico y carente de toda ambición estratégica.
Todo desarrollador web, ya sea diseñador, programador o estratega de marketing, vemos en cada proyecto web algo más que un nuevo negocio, vemos una inigualable oportunidad de plasmar lo mejor de nuestra iniciativa, creatividad y experiencia en él y, sin embargo, en muchas ocasiones vemos como toda esa ilusión profesional se ve aplastada por realidades duras de superar.
Antes de seguir, quiero aclarar que lo que sigue, está escrito bajo un realidad regional muy particular (del área centroamericana) donde aun ajustamos nuestros honorarios a ofertar “los precios más bajos” en vez de ajustarlo a garantizar el mejor producto.
REALIDADES QUE DUELEN
SI AL CLIENTE NO LE IMPORTA, PORQUE A MI
Para muchos clientes (empresas o personas naturales) un sitio web o “pagina” como les llaman ellos, no es más que un “brochure digital” capaz de atraer por “milagro divino” grandes cantidades de visitas en un corto tiempo y, capaz de convertir esas visitas en clientes que se mueren por comprar sus productos y llamarlos para hacer pedidos de un millón de dólares. Más ingenuidad, imposible!
Pero esa forma de pensamiento no es lo alarmante, después de todo se supone que ellos no son los expertos y por eso nos contratan, el verdadero problema se origina de su comodidad y aferramiento a esa forma práctica de ver la dinámica web, volviéndose renuentes a darle importancia a nuestros planteamientos, indicaciones y sugerencias.
El cliente espera mucho de su sitio web, eso no hay duda, pero muchos no comprende o subestima el trabajo y detalles que hay que tener para lograr construir una web exitosa. Ningún sitio que se considere bien hecho y sea altamente funcional puede haber sido desarrollado con ligereza.
Algunas de las apatías a combatir son:
- Proporciona poco contenidos textuales y tampoco le interesa redactarlos estratégicamente para la web.
- Se centra en detalles triviales del proyecto. Clásico, quiere ver su logo transformándose en robot, pero no le interesa poner la dirección web en sus tarjetas de presentación.
- Piensa que la usabilidad es un estilo de programación. Cuando le explicamos la importancia de la navegación y el enfoque comunicacional, simplemente puede decir “si entiendo, pero me gusta más el menú con imágenes”.
- Etc. (Próximamente escribiré un articulo especifico sobre la inmensa cantidad de apatías)
EL PROYECTO NO ES TAN RENTABLE COMO PARA ENTREGARNOS
La fantasía se pierde con el tiempo y cada día nos volvemos más mundanos y realistas, de a poco se nos muere aquel joven idealista que se entregaba al máximo a un proyecto, aunque la paga no cubriera ese sobre esfuerzo.
Sin duda pagar facturas, planillas y gasolina también nos hace profesionales, nos obliga a pensar en términos de rentabilidad monetaria y valorar más nuestro trabajo y tiempo.
Por más que estemos conscientes del beneficio y orgullo profesional que da, contar con un portafolio lleno de proyectos representativos de nuestra capacidad, llega un momento en el que nuestro instinto de supervivencia nos lleva a ser prácticos y fríos con algunos proyectos, cuya rentabilidad no cubra nuestra buena disposición.
Cabe aclarar que no me refiero a hacer o no las cosas que nos comprometimos en la oferta de servicios que le entregamos al cliente, sino a esa cuota extra de creatividad y trabajo que como profesionales solemos dar a nuestros proyectos y, que representan la diferencia entre entregar un proyecto satisfactorio y uno fabuloso.
PROYECTOS SIN FUTURO
Una cosa es que al cliente no le importe la usabilidad o el posicionamiento y otra muy diferente es que ni siquiera le importe realmente que pasara con su sitio, no me miren así, porque ocurre, he tenido más de algún cliente que me he preguntado si no estará “lavando dinero” con el proyecto, pues simplemente muestra un desinterés confuso, por un lado quiere una web “bonita”, pero por otro no colabora para nada, ni tiene idea de cómo eso contribuirá a su negocio.
La ética profesional nos obliga a ayudarlo a asentar sus ideas y, darles las nuestras sobre cómo hacer de una web, una herramienta mercadológica para su negocio.
Y si aun así, sigue su “confusión”, creo que nadie nos puede señalar si dejamos de ser altruistas y nos centramos en el trabajo por el que nos pagaron. Después de todo quien quiere complicarse la vida sin necesidad.
Ahora ven porque lo titule Realidades que duelen, nadie dijo que trabajar en la web fuera la profesión más abnegada del mundo. Y se los dice alguien que podría caer en un estado de autismo irreversible si un día desapareciera la internet.
PALABRAS FINALES
Créame yo amo la web, y siempre hago mi máximo esfuerzo por persuadir al cliente de compenetrarse e identificarse totalmente con el proyecto, pero no siempre funciona y entonces no queda más que, activar el piloto automático y finiquitar el proyecto lo más presentable posible.
Henry Ramirez Devany
www.webastica.com
mail: info@webastica.com
Henry Ramirez Devany Desarrollador y consultor web
Registro automático