Hace ya unas cuantas semanas atrás (y hasta ahora) se vienen divisando a vista y paciencia de toda la gente de la capital de Perú (Lima) esta muestra de vacas (y otros relacionados con ellas) de material inorgánico (fibra de vidrio creo yo), a una escala normal, dispuestas en diferentes puntos de nuestras varias ciudades o llamados aquí distritos. Generalmente en plazas, parques y paseos peatonales.
Esta exhibición deslumbrante de afamados artistas tiene por finalidad la venta de estas obras y cuya recaudación irá con destino a la solución de la pobreza (¿focalizada?) de muchos peruanos.
Estas vacas, "plásticas", tienen sobre su cuerpo la pintura realizada por aquellos artistas, otras llevan incrustaciones de diferentes materiales como monedas por ejemplo, u otras que son parte de una mente inventiva y creadora: vaca de dos cabezas en sentido opuesto, otra que surge de un cono de helado grande, otra hecha parrilla, etc.
Muchas de ellas son llaman la curiosa mirada de transeúntes, vigilantes, turistas y trabajadores cotidianos; pero a quienes más llama la atención es a los niños de diferentes edades, quienes se asombran por tal despliegue de fantasía hecha arte.
Debo señalar que si bien es una demostración de arte actual, y cuya recaudación está organizada por unas ONG en coordinación con el INC y la Municipalidad de Lima Metropolitana, además de otras instituciones locales, debería ser (a mi modo de apreciar el hecho) más publicitada a fin de generar las ventas esperadas y poder invertir saludablemente y pronto el ingreso económico por esta actividad.
Aún hoy se ven por distintos lugares las obras de arte sobre las figuras tridimensionales y a tamaño natural de las vacas, denominado The Cow Parade.