La voz ya no cuenta
Este comentario fue escrito a comienzos del mes de Octubre del año 2009, hago esta mención, para que no parezca anacrónico el comentario.
Dentro de pocos días, se estará festejando el día de la canción criolla, y en una suerte de análisis comentaba con un colega músico, esta interrogante: ¿Qué, había pasado con ella en los últimos años? Y llegamos a unas conclusiones un tanto desalentadoras para el futuro de dicho género.
Los medios de comunicación, las firmas comerciales y el público en general en nuestra Lima caótica, en cuanto llega dicha fecha, hacen una mezcla de festividades entre el “halloween” y el día de la canción criolla. En los locales y en las casas, se celebra esta fecha adornando con motivos alusivos al “halloween”, y los géneros musicales se mezclan entre música criolla, música negra, (mal llamada música negroide “tema para otro comentario”) y otros ritmos modernos.
Se pierde y se seguirá perdiendo el sentido apreciativo musical en la diversidad de géneros musicales. No se puede pensar que la música negra está dentro del género criollo. (Sin desmedro de dicha música) Los ritmos musicales que pertenecen al género criollo son única y exclusivamente el “vals criollo” y la “polka criolla”. Eso es lo que se refiere a la celebración, pero la pregunta era ¿Por qué la música criolla esta en decadencia?
Cuando apareció la industria discográfica en el mundo, los artistas se hacían conocer a través del sentido del oído. Las personas reconocían a un cantante por su voz, y a un ejecutante de algún instrumento, por su estilo al interpretarlo. Esto también pasó con los intérpretes de música criollo en nuestro medio. La gente reconocía a su artista favorito por su voz, poco importaba su apariencia física.
Luego al aparecer la televisión, y lógico mucho después en el año 70 más o menos el gobierno del General Velasco, obligó a todas las televisoras nacionales tener un espacio a la semana de música nacional, y esto le toco también a la música criolla. Los artistas criollos ya podían ser reconocidos físicamente. Nacieron muchos locales de espectáculo donde se podía apreciar a dichos artistas en persona; (las mal llamadas “peñas criollas” tema para otro comentario).
La industria televisiva produjo los llamados videos clips, que hasta la fecha tienen vigencia, con efectos especiales de imagen y sonido. Los espectáculos musicales masivos en vivo, hicieron derroche de tecnología en sonido, luces, y puestas en escena, con coreografías multicolores. La música criolla parece que no ganó este espacio. Algunos fueron los intentos pero sin mucho resultado.
Las nuevas generaciones de artistas en general de todo tipo de género musical, se valen de toda esta tecnología para hacerse conocer, donde se tiene que el artista ya no triunfa por su voz, sino por el derroche que hace de tecnología en sus presentaciones y videos clips. La música criolla ya no tiene espacio en este sentido.
Lo mismo ocurre con los imitadores. El buen imitador era el que personificaba con su voz al personaje que quería imitar, a tal punto que el oyente no sabía diferenciar uno del otro. Actual mente existe un “imitador” que imita con la misma voz a todos, solamente que se disfraza de alguna manera para aparentar lo que quiere conseguir, y si no dice a quien esta imitando, el espectador no se da cuenta a quien está imitando.
Otro de los aspectos que hicieron de alguna manera decaer la música criolla, es que siempre estuvo relacionada con el licor, las malas noches, mujeres de mal vivir, y el consumo de ciertas sustancias toxicas; por supuesto que no necesariamente, pero si se le atribuyo estos vicios.
Lamentablemente la música criolla vivirá en los corazones de todos aquellos que supieron interpretarla y escucharla, hasta que el último de estos criollos deje este mundo. Sepamos pues conservar estas grabaciones, ya que será muy, pero muy difícil, que surjan nuevos valores que se reconozcan por su voz.
Andrés Arbulú Martínez
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