Yo también quiero ser presidente
Jaime Bayly, ya se tomó en serio lo de su postulación a la presidencia de la república. Lo que comenzó como una simple broma, está tomando cuerpo y parece que ya es un hecho que a fines de este año, Jaimito se inscribe para lanzar su candidatura presidencial. Pero ¿se puede tomar en serio a este candidato presidencial?, ¿se puede tomar en serio a alguien que tiene la cualidad de tomar todos los asuntos de estado, en broma y chacota?; ¿Se puede considerar, que todo lo que se refiere a manejo de un país, (y el destino que este correría con un presidente de esa naturaleza); es una broma?
Soy sincero en decir que si me gusta su programa televisivo, porque me divierte un montón. Como el mismo dice, la democracia en la televisión existe con la pregunta “¿Qué canal prefiero ver?” y está en el manejo de nuestro control remoto. Yo elijo verlo, porque me divierte la idea de ver de una manera surrealista las circunstancias políticas de nuestro país. Pero de allí, a elegir a un presidente que vea ese surrealismo político, como un realismo concreto, está bien fregado.
La persona cuerda, (creo) es la que diferencia bien la realidad de lo ficticio, entonces. Puedo y debo (porque es saludable) divertirme un poco con cosas ficticias, pero debo estar siempre consciente de lo que está pasando verdaderamente. Este es el punto.
Creo que la desgracia de Jaime comenzó, cuando a su programa el mismo decidió, darle una temática más farandulera. Pienso que si hubiera seguido invitando a políticos, y lógicamente, jugar con ellos en toda esa retorica divertida de la política surrealista; su candidatura se estuviera viendo de otra manera en este momento. O tal vez, cuando empezó con este cambio en su programa televisivo, nunca se imagino estar metido en esta aventura presidencial.
Ahora parece que quiere dar marcha atrás, al invitar a políticos, pero creo que ya es demasiado tarde. Diego Bertie, tiene razón al decir que todos los que lo sigan, serian unos “estúpidos”. Claro porque no se puede tomar en juego, y con bramas sarcásticas, el destino de un país.
Ahora Jaime quiere aparecer como víctima, al decir que el dueño del canal no está de acuerdo con que use su programa para lanzar su candidatura presidencial. Este comportamiento evidencia, que quiere despertar más expectativa en los que lo siguen.
Después de ver todo este escenario político, un poco chistosito; me doy cuenta que cualquiera puede ser candidato a la presidencia. Tanto así me doy cuenta, que ahora, a mi también se me ha metido las ganas de ser presidente. ¿Por qué no? Se perfectamente que el destino de un país no es cosa de juego, y que es bien complicado el asunto. Soy un músico diplomado en teología, que vive en su departamentito de 54 metros cuadrados, en el distrito de Lince con su esposa, no tenemos hijos, y nada que ocultar. Toda mi vida es completamente transparente.
Creo, y estoy seguro que hay algo que todos los candidatos a la presidencia, no pueden evitar, y esto es: “mantener su condición económica después del término de su mandato como presidente”. Si yo llegó al poder con un departamentito de 54 metros cuadrados, cuando termine mi mandato, seguiré viviendo en ese departamentito; y no es que no tenga ambición de superación; lo que no tengo es ambición de enriquecimiento indebido. De repente, tal vez, quien sabe; ahorrando el sueldo de presidente, con el tiempo pueda comprar un departamento mejor, pero sin dejar la modestia.
Bueno, estas son locuras de un simple escritor de artículos, en una excelente página de internet, que al ver la realidad electoral de su país dice: “Yo también quiero ser presidente”
Andrés Arbulú Martínez
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