Mitos y realidades del Coma Farmacológico
Cuando el 15 de octubre del año 2008, abrí mis ojos, era un miércoles cualquiera.
En Cielo… aún tiritaban las estrellas,
Y, Jadeantes lágrimas…aún lloraban en los surcos íntimos de los cirios.
El Dr. Eusebio Palomino- mi anestesiólogo- ya se había retirado, Yo estaba en la UCI, tenía encima un COMA FARMACOLOGICO, post TRASPLANTE HEPATICO.
todavía estaba intoxicado por Sevorane, Cal sodada, Inotrópicos, adrenalina, atropina y no sé cuantos fármacos más, durante mas de 12 horas del Trans-operatorio, me habían pasado no sé cuantos litros de Cloruros, Haemacel , bicarbonatos, relajantes, Corticoides, Inmunosupresores, no sé cuantos gramos de Cefalosporinas, miles de litro de Oxígeno, estaba en Coma, estaba sedado, tenía un Hígado nuevo…pero faltaba despertar.
Cuando abrí lentamente mis ojos…mis pupilas miraban a la nada, miraban a la bruma en el nuevo camino, atrás sólo había amnesia…al frente la confusión reinaba, pasaban segundos y mas segundos y empecé a preguntarme… ¿Quién soy?, ¿Dónde estoy?, seguían pasando minutos mas minutos y seguía preguntándome ¿Qué pasa?, ¿Qué es esto?
No podía moverme, tenía catéteres por todos lados, apósitos en el abdomen, tubos en la boca, seguía mirando a la nada…cuando quise… ¡No pude hablar!
Podía mover mis manos, mis piernas, no entendía lo que pasaba… ¡Trataba y trataba!...pero no entendía, empecé a moverme en la cama, no sentía dolor, no tenía dolor…
Divisaba apenas, personas vestidas de verde que se movilizaban de un lado a otro y me atendían. Minuto a minuto fui recuperando mi conciencia… cuando los fármacos se metabolizaron y la recuperé plenamente, sentí alegría, estaba no sé donde, pero era YO y estaba vivo
Había regresado- nuevamente-… ¡de un Coma farmacológico a la Vida!
Agradecí a Dios y lancé un gemido, quise sentarme pero corrieron a auxiliarme…
¡Tranquilo Miguel!...¡Tranquilo!- me decían-... Paquita y Marlene, estaban junto a mí,
Cuando menos supe… que me llamaba Miguel.
¿Quiénes son? –Pensaba- … ¿serán ángeles?..¿Serán Vírgenes?...y Marujita ¿Dónde está?- decía-torpemente caminaba de la mano con el Silencio y el Miedo, las Enfermeras me hablaban con gran ternura y me dijeron al unísono… ¡Hola Miguel…Bienvenido!...
Debo haber sonreído, pues soy una persona educada,
En los segundos y minutos siguientes, los fármacos se metabolizaron totalmente y recordé mi situación… ¡Dios, el Trasplante, el Cáncer de Hígado, mi Mujer, mis Hijos, mis padres!… ¡recordé y recordé! Me agité, me invadió una ansiedad, giraba mi cabeza hacia todos los lados de aquella habitación de vidrio, por ahí encontré a mis viejas amigas, estaba el Monitor Multi parámetro, el Pulso-Oxímetro, las Venoclisis, los Catéteres centrales, las sondas, los drenes, los apósitos
Marlene, la Enfermera jefa, se acercó, me miró fijamente, sonrió y me dijo…
¡Ya está Trasplantado doctor!, ¡Has sido Trasplantado Miguel!, hasta ahora todo marcha bien… sus palabras rodaron como gotitas de escarcha sobre los finos pétalos de la esperanza, abrí mis ojos incrédulos, mi corazón perdió el ritmo y su acelerada frecuencia, se asomó por la boca para ver si era verdad, mis pupilas arrojaron sus prejuicios a la basura y se llenaron de lágrimas...
¡No Llore doctor!... ¡Ya pasó todo!... ¡Por favor tranquilo!...- me decían-
Quería gritar, quería llorar, quería reír, alzar las manos, agitarlas,..Era una locura, todas las emociones se unieron, se cruzaban entre sí, con las manos les decía que me retiren los tubos, la sonda Oro-yeyunal, la Foley Vesical, la Venoclisis central, todos los catéteres, quería hablar… está excitado decían, ¡Tranquilo!, ¡Tranquilo Miguel o lo sedamos!...me tranquilicé.
Vamos a trabajar toda la noche…ya ha dormido bastante, la pasaremos despierto y al amanecer estará sin tubos…estaba agitado, eran las 8 de la noche del 15 de Octubre ¡Dios: es verdad, es verdad!-musitaba tozudamente, quería ilusiones. Quería información para conjurar mi ansiedad, quería mitos para nutrir mis sueños… mientras asimilaba la noticia, miraba la puerta…
¿Marujita?... ¿eres Tú?... ¿Marujita, mujer mía?... ¿eres tú?...
¡Si era ella!...sonrió, hizo la señal de la victoria con su pulgar. Agitó sus manos, yo agitaba las mías, ¡Ven, ven! la llamaba, ¿Por qué no entra?- me preguntaba-, se cambió la ropa, se lavó, se enfundó guantes y gorro, corrió me abrazó, lloró y Lloró...
¡Estas Trasplantado!, ¡Estas Trasplantado!- decía –
¡Si Es cierto!, ¡Es cierto!-le respondía con mi cabeza-, nos abrazamos, reímos y lloramos.
eran las 9 de la noche del 15 de Octubre, había estado en el Quirófano 12 horas, las blancas azucenas miraban el Cielo, el miedo dormía en las blondas de aquellas primeras horas.. ¡Cuantas epopeyas como esta, llenas de Héroes y mártires, duermen anónimamente en el viejo y polvoriento Diván del Olvido…¿no Marujita?...¡Si Migue!, decía mientras…Dios sonreía.
Cuando el 15 de octubre abrí mis ojos, no sabía si era de noche o de día, desconocía donde me encontraba, la amnesia anestésica me impedía recordar lo que había pasado, ahí también luchaba por salir de la hipnosis y saber la realidad…ahí también se daba la lucha.
En Decúbito Dorsal, exorcizaba mis temores, las enfermeras circulaban alrededor, limpiaban apósitos, administraban medicamentos, contabilizaban los goteos, controlaban los signos vitales en los Monitores que con sus timbres metálicos y monótonos ponían la música de aquel Post-Operatorio…a lo lejos tañían las campanas, el médico de la UCI Dr. Montenegro revisaba una y otra vez la Historia Clínica, luego se acercó, me saludó y me dijo te voy a examinar, moví la cabeza, auscultó mis pulmones, tomó mi pulso, palpó mi abdomen…
¡Hay que sacar una Radiografía de Tórax!, seguía con el Tubo, mi respiración era superficial, no saturaba bien…
¡Respira!, ¡Respira!- me decían-, no tenía dolor, hacía un poco de frío, no pensaba en comer…pero si tenía bastante Sed, quería Hielo…ellas lo sabían, al parecer todos los Trasplantados presentan esta Sed, este Hambre de hielo.
Un técnico de Rayos X, llegó al Box de la UCI donde estaba, cubrieron el equipo rodante, vistieron al técnico y entró al box…¡Hola!- me dijo- le voy a sacar un placa de pulmones, me sentaron, me desvistieron la bata de arriba, pusieron una placa en mi espalda…¡No se mueva!...¡No respire! Y ¡Zas! Tomaron la placa, no me dolió, ni me incomodó,
la noche era más noche… ¡El Valor y el Coraje! Bebían pólvora, el miedo en la sangre agonizaba.
Al rato trajeron la placa de tórax…el Dr. Montenegro la miraba, luego les dijo a las enfermeras… ¡Si está con una Atelectasia!,
bueno Miguel- me dijeron- ahora a hacer ejercicios respiratorios, tome aire con ganas y lo retiene unos segundos, luego lo expele y repite este ejercicio varias veces…así estuve 2 a 3 horas, repitieron las placa y el doctor dijo que había una ligera mejoría…llamaremos a terapia respiratorio- dijeron-.
Los tubos… ¡los tubos!... les señalaba con los dedos,
¡Si!-dijo Marlene-… ¡Los tubos Endotraqueales!
Las lenguas de fuego que un día emergieron del infierno…se extinguían poco a poco…
se acercaron las enfermeras, me hicieron cambiar de posición en la cama, luego inyectaron xylocaina al tubo, sentí ardor, irritación, leve sensación de ahogo…
¿Qué tal?, ¿Cómo se siente?...
¡Bien, Tolerable!-les dije-,
Bien ahora respire profundo y reténgalo, varias veces, gire para la derecha, ahora para la izquierda, vamos a cerrar y cerraron...
¿Que siente doctor?- me preguntaban-...
¡Bien!, movía la cabeza
Muy bien doctor- me decían- entonces seguimos y así las horas pasaban,
Eran ya la 2 am… ½ hora después… ¡iniciaron la extubación!,
Me pidieron colaboración extrema, colaboración heroica, pues era muy prematuro extraer el tubo tan pronto, funcionaría si es que colaboraba… ¡Dios Mío…ayúdame!-dije-
Así que me concentré, ya había soportado tanto, había sufrido tanto, un último esfuerzo- pensé-, Además hace años había pasado por lo mismo que estaba convencido que si podría… ¡aguantaré, resistiré!-me decía- y bueno… infiltraron de nuevo xylocaína, sentí ardor, irritación, ahogo, como que te ahorcan, me tranquilicé
Escuché una voz que me grito ¡lo vamos a retirar! Calma… ¡Calma!, lo vamos a sacar, si se ahoga, si no puede respirar por favor avisa… ¡tranquilo, está saliendo! …¡tranquilo, está saliendo!, ¡tranquilo…SALIO!,
¿Que siente doctor?, ¿doctor todo bien?- me decían-
Si… ¡Si!...balbucee,
Aún sentía ahogos, tos seca, irritación, sensación de muerte
¡Calma calma!-me decían- no te desesperes,
Pero yo quería desesperarme y gritar que me entuben de nuevo, parecían siglos esas milésimas… ¡ya pasa, está pasando…esta pasando Miguel!- me decían-
Fueron 40 segundos interminables, poco a poco respiraba y respiraba, al principio con miedo, luego con ganas, con venganza, con rabia… ¡hasta que se estabilizó la respiración!
Que triunfo, que alegría…que lindo es respirar sin tubos, sin máquinas… me miraban,
Balbucee con tono seco, ronco… ¡un Gracias del alma!
¡Había regresado a la Vida!
En estos hechos simples de la Vida como Respirar, tomar una sopita, caminar… ¡está el valor inmenso de la Vida
Cuando el 15 de octubre abrí mis ojos y recuperé la Conciencia…
La sangre circulaba alegre por los flamantes vasos anastomosados de las arterias hepáticas,
La sangre oscura de las venas fluía libre por las sorprendidas venas del Hígado y las amenazantes várices venosas del esófago habían desaparecido junto a las grandes núcleos de la células del hepato carcinoma, la sangre recorría feliz el Hígado 5 veces por minuto, libre de obstáculos, el noble órgano recibía litro y medio de sangre cada minuto.
Cuando abrí mis ojos, aquel miércoles 15 de octubre los hepatocitos, las células de Kupffer y toda su collera ya no eran duros, escirros, ya no eran blancos y pálidos, ya no eran arrugados y acomplejados, ya no eran cirróticos, ni cancerosos.
Estaban rosados, rojo vinoso, habían recuperado su forma, tamaño y textura, eran blandos y acolchados y trabajaban a gusto en sus tres unidades de síntesis eliminación y transformación.
La alegría había regresado a los cordones de Remak, al espacio de Disse y a los sinusoides hepáticos, la fibrosis era pasado, los hepatocitos estaban orondos…el futuro sonreía.
Cuando el 15 de octubre abrí mis ojos…
Dios sonreía, había bajado del Cielo y se había vestido de Enfermera, se había vestido de Médico, de terapista, de Técnico, de mujer, de verde, de blanco, suministraba fármacos con ternura y caridad…ahí estaba Dios sin atuendos raros...Estaba vestido de Chaman, de Padilla, tenía las manos de Rondón, de Anchante, tenía la voz de Roxana, Shirley, Rossi, tenía el andar de Carrasco, de Yeren, tenia la sonrisa de Glenda, de Marlene, de Paquita, de Vilma, de Noemí, no estaba en el Cielo, había estado en Sala de Operaciones, en la UCI, en Hospitalización…¡Gracias Dios Mío!
Miguel Palacios Celi
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