¡Se busca un Donante!
Eran las 9 de la mañana, de aquel lunes 7 de Enero del 2008, en Lima, ciudad Capital.estaba atendiendo consultas en el Hospital de la Solidaridad de Risso-en Lima-,evaluaba a una "Señora Coneja"(como dijo el poeta Laredino Watanabe a su madre)que con 18 hijos y un prolapso genital total y a sus 70 años, nadie le acompañaba a sus consultas...en eso sonó aquellos aparatitos que aquí le llamamos celulares, la secretaria contestó(tenía órdenes cuasi militares de sólo pasar llamadas muy urgentes)me miró intrigada y me dijo "es el Dr. Jorge Ricalde"...me quedé frío, anonadado y cual autómata estiré mi mano, ya fría por la llamada,...¡Hola Jorge!-saludé...hubo un silencio y luego algo agitado escuché que me decía..."Hola Miguel, hay un potencial donante en la UCI del Hospital, tiene muerte cerebral, lo estamos sosteniendo con inotrópicos y es NN-o sea sin familiares, desconocido…¡ Ven urgente!- terminó diciendo-....
"me quedé mas frío, alcancé a agradecerle. Mi cerebro se edematizò, la piel encrespada ponía mis vellos de punta... ¡Dios Mío Un donante!, atraparé a las alondras que huyeron por los bosques con todos mis planes y mi futuro.
podré hacer planes de nuevo, volveré a tener futuro, tenía los ojos vidriosos,...y atragantados en mi garganta se encontraban los miedos y temores...quería llorar, estaba lleno de emoción, de miedo solicité permiso al Director, me reemplazó en el consultorio el Dr. Walter Gómez Navarro y bajamos con Marujita por las escaleras fingiendo serenidad, valor, que en esos momentos ya se habían derrumbado, ya en la calle corríamos hacia uno y otro lado, buscábamos teléfonos y los encontraba fuera de servicio, buscábamos tarjetas y en las bodegas se habían agotado.
en el taxi lloraba ya sin pudores, a mi lado Marujita cogía mis manos y prodigándome caricias alentaba mi ánimo...¡Soy Cirujano!, ¡Debo serenarme!-estoy entrenado para hacerlo-,-decía- mientras recordaba a Churchill "Sólo hay que tenerle Miedo al Miedo", pero nada me tranquilizaba,, al final llorábamos los dos,
¡Ahí viene!-alguien gritó-,yo miré hacia atrás, pensando que esperaban a alguien más pero NO en el Hospital me esperaban a mi, ¡Un momento!-dije-soy cirujano, vengo a operar,...NO doctor ahora es paciente, cálmese por favor y póngase la bata...¡Oh Dios ya estaba cerca!...oiga Y si muero? Mueres pues, dijo el lado valeroso de mi vida, ósea el 1% ¡Quería gritar…¡Despiertenme!
¡Doy toda mi fortuna!-ósea nada -pero despiertenme¡Despiertenme por favor!, pero nada de nada… ¡yo era el paciente!, ¡a mi me harían el trasplante!, ¡yo era el candidato!... el resto era silencio...ya el mediodía había llegado, los rayos del sol calentaban a mas de 20oC, la Sangre Hervía, Los Vasos amenazaban...Un grupo de PROCURA evaluó el caso y después de dos larguísimas horas me comunicaron que el Hígado del agónico paciente, no calificaba para un trasplante, que por favor regrese y me reintegre a mis labores cotidianas ya pre establecidas-es decir el partí time-...¡UUUFFF !... sentí alivio en lugar de congoja, sentí hasta alegría en lugar de tristeza, salí raudamente del Hospital -por si se hallan equivocado-y caminé presuroso por las viejas calles de Abtao en la Victoria y al acorde de una triste melodía ecuatoriana-de las que se escuchan por estas calles, llenas de cantinas populares-abracé a mi Hígado con gran afecto , quien correspondió la caricia y los dos abrazados y llorosos nos pusimos a caminar, cual beodos, sin importarle que yo quería deshacerme de él...,sin importarme que él quería matarme,...tan noble es este órgano que me miraba acongojado y al hacerlo me pedía perdón, suplicaba, como repitiendo al Chavo("fue sin querer queriendo")...¡Calla!- le dije- ¡Olvídate !¡ya nada importa!,...nos abrazamos de nuevo y embriagados de tormentos, nos echamos a andar.
Marujita nos miraba entre sollozos sabía que un día de estos, uno de los dos moriría y las alondras- que fugaron- se perderían para siempre por los bosques o tal vez como pródigas regresarían al Seno, devolviendo planes y futuro...-mientras tanto -el viejo pasillo seguía rasgando notas llenas de tristeza y las pupilas se seguían llenando de lágrimas y los poros seguían exudando adrenalina... ¡Esto es de hombres! -repetía el noble òrgano-, Si es de hombres -le respondía-,
Pero de hombres machos-se ufanaba el òrgano-, si de machos-le contesté-
y ambos se fueron haciendo miniaturas- hasta desaparecer- entre las sombras y el gentío de la Gran Lima.
¡Con todo afecto para dos grandes amigos Jorge Ricalde Ch. y Walter Gómez Navarro!
Miguel Palacios Celi
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