Misionología 08
Continuación de la transcripción de la grabación magnetofónica de la clase:
“La misión de la Iglesia está dirigida, motivada, animada, y protagonizada, por El Espíritu Santo. El Espíritu Santo, no solo ha actuado en Pentecostés, lanzando a la Iglesia y dejándola a su suerte, sino que sigue actuando en la iglesia, sigue dirigiendo a la Iglesia. El Espíritu Santo es el protagonista de la misión. La eficacia de nuestra evangelización, no está en nuestros métodos, o, en nuestras capacidades humanas, sino en la acción del Espíritu Santo. Pero esto no quiere decir que no hagamos todo lo posible para evangelizar como debe ser.
Gracias al Concilio Vaticano II, se entendió de que la misión de la Iglesia, no solamente la viven los misioneros, los religiosos misioneros, porque este era otro de los grandes problemas. Antes del Concilio, los responsables de la misión, eran solamente las grandes ordenes misioneras, y propaganda fiden en ese tiempo, o sea la congregación de la santa sede, y las grandes ordenes misioneras., con el Concilio cambia. A partir de allí, van a ser las Conferencias Episcopales. Los Obispos van a asumir todo el protagonismo, y toda la responsabilidad misionera. Y el rol de la congregación para la evangelización de los pueblos, va a ser un rol de coordinador, de motivar, de seguir apoyando. Pero la responsabilidad directa la tienen los Obispos con el Papa en comunión.
Las órdenes religiosas ahora están al servicio de los Obispos, tienen que coordinar con los Obispos; no es que una orden viene y entra sin decir nada. Y ese era todo uno de los problemas que el Magisterio Pontificio antes del Concilio, trataba de solucionar, porque había enfrentamientos, congregaciones religiosas que entre ellas luchaban o pugnaban por el dominio de un territorio de misión. El panorama misionero ha variado, en cuanta organización y en cuanto a nivel operativo.
A nivel teológico, tampoco ya no es el tema de la misión. Un tema periférico ¿Por qué solo las misiones eran solamente órdenes religiosas? Porque había un concepto de misión, de eclesiología, periférico, optativo, facultativo. Solamente eran misioneros aquellos que entraban a las ordenes misioneras. Y la Iglesia no era misionera por naturaleza. Sin embargo toda la reflexión teológica con el Concilio, llega a su claridad, y a su profundidad. Pablo VI: “La Iglesia existe para evangelizar” Juana Pablo II: “La Iglesia de Jesucristo, o, es misionera, o, no es la Iglesia de Jesucristo” Ad Gentes: “La Iglesia es misionera por naturaleza”
Esa es la mejor manera, el mejor termómetro de medir, incluso nuestro amor a Cristo y la Iglesia. Si ustedes quieren saber cuánto aman a Cristo y a la Iglesia, pregúntense: ¡Cuánto de pasión tienen por la misión? La grandeza de Pablo, es precisamente su pasión por la misión, su pasión por la Iglesia, su pasión por Jesucristo. El extender el evangelio hasta los confines de la tierra, esa era la pasión de Pablo. Y ese era el gran termómetro que medía su amor a Cristo.
Las vocaciones misioneras.-
La Iglesia está conformado por nosotros. Pero que sabemos que nosotros somos la esposa de Cristo. Que somos el cuerpo de Cristo la Cabeza. En esta Iglesia hay carismas y ministerios. Esta Iglesia está formada por diversas vocaciones. Unos son religiosos, otros son diocesanos, otros son laicos, otros son casados, etc., etc. ¿Cuántas son las vocaciones? Las vocaciones generales en la vida de la Iglesia, es pues la vocación de la vida cristiana. Todos estamos llamados a compartir nuestra vida con Cristo, y en ese sentido, todos hemos recibido el bautismo, y todos lo recibimos. Entonces hay una vocación general en la Iglesia que es la llamada a compartir nuestra vida con Cristo, en la Iglesia, con la Iglesia. Pero dentro de esta vocación general, hay vocaciones específicas ¿Cuántas y cuáles son? Según el Concilio Vaticano II son 5:
1.- Vocaciones sacerdotales
2.- Vocaciones religiosas
3.- Vocaciones contemplativas
4.- Vocaciones matrimoniales
5.- Vocaciones adgentes.
¿Qué es lo que dice el Concilio Vaticano II? Que cada una de estas vocaciones, en principio las 4 primeras, tiene una dimensión religiosa. El hecho de que tú tengas la vocación al sacerdocio diocesano, no significa que no te interesa la misión de la Iglesia. Significa que hay que vivir la dimensión misionera. Toda espiritualidad en la Iglesia tiene una dimensión misionera.
La vida religiosa también tiene una dimensión misionera. Cada una igual. La vida contemplativa, igual a la vida matrimonial, la vida laical, en todo caso. Pero Juan Pablo II habla de que hay otras vocaciones específicas. Que es la vocación misionera adgentes. Puede ser un sacerdote, o, un religioso, o, un contemplativo (Teresita del Niño Jesús), o matrimonios.
El código del Derecho Canónico. El título de misionero, se lo da a los que tienen la vocación. Para ser misioneros y que no depende, si es que es laico, si es que es religioso, o es sacerdote, o es de vida contemplativa. También no depende si es extranjero, o, nativo del lugar. (Título 2 del libro 3 del Derecho Canónico) Son los cánones 870 y tantos, son 12 cánones dedicados a este tema, que están inspirados en el Concilio Vaticano II, en Adgentes. El Derecho canónico dice el título misionero, no depende, de del criterio jurídico. No depende del estado de vida, si es consagrado o no consagrado, laico o religioso. Como tampoco depende, la situación geográfica, si es extranjero o del lugar.
Hay congregaciones religiosas en la que no puedes ser miembro si es que no tienes la vocación misionera Adgentes. El caso de los Combonianos.
Incluso los laicos, los matrimonios, también por el hecho de haber recibido el bautismo tienen que vivir esa dimensión misionera. Estar en el mundo para poder evangelizar todas las estructuras de la sociedad; la política, el derecho, la economía, la educación, etc., etc.”
Hasta aquí, la primera parte que estuvo a cargo del Profesor Ángel Gómez, con el tema “Fundamentos Teológicos de la Misión”
Andrés Arbulú Martínez
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