Universidad nacional de Trujillo y la Religión
Ernesto Cardenal, aquel obispo nicaragüense, que por los años 70 pregonaba ,en plena revolución sandinista, que "El marxismo es ciencia y la religión es fe, ambos no se excluyen, sino que se complementan", no fue comprendido vastamente, por el movimiento estudiantil de aquella época, encandilado por el marxismo y sus nobles objetivos, sin embargo tocaba un punto importante y vigente, pues la historia de esta relación entre Ciencia y Fe, ha sido sinuosa entre conflictos y diálogos que tiene como paradigma, el caso Galileo, hoy estudiado, revisado y superado, la ciencia es una conquista del nombre, es una conquista de la humanidad a través de la historia, la ciencia no es atea por naturaleza, ni antagonista de la Fe
Las universidades, en tanto son el centro de las ciencias, son antros, donde se crea conocimiento cuando se investiga, donde se transmita conocimiento cuando se enseña y donde transforma cuando se proyecta a la sociedad. Estos conceptos previos, permiten tal vez entender, la evolución y la relación del Movimiento Universitario con la Iglesia, en la década de los 70, lo común era tomar las Iglesias, como una forma de llamar la atención, tal vez algunos recuerden, las tomas de la Iglesia San Agustín y la mismísima Catedral en 1972,ambas terminaron en una brutal masacre de estudiantes dentro de los mismos recintos sacros, igual ocurría a nivel nacional; la relación de las universidades con la Iglesia era débil con el paso de los años se fue haciendo frecuente.
Ver a Monseñor Miguel Cabrejos, haciendo misa en los patios universitarios, impartiendo la comunión masivamente a estudiantes y buscando ayuda para un estudiante de Derecho que tenía que ser tratado en España, se fue haciendo evidente el ingreso de alumnos a los diferentes movimientos apostólicos de la Iglesia, entre tantos otros hechos, hasta llegar a estos últimos días .donde las dos partes en conflicto de la UNT, donde aún existen evidentes simpatías socialistas en algunos de ellos, solicitan la mediación de la Iglesia para poner fin a un conflicto, que ni el cansancio, ni las bombas, ni los heridos, ni los congresistas, podían resolver. Este hecho, bueno, venturoso, provechoso para la comunidad universitaria y para la sociedad misma, maximizándolo, tal vez, nos recuerda que la ciencia y la Fe se complementan, independientemente del pluralismo ideológico se tiene que reconocer que el papel que juega la Fe, acompañando humildemente al hombre en busca de la verdad y la justicia; los estamentos universitarios deben saber que se puede ser rebelde, que se puede ser revolucionario, siendo cristiano, pues desde hace más de 2000 años Jesús planteó la meta revolucionaria de formar un hombre nuevo, una comunidad nueva, una sociedad nueva, transformando al hombre, sin parteros violentos, sin baños de sangre, sin Atila, sin Hitler, sin Pol Pot, sin Stalin.
El siglo XXI sabe que la Ciencia, la Conciencia y la Creencia son complementarias y no excluyentes dentro del desarrollo civilizado de la sociedad.
Miguel Palacios Celi
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