Tus Hijos y El Mundo Actual
¿Qué le toca vivir a tu hijo?
Los padres modernos, como tú, saben bien que necesitan de nuevas herramientas y apoyo de personas especializadas en temas formativos que son una valiosa ayuda para que cumplan de forma eficaz su rol de padres. Te felicito por esas ansias de ser un mejor padre, el que hoy estés aquí, sólo demuestra que estás comprometido con el progreso de tu familia y que ésta es muy valiosa para ti.
Quienes no buscan la información y el conocimiento seguirán educando a sus hijos con modelos y esquemas arcaicos que ya no funcionan en estos tiempos de cambios incesantes. No olvides que es probable que esos modelos actúen de manera contraproducente en la formación de tus hijos.
A tu hijo le ha tocado vivir en un ambiente mucho más complicado que aquél en el que tú viviste a su edad; por ello, es muy importante que lo prepares para enfrentar los problemas que tiene y los que tendrá. Vivimos en una sociedad altamente consumista, un círculo vicioso que promueve la adquisición de productos innecesarios que se vuelven indispensables y que a su vez nos motivan a adquirir otros productos con características similares o complementarias. Un ejemplo, si le damos a nuestro niño un celular, es muy probable que al poco tiempo tengamos que comprarle uno nuevo porque los amigos tienen otros más modernos; después, tal vez “necesite que el celular tenga cámara fotográfica, luego se preguntará por qué no tiene filmadora ni grabadora, lo siguiente será solicitar un celular con conexión a Internet y con televisión, y finalmente…, no hay finalmente, porque el consumo es una autopista que no tiene fin.
Los medios de comunicación nos venden la forma de vivir de los ricos y famosos, una vida exuberante a la que la gran mayoría aspira en estos tiempos.
Es por ello que actualmente una familia promedio tiene un gasto familiar mayor al que tenía hace 20 ó 30 años. Hoy, un padre de familia se ve “obligado” a proporcionar a los suyos, además de las necesidades básicas, viajes de vacaciones, celulares, autos, una “buena” educación (que como todos sabemos, sólo se puede recibir en entidades privadas y costosas), ropa de marca (que permitirá que los chicos puedan estar a la par de sus amigos sin sentirse menos) y un sin fin de gastos adicionales que realiza para poder sentir que es un buen padre y que cumple con darles a sus hijos LO MEJOR.
No nos malinterpretes, no es que estemos en contra de tu deseo de progresar y tener una mejor calidad de vida. Lo que realmente nos preocupa es que las exigencias económicas que “te impones”, incluso “sin darte cuenta”, podrían estar dañándote a ti y a tu familia.
Estas tremendas exigencias familiares han causado que actualmente en el común de hogares ambos padres trabajen y que el trabajo se haya convertido en el centro de sus vidas. Hay padres que, en su desesperación por mantener el estatus de su familia, se exigen de más y trabajan jornadas más largas. Lo paradójico es que ese estatus que queremos, que TÚ quieres darle a tu familia termina quitándole tiempo y debilitando los lazos que la unen, tanto que hasta podría terminar desintegrándola.
No sé cual sea tu situación en este momento, pero es probable que estés llegando a casa tan agotado que no desees hacerle frente a los problemas de bajo rendimiento escolar, socialización, violencia y falta de comunicación, entre otros; en los que quizás estén involucrados tus hijos.
En este mundo en el que todo nos demanda tiempo, siempre es más fácil robarle el tiempo a nuestros seres queridos. Por ello, hay mayores problemas entre nuestra niñez y juventud, y cada vez más divorcios.
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Blanca Polo
www.DesarrolloyFamilia.com
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