La mezcla de las lenguas- promotor de unidad
En El Libro del Zohar, así como en otros textos sagrados, hay una fuerza especial que nos influye durante la lectura y, más aún, si leemos y estudiamos con la intención de que esa fuerza afecte cambios positivos en nosotros. Se trata de una fuerza proveniente de nuestros estados espirituales más avanzados, la cual nos va cambiando paulatinamente, a medida solicitamos su influencia internamente. Es decir, con cada lectura, esta Luz especial que hay en los textos, nos acerca más y más a nuestra realización espiritual.
En los últimos meses, desde que empezamos a estudiar El Libro del Zohar, hemos hablado mucho sobre esa fuerza que hay en El Zohar y muchos de mis alumnos alrededor del mundo expresaron su preocupación respecto al potencial de influencia de esa fuerza. Me preguntaron si existe un peligro que esa fuerza disminuyera cuando se lee el texto en otro idioma. Este artículo es mi respuesta.
Si cerca del lector que lee el texto en hebreo, hay personas que sólo conocen su lengua materna, pero tienen el deseo de unirse entre sí, entonces sentirán hasta qué punto las palabras del Zohar les influyen, les corrigen y les llenan.
En realidad, no estamos frente a un libro, sino dentro de un sistema llamado “Zohar”. Cada palabra que leemos es como si “pulsáramos” algún botón que pone en marcha un cierto elemento del sistema. Esta función es desconocida para nosotros y aunque supiéramos la correcta, exacta y clara traducción de las palabras, esto no me diría nada ya que “pulso” algo, pero no tengo idea de qué es lo que este "botón" pone en marcha.
Por eso, aunque tenga una traducción exacta y bonita, no es eso lo que hará la diferencia. Es más, a la persona cuya lengua materna es el hebreo, le resulta todavía más difícil que a las personas que no entienden. Esto se debe a que los que entienden hebreo escuchan palabras conocidas y por lo tanto, no sienten la necesidad de penetrar las palabras para conectarse con su significado interno, pero aquellos que no hablan hebreo, no saben de qué se trata y se encuentran esforzando constantemente.
Incluso durante la lección, si no escucharan la traducción simultánea de mis palabras, estarían escuchando algunos sonidos, pero detrás de esos sonidos, tendrían un deseo creciente de conocer la espiritualidad. Por el contrario, aquellos que oyen estos sonidos y entienden las palabras, parecen llenarse más fácilmente y por lo tanto, abandonan el esfuerzo antes que otros. Es decir, su deseo de recibir placer se satisface como si hubiera recibido algo.
Por eso a aquellos que entienden las palabras, les resulta más difícil penetrar en el contenido interno que está detrás de las palabras. Uno se distrae, pensando en el significado terrenal de las palabras de El Zohar, tales como "Abraham", "Isaac", "Árca", "Serpiente" y otras palabras de objetos o acontecimientos. Es decir, escuchan el texto y lo representan en su mente con alguna imagen de este mundo en vez de esforzarse por encontrar su significado espiritual.
En cambio, aquellos que oyen un lenguaje desconocido, no entienden las palabras y por eso, pueden añadir a estas palabras cualquier deseo que tengan, manteniendo el pensamiento de que todo el texto se refiere al alma y no a objetos o acontecimientos del mundo material. Y si ya tenemos que imaginarnos algo, mejor imaginarnos el alma llena de Luz en su estado corregido, espiritual.
Por lo tanto, aquellos que no saben el idioma original del Zohar, se encuentran en una mejor posición, al respecto, y aunque nos parezca ilógico, la mezcla de las lenguas sucedió para ayudarnos a conectarnos unos con otros. Esta “ruptura lingüística” es justamente lo que nos llevará a la conexión entre nosotros. En realidad no es una ruptura, sino el descubrimiento del medio que nos ayudará a restablecer la conexión entre nosotros.
Nos parece que la mezcla de las lenguas nos aleja los unos de los otros, pero en realidad, si usamos ese medio correctamente, veremos resultados positivos en nuestras vidas, ya que esto fue hecho deliberadamente para que nos conectemos entre nosotros, pero que lo hagamos en el nivel espiritual en vez del nivel del idioma coloquial.
Por eso hubo necesidad de confundir las relaciones entre todos nosotros de tal manera, que no pudiéramos comunicarnos más en el nivel terrenal, para que tengamos que buscar otra forma de conexión: la conexión del corazón.
* El Rav Dr. Michael Laitman es máster en cibernética, doctor en filosofía y Cabalá, profesor de ontología y teoría del conocimiento. Es fundador y presidente de Bnei Baruj y del Instituto ARI, en Israel. Más información en www.laitman.es , www.kabbalah.info/es y www.kab.tv/spa
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