Confesiones de un enterrador
El pasado Sábado, mientras esperaba a que comenzase la Ruta por el Cementerio de San Andrés en Barcelona, tuve la oportunidad de hablar con César Martínez, Encargado y Coordinador de Operaciones de Cementerios. Es un hombre joven de mirada tranquila y un gran profesional que se siente orgulloso y realizado con su trabajo. Es temprano y me ofrece un café en la casita que utilizan los trabajadores del cementerio. Hay un silencio mágico. Nos sentamos frente a la mesa y le pido permiso para publicar esta improvisada entrevista. Se sorprende y aunque al principio es reticente, acaba aceptando.
PVV: ¿Cómo llegaste a ser enterrador?
César Martínez: El trabajo lo vivía en casa porque mi padre también trabajaba en el cementerio, así que desde muy pequeño ya estaba acostumbrado a ésto. En todo caso, no me gusta que la palabra "enterrador". Cuando me preguntan a qué me dedico respondo que soy "manipulador de cuerpos inertes"- dice sonriendo y resignado porque sabe que su profesión hoy en día, sigue teniendo cierto rechazo por la sociedad.
PVV: ¿Cuál es tu concepto de la muerte?
C. M: Ahora lo siento como un paso más. No me da ningún miedo, es algo natural.
PVV: Seguro que a lo largo de los años te has encontrado en multitud de situaciones ¿recuerdas ahora alguna anécdota?
C.M: Recapacita durante unos segundos y con cierta tristeza añade:- Lo peor son las peleas. Los entierros son momentos duros de emociones encontradas y a veces los familiares se enzarzan a golpes, de manera que hemos tenido que intervenir en algunas ocasiones y te deja muy mal cuerpo. También recuerdo otra situación muy triste en el que se desmayó una señora. Nos quedamos sorprendidos porque los familiares no la auxiliaron como era de esparar y fuimos nosotros los que tuvimos que atenderla y llamar a la ambulancia. A los dos días la estábamos enterrando a ella. En otra ocasión al dar la llave, (antiguamente se entregaba al familiar más cercano, simbólicamente la llave que cierra el ataúd, ahora ya no se hace) se pelearon la mujer legitima y la amante del fallecido y también tuvimos que intervenir para que se calmaran. También sufrimos cuando tenemos que enterrar a algún niño. Aunque estamos preparados, es lo más duro de nuestro trabajo. Eso seguro que te lo dirán todos los compañeros.- Se queda callado. Hay emoción en ese silencio. Se sobrepone, respira profundo y me mira paciente esperando otra pregunta.
PVV: Pareces un gran observador. ¿eres capaz de distinguir cuándo una persona está llorando con lágrimas de cocodrilo?
C.M: (Debe pensar que ésta es una de las preguntas más raras que le han hecho en su vida..) -..Pues sí- dice- A veces se nota que algunos lloran por pura cortesía y no hay verdadero dolor, pero son las menos. Despedir a alguien a quien quieres, es siempre difícil y nosotros tratamos de poner todos los medios a nuestro alcance, para hacer que ese momento sea más llevadero.
PVV: ¿Cuáles son los aspectos que ves que están cambiando con respecto al duelo y a los enterramientos?
C.M: En cuanto a los féretros, hemos visto que hay mayor interés por los biodegradables, de hecho hay un modelo, el mismo con el que enterraron al Papa, que se utiliza bastante. También hay mayor incineración y preocupación por los lugares donde esparcir las cenizas. En cuanto a las flores, es verdad que llegan menos coronas que antes. También estamos viendo, que la gente no visita tanto a sus familiares y no hay mucha expresión de dolor. Es como una vuelta atrás. Parece que la sociedad no quiere ni pensar en ello. Sin embargo, por otro lado, hay mucha gente que simplemente pasea como por cualquier parque y nos preguntan por algunas tumbas. Es muy buena idea organizar rutas como la de hoy. Cada vez vienen mas personas interesadas por lo que hay detrás de los muros de los cementerios. Eso es muy bueno.
PVV: He oído alguna vez que las familias, para que no les roben las coronas, las meten dentro de las tumbas, antes de colocar la lápida.
C.M: sonríe- No, no, no se roban flores... No digo que no haya pasado alguna vez, pero no es lo habitual. Lo que hacemos nosotros, es que cuando ya están marchitas, llevamos las coronas a un centro de reciclaje.
PVV: Paseas entre monumentos de una gran belleza. ¿hay alguno en especial que te guste más?
C.M: No se lo piensa dos veces, responde automáticamente, como si ya le hubieran hecho esta pregunta otras veces.- "El hombre del pico"- Afirma - Es un homenaje a todos los trabajadores de cementerios. Es una escultura muy bella situada a los pies del cementerio de Montjuic. ¿La has visto?-me pregunta.- No hay día que no salga de allí sin echarle una última mirada.
Conozco bien esa escultura, la grabé en una de mis visitas a Barcelona. Quizás sea una leyenda urbana, pero cuentan que este hombre estaba cavando una fosa y tuvo la fatal suerte, de clavarse el pico en la espalda.
Cierro la libreta y mientras terminamos nuestro café y se escuchan los pasos de los primeros visitantes, nos da tiempo a charlar un poco más sobre la vida, la muerte y la historia.
artículo original, fotografía y vídeo en http://pervive.com/blogs/general/dialogos-con-cesar-martinez-bordonau/
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