Mater Admirabilis
Vivimos…Sobreviviendo, desde la Singamia, cuando tenemos que luchar contra un ejército de Inmunoglobulinas conocidas y por conocer, contra Macrófagos despistados que buscan engullirnos, contra ofuscados linfocitos T que se acercan amenazantes y contra todo un Sistema de péptidos, defensinas y fagocitosis que nos miran sorprendidos con sus armas en ristre…pero sobrevivimos gracias a que nuestra inmensa Madre con sus emotivos y vehementes mensajes iónicos, logra amistarnos con su sistema inmunitario y orientarlo a nuestro favor.
Vivimos…Sobreviviendo, en medio de una lluvia de noxas abortivas y ponzoñosas, cargadas de levonorgestrel, misoprostol y ormeloxifén, que buscan anegar nuestros espacios intervellosos, para que no anidemos y así moribundos, mandarnos al balde en medio de coágulos y gasas ensangrentadas…pero nuestra inmensa Madre, con ese instinto que le brota de lo mas íntimo del tejido silencioso, lucha contra todos los confundidos, la edad, la paridad, los estudios, el futuro y a veces contra nuestro propio padre.
Vivimos acosados por hiporexias, arcadas y leucorreas y sobrevivimos por que nuestra inmensa madre, respira profundamente, chupa ácidos caramelos, come de a poquitos, tolera dolorosas y frecuentes ampollas en sus nalgas y se aplican mantecosos e incómodos óvulos vaginales.
Vivimos…Sobreviviendo y buceando dentro del Líquido Amniótico, tolerando los vaivenes de la Vida diaria y cotidiana, amortiguados, con estabilidad hidráulica, rodeados y alimentados de proteínas, carbohidratos, lípidos, urea y electrolitos…gracias a nuestra inmensa Madre que se encarga de producirlo los 4 primeros meses y enriquecerlo después.
Vivimos y Sobrevivimos, alimentados plácidamente por la Sangre y el plasma de nuestra heroína, succionando sin misericordia sus proteínas, vaciando sus reservas de folatos, hierro y otros minerales y electrolitos, haciendo que la pobre luche después, contra la Anemia, calambres, parestesias, hormigueos, gingivorragia.
Vivimos…Sobreviviendo, nacemos en medio de Contracciones y dilataciones, en medio de dolores y gritos histéricos de gestos nerviosos y voces suplicantes, que inundan el Paritorio, ¡ahí!... donde se entrecruzan los ruegos y las exigencias, donde gotea… ¡oxitocina, sudor y adrenalina!, con el cordón Umbilical en el cuello y la muerte danzando en la espalda…
pero nuestra Madre…nuestra inmensa Madre, no reniega a la hora de soportar, no se rinde a la hora suprema de la lucha, soporta sin renegar, grita sin acusar, sonríe en vez de llorar, dilata en lugar de cerrar, expulsa en lugar de retener.
Por ello nacemos en medio de sangre, liquido y fluidos, con el vérnix caseoso en la piel, con los puños cerrados y los ojos también, asustados, aterrados y al abrirlos nos encontramos con esas manos y brazos abiertos, con esa ancha sonrisa, con esas voces de arrullo que ya la habíamos escuchado, con ese rostro lleno de alegría y felicidad con que nuestra madre nos recibe
y gritamos…¡ si ¡…gritamos…¡ MADRE!, el idioma universal que todo recién nacido grita al nacer, aquí, allá y en todos los confines de la tierra…¡Madre! que significa…¡ Gracias!, que significa…¡ Te Quiero!... que significa todo… que atraviesa fronteras, cielo, ,mares y galaxias,
Nacemos gritando… ¡mather, meré, mamay, matter…! no interesa el dialecto en el que sea pronunciado, ni el día y la hora…por que es lo mismo… ¡es amor, ternura, afecto, cariño y todos sus sinónimos!…
Y es el mismo grito que gritaremos toda la vida cuando el peligro nos aceche, cuando los problemas nos consuman, cuando la tristeza nos invada, cuando el dolor nos aflija y su eco… ¡su solo Eco!… nos abrazará… aunque ya no estés Madre querida… su eco nos cobijara, nos dará ternura, calma, sosiego…lo que siempre nos das en la Vida.
¡Madre!... palabra que llega al alma porque nace de ella, de cada una de los trillones de células, palabra que nace del sideral silencio del tejido y que perfuma nuestros días y noches… nuestra vida y acciones… y cuyo eco… cual himno inmenso… ¡nos acrisola toda la Vida!
Miguel Palacios Celi
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