El amor dependiente...

Algunas veces en nuestra vida  nos sentimos insatisfechos, enojados y llenos de resentimientos, y no atinamos a darles una explicación, por momentos, creemos que estamos muy felices haciendo cosas para los demás  y teniéndoles contentos, sin embargo, seguramente nos encontramos más satisfaciendo y cumpliendo los deseos de los demás, menos los nuestros.  Generalmente este amor dependiente nos sale mejor cuando vivimos en pareja…

Estas dispuestos a todo, cuando renunciamos a nuestros deseos gustos y ganas por los demás y ellos ni siquiera son capaces de apreciarlo… entonces seguramente estamos dependiendo de los otros y de satisfacer sus requerimientos. Cuando atender al otro significa el olvido de mí, seguramente la estoy pasando muy mal, porque nadie se entera de que es lo que yo necesito…Es decir, a mí me importa lo que les pasa a todos, pero a nadie aprecia lo que hago, lo que necesito y lo que quiero, pero parece que ni a mí mismo.

¿Qué es la dependencia en pareja?

Esperar la aprobación de los demás para sentir que valemos, pero sobre todo, de la pareja.

No atreverse a decir y hablar  por temor a ofender a alguien y mantenerse con prudencia, no queremos que nuestra pareja pase un mal rato, mejor callamos.

Buscar la aprobación constante de los demás en nuestras decisiones, ropa y formas de comportarnos.  Sentir todo el tiempo la necesidad de ser reconocidos y si eso no sucede, nos sentimos frustrados y en la lona. Siempre estamos muy pendientes de lo que nuestra pareja dice de nosotros y de su aceptación.

Depender de otros emocionalmente es una manera de vivir las relaciones en la vida, es una forma de engancharnos con otros, con la intención de que los otros se hagan cargo de mis necesidades, es decir, ponemos en manos de otra persona, la responsabilidad de mi felicidad, de mis alegrías, de mis temores, de mis tristezas, en fin de mi bienestar y de mi malestar también. Tal vez, por ello, vivo tan infeliz con mi pareja, porque no entiende lo que yo necesito.

La dependencia emocional es una condición que se vive sólo en la infancia, es en aquella época en la que es dado depender, que nos guíen, nos demuestren que somos valerosos, dignos, amados.  Cuando por la razón que sea, algunas de estas necesidades no fueron satisfechas, y entonces buscamos con desesperación en la edad adulta que alguien nos las satisfaga y nos apegamos con desesperación de manera que dependemos y dependemos y dependemos de los demás, porque no nos atrevemos a atravesar los caminos del dolor, de darnos cuenta que no lo tuvimos y pues, ni hablar… ahora sólo me corresponde a mí proveérmelo. Sólo que ahora ya tengo treinta y tantos años y sigo esperando, principalmente que mi pareja me resuelva la vida emocional. Sigo siendo tan infantil…

Algunos de los comportamientos que se establecen en este tipo de relaciones son:

Esperar que los demás resuelvan nuestras necesidades. Especialmente mi pareja.

Incapacidad de estar solos. Sí no estás conmigo, me muero.

Idealiza a una persona y luego se apega a ella. Necesito que seas como yo te quiero.

No pueden recibir el afecto que se les brinda, pareciera que sólo entienden las relaciones con el dar. Dan para controlar, para que la pareja sienta nuestra gran bondad, pero esta gran bondad, también tiene un sello de manipulación.

Sientan sus relaciones en términos de sumisión, admiración y  apego.

Necesidad excesiva de aprobación, admiración, aceptación. Y sí tu que eres mi pareja no me la das, seguramente, no me quieres , como yo a ti.

Demandan atención constante y están dispuestos a dar lo que sea, regalos, tiempo con el fin de ser reconocidos.

Siembran falsas expectativas respecto de las pareja.

Quieren y exigen relaciones de exclusividad y son capaces de cualquier cosa para obtener la atención, aprobación y generalmente,  acaban por ser relaciones de abuso, en cualquier sentido.

Las relaciones pasan por emociones intensas de chantaje emocional y las rupturas se tornan tormentosas.

En general las personas que establecen este tipo de relaciones poseen una pobre autoestima y un autoconcepto  negativo y deficiente. No  se respetan a sí mismas y por ello, buscan en el afuera el respeto y dignidad, pero sus s intentos siempre fallan. Generalmente se sienten desamparadas, por eso buscan una relación de la cuál depender. Lo que no alcanzan a comprender es que nadie puede darles ni respeto, ni amor, ni atención, ni aprecio, si ellas, no empiezan por dárselo a sí mismas.

Los episodios emocionales de las personas que establecen estas relaciones pasan de la depresión, al vacío, a la agresividad y al chantaje. En general éstas personas dependientes establecen relaciones con personas que requieren ser admiradas,  egoístas y con una pobre comprensión por lo que el otro está pasando.  Por supuesto el equilibrio-desequilibrio entran en juego, los dependientes ocupan una posición sumisa y los elegidos  de privilegio.

Es decir, los trepamos al pedestal, y luego dependemos de ellos, para que nos aprueben y nos quieran y además, nos tengan agradecimiento por todo lo que hemos hecho por ellos…

Algunos de los factores que entran en juego en estas relaciones son el miedo al abandono, la culpa por no dar el ancho para el otro, la incapacidad para expresar el enojo y la ira.

Cuando estas relaciones se complican en general se vive un dolor intenso, aislamiento, miedo, frustración, sensación de ser incapaces de contar con una vida propia.

La dependencia emocional nos impide construir relaciones sanas y equilibradas. Todos  dependemos e interdependemos de otros, pero una cosa es relacionarnos con alguien en equilibrio y otra muy distinta, darle las llaves de mi persona a una persona insensible, poco comprensiva y que requiere de una gran admiración.

Traspasar el camino de la dependencia a la interdependencia no es un camino fácil, es necesario repensarnos, volver a tocar nuestros dolores, carencias y finalmente responsabilizarnos de nosotros mismos, de nuestra autoestima, de nuestro darnos a nosotros lo que antes cedíamos a los demás, es llorar, rabiar, pero también, es la posibilidad del reencuentro conmigo mismo.

Cuando dar al otro significa olvidarme  de mí, es quizá el momento de voltear la mirada a nosotros mismos desde una manera comprensiva, las culpas y juicios no ayudan en ningún sentido… ya es bastante con ser dependiente…

Gracias por leerme, mi Misión es la calidad de vida emocional.

Cómo Recuperar la confianza en el amor, es muy probable que estés buscando una orientación, y aquí podemos brindarla, gracias.

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