Sobre por qué la política es un cancer
Cuando soy un niño necesito a mis padres para aprender a no cometer errores, entendiendo como tales aquellas acciones que tengan mayor número de consecuencias negativas que positivas tanto a largo como a corto plazo. En mi adolescencia necesito a mis padres para llevar por buen cauce el torrente de hormonas que asaltan mi cuerpo. Tras ésta, sin embargo, me vuelvo equilibrado (si todo ha ido bien) y con suficiente experiencia como para enfrentarme al mundo y seguir aprendiendo de sus hostilidades y disfrutando de sus bellezas.
Sin embargo esto no es así ya que sigo teniendo un papá que me castiga con 500 euros por no llevar puesto el cinturón. ¿Por qué? Porque mi papá la ha cagado y ha llevado a la familia a una crisis económica.
Definamos los ladrillos de la política: los políticos (no creo que fueran ustedes tan ilusos de creer que iba a decir nosotros ¿no?). Yo los defino así: sujetos cegados por su adicción a mantenerse en el poder, poderadictos. Y por supuesto para este fin deben lamer muchos culos poderosos que les den su apoyo, ¿no?
Yo no quiero un papá poderadictos, es más, no quiero más papá que el mío (y mi mamá por supuesto, que nadie se enoje).
En este momento el 99 % de la gente me dice algo así como: “¡No podemos vivir sin política! Es una mierda si, pero es necesaria.” Permitidme 99% de la gente deciros que no estoy de acuerdo, no si tenemos el mismo concepto de política, para esto yo soy bastante, tal vez demasiado práctico ya que la defino tal como la veo, tal como la lleva viendo el planeta desde el nacimiento de los homínidos superiores.
¡QUITÉMONOS LAS VENDAS! ¡Nos tienen engañados! Nos dicen: “Somos vuestros papás porque somos más inteligentes y estamos más capacitados que vosotros, tened claro que nunca nos preocuparemos por vuestro bienestar a no ser que al hacerlo se haga evidente nuestra bondad y por ella nos votéis, somos vuestros papás y nos necesitáis.”
Hay quien llama a nuestra situación democracia pasiva y realmente estoy de acuerdo con el segundo término, entendiendo como tal que nos dan por culo a todas horas, usando a modo de vaselina sus pútridas palabras, con menos valor que la mierda de mi prima recién nacida.
No, no propongo la anarquía, no soy tan idiota, todos necesitamos normas, solo hay que ver la organización de una manada de lobos en la naturaleza, naturaleza que, por cierto, si que no tiene ningún voto a la hora de tomar decisiones. Lo que digo es que yo no quiero las normas de un poderadictos trajeado, quiero las normas que pongamos nosotros mismos, normas que se adapten según cambien las circunstancias, y no según cambien las carteras de los poderadictos.
No se a vosotros pero a mi nadie me ha preguntado si quiero establecer el límite de velocidad en 120; a mi nadie me ha preguntado de donde quiero ahorrar, si de la compra de tanques de XXXXXXXXXXX euros o de la pensión de mi abuela.
Yo no acepto la política, no la aguanto. Y no digo que me vaya a levantar en armas ni que vaya a hacer pintaditas en el autobús urbano, solo digo que hay que quitarse las vendas, que por favor, no viváis engañados, que no necesitáis a Zapatero, ni a Rajoy, ni a Esperanza Aguirre, ni a Obama, ni a ningún papá más que al vuestro.
Un saludo y perdonad mi falta de respeto pero comprenderéis que si no me gusta que me den por culo ni con permiso mucho menos sin él.
El mundo es naturaleza, nosotros procedemos de ella y todo lo que hacemos se basa en ella, aceptemoslo, es hermoso
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