A nosotros, personas educadas en el fundamento científico, nos repele todo aquello que no podamos medir, pesar y cuantificar. A pesar de todo tenemos experiencia de que existen muchas cosas, las cuales, no podemos tomar con las manos, calcular o evaluar a nuestro entero gusto.
Nunca hemos podido medir el amor,ni la nostalgia, no hemos podido pesar el odio o la envida, nadie ha calculado el peso del orgullo o la vanidad, no sabemos la forma de la bondad ni de la soledad, ¿Quién conoce el sabor de la angustia o de la clemencia? No tenemos idea del color de la misericordia o de la jactancia. No obstante todos sabemos,por experiencia, que todas estas vivencias existen porque las hemos disfrutadoo sufrido, reído y llorado.
Con la energía universal (rei) y con la energía particular de cada uno (ki), pasa algo parecido, la podemos adivinar, sobre todo cuando nos falta, pero como no podemos verla ni medirla la negamos. Nuestra mentalidad moderna y “científica” nos bloquea, nos deja indefensos ante algo no apto para la comprobación o el cálculo.
Sólo es necesario cerrar los ojos, inhalar y exhalar acompasadamente, relajarse y sentir como una sutil marea de energía renueva todo nuestro ser, el físico, el mental y el espiritual.
Nasser Hadi
