Tercer hábito – Poner primero lo primero
¿Qué puedes hacer que no estés haciendo ahora, y que si lo hicieras frecuentemente, representaría un gran cambio positivo en tu vida personal?, ¿Y en tu vida profesional o en tu empresa?
En el hábito anterior, “Comenzar con el fin en la mente”, decidiste a dónde quieres llegar y trazaste un mapa para lograrlo. Este tercer hábito lo que te quiere transmitir es; ¡Llega!, no permitas que los obstáculos te desvíen del camino.
“No es una montaña la que conquistamos, sino a nosotros mismos” Edmund Hillary (1era persona que escalo el monte Everest)
Este tercer hábito consiste en administrarnos a nosotros mismos, organizando y ejecutando nuestras propias metas según prioridades. Te has dado cuenta que no es lo mismo empacar una maleta doblando y acomodando la ropa a echarla toda en bolita; nos cabe más ropa si la ordenamos, y sin embargo, es la misma ropa la que metemos. Eso pasa en nuestras vidas; mientras más nos organizamos, más cosas podemos llevar a cabo.
Ahora analizaremos a que dedicamos la mayor parte de nuestro tiempo en el día:
A las cosas urgentes; cosas que no pueden esperar, actividades que exigen atención inmediata. Normalmente son actividades que carecen de importancia pero que siempre actúan sobre nosotros. A las cosas importantes; cosas de gran valor para nuestras vidas y nuestro futuro. Deben ser nuestras prioridades ya que contribuyen a nuestra misión y metas que escribimos en el segundo hábito.Sobre las cosas urgentes reaccionamos, mientras que para las cosas importantes tenemos que actuar, y así poder aprovechar las oportunidades. Ahora analizaremos la combinación de ambas en cuatro cuadrantes y las consecuencias de vivir en dichos cuadrantes:
URGENTE NO URGENTE
IMPORTANTE I II
NO IMPORTANTE III IV
I. En este cuadrante están las personas que dejan todo para después, esto hace que las cosas importantes que tienen que hacer las hagan a última hora y por lo tanto a la carrera. Es difícil que este tipo de personas viviendo con prisas, den todo su potencial, ya que se encuentran angustiados y tensos por entregar ese trabajo o acabar ese proyecto, al día siguiente pasa lo mismo, y así sucesivamente, cada vez más agotados, y por consiguiente, disminuyendo su rendimiento. Es cierto que hay cosas que suceden y no podemos controlar, como un accidente, una fuga de agua, etc., y que requieren de atención inmediata, pero hay que evitar que lo que no es tan urgente se vuelva urgente por dejarlo para el último.
II. Aquí se encuentran las personas efectivas. Aquí están aquellos que planifican todo lo que tienen que hacer marcando sus prioridades; asegurándose de que lo más importante se haga primero y lo menos importante se haga al último. Tienen todo bajo control, actúan sin perder de vista su objetivo, es decir, lo que hacen, la mayoría de las veces, gira en torno a su misión personal.
III. Las personas en el cuadrante 3 normalmente confunden lo importante de lo no importante, y pierden su tiempo en el teléfono, Messenger, Facebook, etc., generalmente involucrándose en los problemas de los demás. También les cuesta mucho decir que no, y ceden ante la presión de los demás. Siempre quieren complacer a todo mundo y por tanto nunca están bien ellos mismos.
“No conozco la llave del éxito, pero la del fracaso es tratar de agradar a todos” William Henry Cosby.
IV. En esta categoría están las personas flojas, aquellas que desperdician su vida en frente de la televisión, videojuegos, etc., o que están sumergidos en los excesos del alcohol, drogas, etc. Estas personas son indiferentes, carecen de responsabilidad y por tanto les vale lo que pasa a su alrededor.
No todos vivimos solamente en un cuadrante, sin embargo, lo recomendable es pasar más tiempo en el cuadrante 2.
¿Cómo hacerlo?
Consigue una agenda, ya sea pequeña o grande (la que más te acomode), y tómate 20 minutos (te recomiendo en domingo) para planificar cada semana. Primero identifica un mínimo de 10 cosas importantes que tienes que efectuar la próxima semana. Puedes hacerlo a través de diferentes roles, por ejemplo:
Rol de trabajador: llegar a tiempo al trabajo. Rol de empresario: hablar con mi proveedor. Rol de esposo: llevar a mi esposa a cenar. Rol de papá: partido de Juanito. Rol de amigo: cumpleaños de Pedro. Etc.El segundo paso es establecer horarios para dichas actividades. Y por último programa todo lo demás. Te darás cuenta que caben más cosas en una cubeta si pones primero las piedras grandes y después integras las pequeñas, a que si haces lo contrario. Sino alcanzas a hacer muchas cosas no te preocupes, poco a poco podrás ir adaptando tu agenda y serás más efectivo.
Últimos consejos:
Nunca permitas que los temores decidan por ti; sal de tu zona de comodidad. Recuerda la frase de Giovanni Boccaccio “Vale más actuar exponiéndose a arrepentirse de ello, que arrepentirse de no haber hecho nada”. Se fuerte en los momentos difíciles y levántate cada vez que caigas; debemos preocuparnos menos por caer y más por las oportunidades que perdemos cuando ni siquiera hacemos el intento. No cedas ante la presión de los demás. Cuando la presión social sea fuerte, mejor aléjate del entorno. Actúa.“Todas las personas con éxito tienen el hábito de hacer lo que a los fracasados no les gusta hacer. A ellas tampoco les gusta hacerlas. Pero sus propósitos son tan grandes, que sacrifican un poco de disgusto para alcanzar el éxito” Albert E. Gray.
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