Aborto y violación: contradicciones de grupo católico
La directora del grupo Católicas por el Derecho a Decidir, María Consuelo Mejía, puntualizó que el aborto es un hecho justificado siempre y cuando una mujer se lo practique por la necesidad de salvaguardar su integridad y con la finalidad de que se solucione un proceso traumático y penoso como una violación.
En términos legales, el aborto se encuentra plenamente justificado en el que mujer tiene la necesidad de preservar tanto su integridad como su salud mental, superando el penoso trauma de una violación; sin en embargo, de acuerdo con los términos establecidos por la Facultad de Derecho Canónico de la Universidad Pontificia de México, el tema del aborto implica elementos de interpretación, ya que las normas que rigen a la iglesia condenan y califican el acto del aborto, calificándola de abominable y digna de realizar una excomunión, tanto en el practicante como en la mujer que lo permite. Catedráticos de esta facultad reconocen que ciertos argumentos de la ONG son válidos en determinadas circunstancias, como: por ignorancia en la violación de una ley o la presencia de una enfermedad mental en la gestante. Pero, cuando se considera el aborto como una solución para actuar en defensa propia o por “necesidad”, como sucede con la violación, los pretextos no proceden, ya que el bebé carece de culpa y no puede ser considerado un agresor, por tanto, la madre no tiene de que defenderse.
Con tales argumentos puestos en tela de juicio el grupo dirigido por Consuelo Mejía entra en una contradicción, ya que por un lado se apega a los términos contrarios que su institución ha establecido, a lo que se defiende diciendo que el grupo pretende difundir el Derecho Católico, evitando las interpretaciones.
Por su parte, Claudia Dides, investigadora en temas de género de la Facultad Latinoamérica de Ciencias Sociales, señala que el 60% de la población mexicana (de la cual el 82% es católico) aprobaría el aborto en caso de una violación. De acuerdo con la autora, estas cifras revelan un contraste que indica la clara diferenciación que hacen los encuestados entre las instancias en las que una mujer decide realizarse un aborto.
Dides concluye que el aborto es visto primero, como un problema personal; segundo, de valores y principios; tercero, como de derecho humano; por último como una disyuntiva es religiosa. De esta manera, el 55% de los encuestados se manifiestan en el desacuerdo de que el tema sea tratado desde la perspectiva religiosa.
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