Cuando todavía queda esperanza
Esté receptivo(a) a escuchar
No presente una actitud de enojo. Si su cónyuge le provee una explicación, escúchelo(a) realmente. En este momento, lo menos que su cónyuge quiere es seguir discutiendo, al punto que ha decidido marcharse.
Tampoco es el momento de estar amonestando a su cónyuge. No lo(a) acuse ni le reproche sus acciones. No siga añadiendo leña al fuego; tome un momento para mirar la situación desde afuera.
Intente entender
Preste atención a lo que su cónyuge piensa que le ocasionó la necesidad de partir del hogar. Por más pequeño que usted vea el incidente, debe haber afectado grandemente a su cónyuge, tanto que ahora se quiere ir.
No ignore los sentimientos de su cónyuge, para él/ella estos son sumamente importantes. Ponga atención a lo que afecta a su cónyuge y busque hallar una solución con la cual ambos pueden vivir.
No intente un contraataque, solo echará más leña al fuego. Lo más probable es que su cónyuge también lo/la ha herido a usted, pero no es el momento de comenzar otra guerra.
No se apresure a buscar intimidad o presionar a su cónyuge a que le responda de igual manera. Su cónyuge puede que necesite espacio y tiempo para recuperar la confianza.
Deje al lado el enojo
Intente deshacerse de todo sentimiento negativo que tiene en contra de su cónyuge. Si lo que usted le propone sale de su corazón, será difícil para su cónyuge seguir dándole la espalda.
No amenace a su cónyuge. No sirve de nada que se quede con usted por miedo. No incite a su cónyuge a seguir con la pelea, ni se interponga físicamente entre él/ella y la salida.
Dele la oportunidad de irse
Si su cónyuge realmente está decidido/a a separarse, déjele saber que está de acuerdo. Ganará más que si sigue discutiendo. Puede que sea una oportunidad para darle a ver que sí lo esta escuchando y respeta sus necesidades.
Permita que se vaya, el estar solo(a) un tiempo puede cambiar la forma en que ve la situación actual.
No le prometa cosas que sabe que no le va a cumplir, puede ser que ya ha escuchado sus falsas promesas y no está dispuesto(a) a seguir confiando en usted.
Déjele saber que aunque no quiere que se marche, usted está de acuerdo con su decisión. Si usted es mujer recuerde que la mayoría de los hombres respetan una mujer que da a ver que es emocionalmente fuerte. No escoja estar rogándole que no la deje.
Busque la raíz del problema
Al marcharse su cónyuge, enfóquese en usted y sus hijos. Cuide de su salud y si es posible, vea un profesional en relaciones matrimoniales que lo(a) pueda aconsejar en cuanto a los próximos pasos.
Su situación no cambiará milagrosamente; va a requerir un esfuerzo de parte de ambos. La única forma en que su relación mejorará es si realmente surge un cambio entre los dos.
Luego que haya pasado algún tiempo, un par de semanas, hable con su cónyuge sobre lo que pueden hacer como pareja para rehacer su matrimonio. Saquen tiempo para verdaderamente escucharse.
Hable con su cónyuge sobre sus faltas (todos la tenemos) y déjele saber que está trabajando en resolver éstas y que, como pareja, pueden hallar solución a su relación. Si su cónyuge aún no esta dispuesto(a) a buscar una razón para volver, puede ser que sea tarde para salvar el matrimonio.
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