Los toros desde la barrera
Cuando estoy sentado en mi butaca tranquilamente viendo un partido de fútbol por la tele, tengo que escuchar (soportar) la mayoría de las veces a toda una coral de locutores, comentaristas, presentadores, “viejas glorias” balompédicas, entrenadores en paro, graciosos con dudoso sentido del humor y otra serie de adheridos que se empeñan en contarme paso a paso, detalle a detalle y punto por punto lo que yo ya estoy viendo sin necesidad de que nadie continuamente me lo repita.
Da igual a la cadena que me conecte, en la mayoría de las ocasiones siempre sucede lo mismo (salvo alguna honrosa excepción que agradezco enormemente). Unos y otros se empeñan en tratarnos a los sufridos televidentes como si fuéramos auténticos analfabetos futbolísticos que no se enteran absolutamente de nada de lo que a través del televisor se está viviendo dentro del terreno de juego.
Y que decir de los “sabelotodo”, esos “filósofos del balón”, esos “profetas del fútbol” que continuamente deambulan por los distintos medios de comunicación y que día sí y día también, nos dicen a los telespectadores como han de jugar los equipos que estamos viendo disputar un partido y lo que tienen que hacer para ganar. Que estilo de juego han de emplear, que posiciones han de ocupar los jugadores en el campo, que cambios han de hacer los entrenadores en cada momento y un sinfín de “mágicos remedios” que desde su cómoda y plácida barrera se atreven a recetarnos.
Claro está que todo lo que dicen no lo podemos rebatir los que estamos al otro lado de la pequeña pantalla, al menos de momento, aunque técnicamente ya sea posible enviando un SMS a la cadena, y sólo para decir ¡Por favor, cierren la boca de una vez y déjennos ver el partido tranquilamente ¡
Afortunadamente no todos los que comentan un partido por televisión son iguales. Hay quien habla lo justo, con conocimiento de causa, pensando lo que dice, con el afán de comunicar y aportar sus puntos de vista pero sin buscar el lucimiento personal y utilizando un lenguaje más “efectivo que efectista”. Generalmente, los que menos hablan son los que más saben, al contrario que otros que sólo les gusta escucharse a sí mismos.
Los “toros se ven muy bien desde la barrera”, pero cuando hay que bajar al ruedo y enfrentarse con los enormes cuernos del morlaco, la cosa cambia. Me gustaría mucho ver a tanto “catedrático balompédico”, sentarse en un banquillo y dirigir a un equipo. Hay otros que siendo entrenadores ya lo han hecho y no precisamente bien y ahora, y ya que hablamos de toros, por “vergüenza torera” mejor estar “calladitos” que criticar a los compañeros.
Paco Arias.
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