La Música: Mucho más que arte
Como todas las artes, la música tiene como fin la belleza, la creación y representación de algo hermoso hecho para disfrutar.
La combinación de sonidos, ritmos, tonalidades, armonías y timbres diferentes han dado lugar a numerosos estilos musicales a través de la historia, así el verdadero amante de la música suele tener dificultad en elegir un solo tipo de música favorito entre tanta variedad. Cuando me preguntan por mi estilo favorito suelo decir: "Me gusta toda clase de Música siempre que sea buena". Y es cierto, disfruto igual escuchando un aria de ópera que un vals, un bolero, una ranchera o música pop, cada momento, nuestro estado de ánimo nos inclina hacia una música determinada, así el estado de ánimo del compositor al escribir su obra también nos influye a nosotros al escucharla.
Sabido es que la música influye en el humor de las personas, también se cree que puede afectar a la salud física y mental, al comportamiento, carácter, concentración, aprendizaje y a las emociones.
Estas cualidades de la música han sido explotadas desde la antigüedad hasta nuestros días, desde las danzas primitivas que infundían valor a los guerreros o la música sacra que llamaba al recogimiento y la espiritualidad hasta la música comercial que pretende llamar la atención del comprador.
Durante las últimas décadas se ha estudiado el efecto que produce la música de Mozart en la inteligencia y el comportamiento de los niños. De hecho el estudio del lenguaje musical ayuda a reforzar la memoria y la atención. También la práctica de instrumentos como el piano ayuda a desarrollar la habilidad e independencia de las manos. Por ello la música se ha utilizado tanto en medicina como en la enseñanza.
Durante siglos y hasta hace algunos años en España se cantaba en las escuelas como ayuda para aprender matemáticas, poesía, geografía o historia, se cantaba al entrar en la escuela, al salir, en los juegos del recreo o al rezar. Hoy en cambio la música en los colegios se limita a la fase de infantil ( de 3 a 5 años ) y a una asignatura de dos horas semanales ( en el mejor de los casos ) en primaria, desperdiciando de esta forma las cualidades de la música como instrumento pedagógico.
Utilizamos la música en todos los ámbitos nuestra vida y nos servimos de ella para el entretenimiento, en la publicidad, como tono para el móvil, acompañando exposiciones o desfiles y en el cine, por poner un ejemplo. Se nos hace difícil imaginarnos una película de acción sin una pieza agitada como banda sonora o una de amor sin violines de fondo.
Su utilidad va más allá cuando nos damos cuenta de que la música también afecta a los animales o a las plantas, las vacas dan más leche cuando escuchan la música adecuada y las plantas de interior crecen mejor en una casa donde se escucha buena música ( lo he comprobado ).
Por tanto la música no es solamente un arte para nuestro placer, sino que nos acompaña y nos ayuda en algunos aspectos de la vida cotidiana, nos divierte, emociona, entristece, anima y mucho más.
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