Pol Pot no debe morir
Sí. Pol Pot debe permanecer en el recuerdo de la humanidad. El mundo debe conocer esa historia para no estar condenado a repetirla.
El líder de los Khmers Rojos, Saloth Sar, nació en 1925 (fecha aun no confirmada) dentro de una rica familia de la provincia de Kompong Thom, en el centro de Camboya. Tuvo relación con la monarquía pues su primo y su hermana pertenecían a la corte real. De esta manera ha podido frecuentar como monje un monasterio budista y estudiar un tiempo en una pagoda de Phnom Penh. Su nacionalismo radical proviene de la época de sus estudios por allá entre 1940 y 1948. Estuvo becado en París para estudiar electrónica pero su fiebre por la política y por el marxismo lo llevan de nuevo a su país, habiendo perdido buena parte de las materias y aun sin acabar sus cursos. Enseguida, él se pone en contacto con los círculos clandestinos enemigos del colonialismo francés y más adelante enseña historia y geografía en una escuela privada de Phnom Penh, de 1954 à 1963. En el mismo año de 1963, es nombrado secretario del Partido Comunista y en 1968 los combatientes, a quienes el príncipe Norodom Sihanuk apoda "Khmers Rojos", lanzan sus primeros ataques contra los puestos de policía más aislados. Sihanuk hace lo posible por mantener su país neutral frente a la guerra del Vietnam, pero los Khmers Rojos se aprovechan del odio despertado por las bombas americanas B-52 y su terrible poder de destrucción. El "Hermano Número Uno" dirige una armada de rebeldes triunfante en 1975 sobre las fuerzas de la república comandadas por el general Lon Nol, quien a su vez era sostenido por los Americanos. Inmediatamente se implanta el terror. La biblioteca nacional es desalojada para poner allí un criadero de cerdos. La población de Phnom Penh amenazada por las tropas de Pol Pot es obligada a trasladarse al campo para trabajar en "importantes proyectos agrícolas". Los soldados del régimen de Lon Nol son masacrados. A casi todo el mundo se le encuentra relación con el "enemigo nacional". Pol Pot, invadido de un enfermo fanatismo marxista, intenta crear, en un día, una economía autárquica colectivista y sin moneda. Por supuesto todo terminó en catástrofe. El resultado de los grandiosos proyectos agropecuarios fue el hambre, las enfermedades, el trabajo forzado y la muerte atroz. En el momento de la invasión del Vietnam a Camboya (navidad de 1978), ya podían contabilizarse más de un millón de masacrados y ¡aun no transcurrían ni cuatro años del gobierno de Pol Pot! Una vez derrotado vuelve al monte como jefe rebelde de los tristemente célebres Khmers Rojos, patrocinado por el gobierno Chino y coligado al monarca Sihanuk. En 1990, se firma un tratado de paz, pero los Khmers Rojos siguen la lucha en las selvas del norte, cerca de Taylandia. El plan de ayuda a Camboya creó expectativas desproporcionadas. A la utopía totalitaria del Khmer Rouge sucedió la utopía de la transformación democrática planeada para llevarse a cabo en una generación. Aun con un respaldo de tres mil millones de dólares, 22 mil efectivos de las Naciones Unidas y la voluntad conjunta de Estados Unidos y sus aliados, los esfuerzos no pudieron fructificar en un país con la única tradición política del autoritarismo. En los últimos años, el poder y la importancia de los Khmer Rojos había decaído inmensamente y en Junio pasado (1998) Pol Pot había sido arrestado y juzgado por sus propios conmilitones. Recientemente, en su desesperación él había manifestado su voluntad de ser juzgado por un tribunal internacional.
Las elecciones de 1993, supervisadas por las Naciones Unidas, dieron el triunfo al partido realista del príncipe Ranariddh, hijo del rey Norodom Sihanouk. Pero el derrotado Hun Sen, del Partido Camboyano del Pueblo, quien había gobernado por sí solo al país durante quince años, apoyado por buena parte del ejército, se negó a dejar el poder. El resultado fue un inviable gobierno de coalición, con dos primeros ministros manejando, hasta hoy, dos administraciones paralelas, dedicadas ambas a engullirse lo poco subsistente en Camboya. ¡Para colmo, ambas son aliadas de la mafia! "Medellín en el Mekong", llamó al país una periodista del Phnom Penh News, el diario en inglés de la capital camboyana, en referencia al papel dominante de los carteles de la droga en la vida política. Hace muy poco, ha anunciado el coronel taylandés Ruangporn Rojanarod, la esposa de Pol Pot lo encontró muerto cuando iba a tenderle un toldillo contra los zancudos. A su vez, él afirma haber recibido la información del actual jefe de los Khmers, Ta Mok. Era ya un viejo de más o menos 73 años, asesino de más o menos 1.7 o 2 millones de camboyanos. Es decir, Pol Pot ya ha pasado a la historia con el record de haber matado entre un cuarto y una tercera parte de la población camboyana. El odio guardado por Camboya hacia su exterminador la hace dudar de su muerte. Por eso se aplazó la celebración hasta tanto no hubiera una autopsia oficial, pero eso nunca sucederá porque el cadáver fue cremado sin haber practicado dicha medida. En el resto del mundo tampoco nos podemos hacer ilusiones. Aquello representado por Pol Pot no ha muerto. El mal y la guerra viven entre nosotros y nuestra misión debe ser construir la paz, multiplicando el bien.
Carlos Mauricio Iriarte Barrios http://carlosmauricioiriarte.blogspot.com
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