Misionologia 54
Continuación de las grabaciones magnetofónicas de las clases de Misionología
Dice Lucas: “Jesús pasaba por ser Hijo de José” Lo que veían los apóstoles, era un Jesús, no era un Hijo de Dios esplendoroso, eso lo verán después de la resurrección. Antes de la resurrección a María la ven así. A Jesús lo ven también como alguien que está en medio de ellos. Y ellos tienen que creer que ese Jesús viene de Dios, como nosotros tenemos que creer. Ahora que en la Eucaristía está el Hijo de Dios, y tan difícil era para ellos, como para nosotros.
Tú puedes decir: pero caramba ¿Cómo? En la hostia tú tienes que creer que está el mismo Dios. Y un judío estilo Pedro, educado en una mentalidad absolutamente de monoteísta radical, y con una visión de Dios, basada en la omnipotencia y el poder. Tenía que creer que Jesús, que lloraba, y que era impotente para defenderse de los insultos, y de las raíces humanas, era el Hijo de Dios. Tan difícil era para él eso, como para nosotros lo otro.
Entonces la imagen teológica de María, en – Inmaculada – Virgen siempre – Maternidad divina. Todo el mundo veía que María era Madre. Jesús es su Hijo. Pero a ninguno nazaretano se le ocurría, ni tenía que ocurrírsele decir: oye ¿tú eres la Madre de Dios? – Asunción – Lo que los apóstoles vieron, es que María había llegado al término de su vida y se murió. Como vieron que Jesús murió. Ningún apóstol vio resucitar a Jesús. Eso es cosa de fe. Por lo tanto ningún apóstol vio resucitar a María. Es cosa de fe, no es cosa de visión. Ningún apóstol fue testigo de la Inmaculada, ni de la virginidad, ni de la maternidad divina, ni de la asunción. Esto es la imagen teológica de María. Es decir, basada en la fe. Y esto es la Imagen histórica real de María.
Ahora bien, yo desde la fe, tengo que vivir mi vida en la historia. Entonces yo que pertenezco a una Iglesia, que tiene estas características de la fe, porque la Iglesia es Santa, la Iglesia es Virgen, siempre la han definido así los santo padres. La que no depende de los poderes para dar vida, sino solo de Dios. La Iglesia es Madre, pero engendrando hijo de Dios, y la Iglesia será glorificada en toda su plenitud. Es la dimensión escatológica de la Iglesia. Eso desde la fe, yo tengo que vivirlo en la historia ¿Cómo vivirlo en la historia? Y aquí es donde viene María y te dice: Así con sencillez, pasando desapercibido, experimentando la quenosis, peregrinando con el Señor, y poniéndote a la escucha de la Palabra. Orante con la Palabra, oferente a la fuente de la Palabra. Y madre fecunda, o sea dando la vida. Y aquí es donde empalma el sentido misionero. Una Iglesia que vive y hace vivir.
Una Iglesia por lo tanto optimista, una Iglesia realista, y como es una Iglesia que vive y hace vivir. ¿Con quién estará la Iglesia más cercana? Con todos aquellos que se les hace más difícil la vida. Entonces, pobres, enfermos, niños, ancianos, madres solas o abandonadas, mujeres que están en situación de abandono moral. Entonces si la Iglesia es una comunidad de creyentes, que viven y hacen vivir la iglesia, estará especialmente aquí. Y todos los cristianos que tienen conciencia de esto, viven su misión de un modo especial.
¿Dónde queda pues la figura de María, como mujer histórica, como la mujer dichosa por haber creído? Si solo nos pusiéramos a considerarla en esta línea. Pero nos parecería la inalcanzable, la que está mucho más allá de nosotros, la imposible de imitar ¿Quién la puede imitar en estas cosas? Ninguno de estos misterios está a nuestro alcance.
Andrés Arbulú Martínez
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