El Partido partido
El otrora Glorioso Partido Liberal parece haberse enfermado de gangrena. Su proceso de putrefacción ha sido lento, doloroso y vergonzante. Tanto que ya no resiste mirarse al espejo y no se aguanta su olor. Tanto que ha preferido esconderse, evadirse, diseminarse, mimetizarse y no dar signos de quererse alentar. Para completar, el Glorioso Partido está partido. Unos dicen que por la mitad y otros que en tantos pedazos como Congresistas elegidos más Candidatos quemados. Buena parte de las tendencias en su seno son caóticas. No responden a estímulos intelectuales ni ideológicos sino coyunturales y mecánicos. Ya el Partido no es, como decía Lleras Restrepo, esa gran coalición de matices de izquierda sino varias coaliciones de coaliciones o, lo que es lo mismo, una sopa de todo.
Serpa ha hecho hasta lo imposible por dirigirlo, por curarlo con sus emplastos santandereanos, por suturar de la mejor forma sus heridas, por inyectarle, a la fuerza, el suero de los planteamientos sociales, por tratarle su esquizofrenia colectiva. Serpa sabe que esa gangrena no la podrá sanar con mertiolate. El sabe que serán necesarias varias amputaciones y un excelente tratamiento postoperatorio, mezclados con terapias intensivas para reactivar la moral adormecida. El sabe que no bastará la mano prodigiosa de un solo "médico", sino que será estrictamente necesario la conformación de un equipo bien dotado e interdisciplinario en donde estén representados todos los matices. En efecto, para salvar al Partido de su muerte pronosticable se debe, primero que todo, lograr su unión, por vía de una identificación ideológica hace tiempos abandonada. El Partido debe recobrar su norte programático. Saber hacia dónde quiere dirigir a la sociedad colombiana del III milenio, de parte de quiénes está, cuál es el modelo económico que refleja sus sentimientos y pensamientos, cómo concibe la justicia, la equidad y el bien común y, en fin, cuáles son los aspectos que lo diferencian de todas las demás propuestas políticas en el país. Eso no lo logrará sino sentándose con todas sus fuerzas, con todas sus "tendencias" y con todos sus sectores a discutir sobre los asuntos trascendentales mencionados y un buen número de ellos que se nos hace imposible trasncribir aquí, pasando, obviamente, por los atinentes a las regiones, provincias, departamentos y localidades. No importa que varios de esos matices sean indeseables. Una vez definido lo esencial ya sabremos todos si debemos quedarnos o irnos. Ya sabrán todos los actuales dirigentes, los viejos y los nuevos, si es la Colectividad Liberal aquella con la cual coinciden sus anhelos o si, sencillamente quedaron excluidos de ella por extracción de materia. Lo que sigue vendrá casi por añadidura. Sobre los aspectos relativos a la estructura de la organización, las jerarquías, las líneas de mando, los procedimientos para la escogencia de sus candidatos, la relación con los Gobernantes Liberales, la participación en gobiernos de Partidos diferentes, las tácticas electorales y todas las demás "minucias", será mucho más fácil lograr consensos y establecer reglas de juego. Debemos ya ponernos todos en estas tareas pues el Partido partido de hoy, debe ser la única esperanza del mañana.
Carlos Mauricio Iriarte Barrios http://carlosmauricioiriarte.blogspot.com
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