La humanidad cambia de rumbo
El anuncio hecho por la Sociedad Celera Genomics y los miembros del Proyecto genoma Humano (HUGO) sobre el descubrimiento completo del mapa genético del hombre tomó a la humanidad por sorpresa. Pero ya sucedió. El hombre tiene en sus manos el descubrimiento más importante de toda la historia, con el cual podrá cambiar radicalmente el rumbo de la vida y adelantarse al futuro en muchísimos aspectos. Ya nunca más volveremos a ser los mismos. El descubrimiento del plano genético de la raza humana va a tener enormes impactos en la ciencia, la medicina, la tecnología, la política, la filosofía, la religión, el derecho, la sociología, la familia, la economía, la ética y, en fin, en la vida misma de todo cuanto existe.
La sola posibilidad de saber de qué nos hemos de morir es espeluznante. Pero eso es lo de menos. Cada vez que pienso en ese tema, es como si me absorviera un oscuro túnel en donde se proyectan millones de imágenes inverosímiles que se convierten en burdas realidades del cercano porvenir. En seguida vienen las preguntas del millón: ¿hasta dónde irá el ser humano? ¿qué aplicaciones diabólicas o sagradas dará la ciencia a tamaño saber? ¿es éste el consabido "comienzo del fin"? ¿triunfará el bien sobre el mal? Entramos, pues, muy tempranamente en la época que podríamos denominar desde ahora "post genoma", en la cual veremos a millares de genetistas y de biólogos identificar las decenas de miles de proteinas sintetizadas por nuestros genes, junto con los procesos normales o patológicos en donde ellas participan, utilizando cada una de esas experiencias en servirle a la humanidad o destruirla completamente.
Lo primero que pensará hacer el capitalismo será acaparar y monopolizar ese conocimiento con el fin de usarlo con fines de enriquecimiento. Por eso hace poco Bill Clinton y Tonny Blair, en una declaración trascendental para el mundo instaron al mundo científico a "colocar en el dominio público todas las informaciones concernientes a la decodificación del genoma humano para que todo el mundo tenga acceso a él". "El genoma humano, concluyeron los mandatarios de los países más avanzados en las investigaciones, es patrimonio de la humanidad y habrá de servir para reducir el flagelo de la enfermedades, mejorar la salud del mundo y la calidad de vida de toda la humanidad". Ojalá sus palabras sean premonitorias y el descubrimiento sea utilizado en provecho de la humanidad, contrario a lo que sucedió, por poner un solo ejemplo, con la fantástica investigación sobre la energía nuclear. Por lo pronto, el mundo ya empezó a abrir complicados debates en torno a temas como la reproducción de humanos, los nuevos conceptos de familia, paternidad y maternidad, la discriminación a nivel de empleadores y compañías de seguro, los derechos subjetivos como el del libre desarrollo de la personalidad y el derecho morir dignamente, el concepto mismo de la muerte y la libertad, y el rumbo de la evolución de las especies. Vendrán, además, ardientes debates sobre temas insospechados y sobre grandes decisiones que hemos de tomar para que esto no se salga de madre.
Por ahora, regocijémonos todos en la incertidumbre.
Carlos Mauricio Iriarte Barrios http://carlosmauricioiriarte.blogspot.com
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