¿Son fiables los Evangelios? 14
Las razones, una es pura mente ideológica, este no poder admitir que Jesús fuera reconocido inmediatamente. Está toda esa postura racionalista que se resiste a pensar en la posibilidad en que le Misterio se halla hecho carne.
Pero la otra razón es una razón interna del Evangelio, es decir tenemos una información o un dato que tenemos en el Evangelio, de donde se deduce todo esto.
Nosotros decimos, si tuviéramos una información externa de los Evangelios, que nos permitiera fechar con total seguridad los Evangelios, sería mejor. Nosotros la información que teníamos externas a los Evangelios, no pasábamos al principio de los Santos Padres. Y en los Santos padres hay todo esto, sobre la fecha en que fueron escritos los Evangelios, que el realidad es – El Evangelio.
En el estudio, sobre todo en las Cartas de Pablo, se han introducido pues unos cuantos años después del estudio de los Evangelios. Y al estudiar las cartas de Pablo nos encontramos con unos pasajes, y que podían ser interesantes para iluminar la fecha de los Evangelios. Sobre todo hay uno: 2 Corintios 8,18-19. Por su puesto la traducción que ustedes van a leer en español, no es fiel al griego, como la mayoría de los pasajes donde, no se puede traducir, porque es inteligible, pues los traductores cambian.
En este pasaje hay una frase que escribe Pablo, que es muy complicada, porque no tiene verbo, y no se entiende muy bien el significado de la frase. El estudio empezamos a hacerlo ya con una clave que nos había permitido otros pasajes de las cartas de Pablo, donde nos pareció claro que Pablo, la lengua madre suya, por lo tanto la lengua en que pensaba era el arameo. Ciertamente él hablaba arameo, eso es lo que nos dicen Los Hechos de los Apóstoles.
Lucas nos informa que él tuvo su educación en Jerusalén. Esta clave nos permitió encontrar una explicación de ese fenómeno lingüístico extrañísimo que aparecía en este pasaje, y de esa traducción apelando al arameo, se dice: “También envío con Tito, un hermano cuya obra digna de alabanza, es la predicación del Evangelio por todas la Iglesias” ¿Qué quiere decir esto? Pablo dice que hay un hermano, un colaborador suyo cuya obra que todos alaban y reconocen, es que permite a las Iglesias, el anuncio del Evangelio. Dicho de otra manera, que permite que las comunidades cristianas se puedan anunciar, leer, públicamente el Evangelio.
El autor de los Hechos de los Apóstoles, siempre la Iglesia se lo ha atribuido a Lucas, el colaborador de Pablo, luego este colaborador es el que ha permitido a las Iglesias el anunciar el Evangelio. Es decir que cuando se escribe la segunda a los corintios, ya existía el Evangelio de Lucas.
Este Evangelio, que es mi preferido entre otras cosas, es muy interesante, porque Lucas no es un semita, no es judío, es un colaborador que encuentra Pablo en sus viajes por Asia Menor, el escribía y pensaba en griego. Pero resulta que cuando un estudia el Evangelio de Lucas, es glamoroso.
Lucas en el prólogo dice que para escribir le Evangelio suyo, ha utilizado otros escritos anteriores a él, luego afirma que antes de su Evangelio, ya existían otros relatos Evangélicos. Por su Evangelio se deduce que esos relatos, eran arameos. Es evidente que él los ha tenido que traducir al griego.
Los estudios han detectado al menos tres bloques de fuentes en Lucas: La fuente “Q”, en Evangelio de Marcos, y todo un núcleo de fuentes propias, que interviene sobre todo en la historia de la pasión. En todos estos relatos cuando uno estudia el texto griego de Lucas, descubre llamativamente que ese texto griego depende de un original semítico, tiene un original semítico escrito. Por lo tanto, si Lucas existe cuando ya estaba escrita la segunda carta a los corintios, que los autores la fechan como muy tardía, en el año 56, 57, pero podría ser antes. Ya existía el Evangelio de Lucas difundió. Efectivamente hay un ponerlo antes la fecha de redacción del Evangelio, situemos inicio de los cincuenta. Pero el escribe en griego, pero dependiendo de unos textos que estaban escritos antes en arameo. Vamos a situarnos en unos cinco años antes. Existían ya en el 45. Por ese motivo yo deduzco, que las fuentes que uso Lucas, en los cuales está el Evangelio de Mateo, existían ya en la década de los cuarenta en arameo. Además es normal que rápidamente, las comunidades cristianas se dieran textos para poder usarlos en su liturgia, porque siempre se dice que las comunidades cristianas leían las escrituras, y este término siempre se ha referido al Antiguo Testamento.
Continua.
Andrés Arbulú Martínez
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