¿Son fiables los Evangelios? 15
Yo no estoy tan convencido, hay varios pasajes en la primera corintios, y en las segundas corintias, que indican que estas escrituras, no tenían que ver con el Antiguo Testamento. Tenían que ver con otro testamento. Porque en el capitulo tres de la segunda a corintios, también por primera vez, Pablo habla de la existencia de un Antiguo Testamento, y que se leía, cuya lectura los judíos la hacina teniendo un velo por delante. Es decir que no entendías. Y si el habla de un texto, de un Antiguo Testamento, forzosamente se refiere a que hay un nuevo.
Luego nos está diciendo también este pasaje y otros, insisto, que existía ya un cúmulo de libros que para ellos era literatura sagrada, que usaban las comunidades cristianas. ¿Qué textos eran? No solo las cartas de Pablo, sino otros.
La fuente “Q” es seguramente con Marcos, la más antigua. Existían en arameo antes del año 30, no olvidemos que la Iglesia se difundió en el mundo griego en la década de los 40, y necesariamente hay que dotar a esas comunidades de esos instrumentos, también para la lectura de la liturgia, y se distribuiría en esas comunidades de habla griega.
Cierto no nos ha llegado esos escritos en arameo. Yo lo explico fácilmente, primero porque las comunidades de habla aramea, prácticamente desaparece no al 100%, pero quedan reducidas a la minina expresión, después de la destrucción de Jerusalén, y de la dispersión del pueblo judío, el cual se vio afectado también a las comunidades cristianas. Y el idioma que acaba imponiéndose, que es el dominante en el cristianismo es el griego. Las copias que se hacen de los Evangelios son en griego. No debemos olvidar de los papiros más antiguos que nos han llegado de los Evangelios son del principio del siglo segundo, quizás se podría situar al final del siglo primero, con mucha dificultad.
El cristianismo dice que Jesús es Dios ¿Cómo se yo que Jesús es verdaderamente aquella personas que me satisface, y que por ella tengo y alcanzo la felicidad? En esta formulación ya se ha dicho, un criterio que es a mi modo importantísimo. Desde luego lo único que puede calmar, lo único que puede satisfacer, lo único que puede cumplir de un modo pleno mis deseos, mis anhelos, es lo que me permite la experiencia de la felicidad.
Pero resulta que el hombre, está definido por un deseo de infinito, el hombre es el único “animal” que no se satisface con nada, digamos, limitado. Y esto lo experimentamos continuamente. Uno piensa que va ha ser feliz acabando la carrera universitaria, la acaba y al cabo de un mes dice: no, no era esto lo que a mí me hacia feliz. Uno piensa que cuando se enamore y encuentre la chica de su vida, será feliz. Encuentra la chica de su vida, que contento se pone, y después de algunos años, dice: pues no, no es lo que me hace feliz al 100%. El problema no es la chica. El problema es de tu deseo. Tu deseo es un deseo de infinito, o dicho en otro término, tu deseo es un deseo de Dios, porque el infinito es Dios.
Y el hombre solo se calma, como dice muy bellamente San Agustín: Cuando descanse en Dios. Por lo tanto cuando uno tenga experiencia de plenitud, de felicidad, es el signo, es como decir la alarma, la lucecita, que te dice has encontrado a Dios. Yo solo puedo tener experiencia de Dios en la vida, en la vida concreta, en la vida día a día, porque yo solo en la vida diaria puedo experimentar si soy feliz o no.
La felicidad, no la alcanza uno exactamente, la alcanza en la vida concreta. Y es la vida concreta en donde tiene que hacerse presente Dios. Como con los discípulos, y solo en esta experiencia concreta de relación, uno puede llegar a decir, ¡Sí!, Jesús me corresponde totalmente. Si me corresponde totalmente, el que me corresponde totalmente es Dios.
Por lo tanto para saber si Jesús es Dios, no es a través del estudio que uno lo descubre, sino a través de la experiencia. Jesús no tiene miedo, no tiene ningún miedo de nosotros. Y Él dice: Verifica que me someto a tu experiencia. Yo estoy seguro, cierto, de que te corresponde. Tu experiencia toma el trabajo de hacer la verificación, y después dime si no te corresponde.
Desde luego no hay ninguna propuesta, en la vida, primero que tenga tanta confianza en el corazón humano, y que tome tan enserio al hombre, porque Jesús no se impone, se propone. Y dice: prueba, está expresado en el “Vente conmigo” que dice El Evangelio. Tu prueba, experimenta hasta el fondo, esta relación con Jesús, y la vida misma, tu experiencia misma te dirá si corresponde, o no corresponde. Por lo tanto para poder hacer esta experiencia, y llegar a tener esta certeza, lo que si nos interesa mucho es poder encontrarme con Jesús.
¿Dónde está Jesús?, ¿Dónde puedo encontrar a Jesús? En un lugar, solo en un lugar humano. La misma dinámica que tuvo al principio, tiene que continuar hasta el final de los siglos. Al principio el hombre, era una realidad humana, en una carene, estaba metido el Misterio, se hacía presente el Misterio, y también hoy después de vente siglos, sigue la misma dinámica, en una carne en una realidad humana, está presente el Misterio, y yo puedo hacer experiencia de Él. Es el lugar humano, esa carne humana, se llama la comunidad cristiana, “Yo estoy con vosotros hasta el fin del mundo? Por lo tanto para poder tener esta experiencia de Cristo, es necesaria mi adhesión, mi encuentro, mi vinculación, mi relación con esta comunidad cristiana, que es la Iglesia. Sin no tengo esta relación, nunca podré tener esta experiencia real con Cristo.
Fin del seminario.
Andrés Arbulú Martínez
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