Semana Nacional de Liturgia 04
Segundo documento: La Encíclica del Papa Juan Pablo II “Ecclesia de Eucharistia”.- El 17 de Abril del 2003. La Encíclica muestra armoniosamente dos realidades, dos temas, del Misterio: La Eucaristía y la Iglesia. Uno y otro forman una sinfonía armoniosa, no se puede entender el uno sin el otro, entre ambos hay un causalidad reciproca, de modo que la Iglesia hace la Eucaristía, de ahí que si no participamos en la Eucaristía, no se está construyendo la Iglesia, de ahí la importancia de esa cultura eucarística, es necesario encarnarla y expresarla, dando testimonio.
El documento tiene una doble intencionalidad, por una parte el Papa pone en relieve la belleza propia del Misterio eucarístico, ya que estamos nosotros sumergidos en un mundo de números, en un mundo de lo concreto, y quizás no sabemos percibir la belleza de la naturaleza, de las mismas personas que encierra una gran belleza, pero eso nos tiene que llevar a un Misterio.
Por otra parte, el documento subraya las sombras que oscurecen y desfiguran este Misterio. Juan Pablo II, quiere que la Eucaristía celebrada y vivida por la comunidad cristiana, resplandezca al Misterio en todo su esplendor. La Iglesia vive y crece con la Eucaristía, en consecuencia si no se participa plenamente en la Eucaristía, la Iglesia no crece y va languideciendo.
El tercer documento, en una instrucción que se llama: “Tedemptionis sacramentum”.- Es un documento de la Congregación para el culto divino y de la disciplina de los Sacramentos, publicada el día 25 de Marzo del 2004.
En la Encíclica Ecclesia de Eucharistia, en el número 52, el Papa lamenta la arbitrariedad y los abusos que se comenten en la celebración eucarística, y pide que se prepare un documento mas especifico sobre el particular. Se trata de una instrucción de carácter, que no pretende ocuparse de todo punto eucarístico de la doctrina, sino que recopila la normativa vigente y que están en los libros litúrgicos, y subraya algunos aspectos que deben ser observados, y que se debe evitar algunos abusos en la celebración.
El año de la Eucaristía concretamente, está marcado entre la celebración del Congreso Eucarístico Internacional de Guadalupe, y la Asamblea General del Sínodo de los Obispos que se celebrará el próximo mes de Octubre en Roma. El tema es “La Eucaristía, fuente y cumbre de la vida, y la Misión de la Iglesia” Es un tiempo para vivir la Eucaristía con mayor intensidad. La Eucaristía actualiza el Misterio Pascual del Señor entre nosotros, para que lo asimilemos, nos configuremos con El. Palabra clave, si nosotros vamos a la celebración de la Eucaristía y salimos sin haber muerto y resucitado con Cristo Misterio de Pascua, entonces ¿Qué hemos hecho en la celebración? Siempre hemos de salir de la celebración habiendo muerte algo, que no es evangelio en nuestra vida.
Hay que dar sentido festivo a la celebración, pero entre comillas “un poco folclórico” pero si la fiesta está dentro y sale, evidentemente entonces aquello tiene un gran valor, pero si la fiesta es superficial, si es barniz, si es solamente aparato externo, nos hemos de interrogar si al salir de la celebración hemos muerto y resucitado con Cristo, aunque sea una cosa mínima de nuestras actitudes humanas, cristianas. Pero al morir hay vida, hay resurrección, hay alegría, hay fiesta, o sino ¿Qué hemos hecho en la celebración? Pero nos tiene que hacer pensar y no solo pensar sino también actuar. De aquí que por lo tanto que la Eucaristía actualiza el Misterio Pascual del Señor entre nosotros, para que lo asimilemos, nos configuremos con Él, y nos haga comunidades visiblemente pascuales, personas pascuales.
En este año de la Eucaristía, encontramos dos documentos “Mame Nobiscum Domine” Con este título, el Papa Juan Pablo II, a escrito su Carta Apostólica fechada el día 7 de Octubre, día de la festividad de Nuestra Señora del Rosario, y dirige la carta a los Obispos, al clero, y a los fieles de la Iglesia, con motivo del año eucarístico. El hilo conductor de este documento es la historia de los dos discípulos camino a Emaus. Los dos discípulos invitan al compañero de camino, que se quede con ellos, no lo conocen, pero en el camino se había despertado en su corazón la esperanza. El Papa con esta carta quiere dar un impulso mas a la Iglesia, para que abra su corazón a la luz de la Palabra, y descubra siempre a Jesucristo en la fracción del pan, quiere que toda la iglesia se fascine ante el Misterio de la Eucaristía, y se comprometa por la irradiación de la Eucaristía, a la construcción de una humanidad más solidaria y más humana. La Eucaristía crea esta solidaridad.
Continua.
Andrés Arbulú Martínez
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