Semana Nacional de Liturgia 07
La ministerialidad al servicio del Misterio eucarístico.- Es decir todos los ministerios que se desarrollan en la celebración, están al servicio del Misterio, todos sea el Presidente, Diacono, acolito, los lectores, los que sirven al altar, están al servicio del Misterio, y por lo tanto ayudan a que la celebración salga lo mejor posible ¿Por qué? porque es un Misterio que encierra en sí toda belleza y hemos de celebrar con decoro, con estética religiosa, con un sentido digno de adoración.
Las formas exteriores al servicio.- También en relación al canto. Un canto de entrada, no es lo mismo que un canto de comunión, cada canto tiene su lugar, y su función concreta, entonces todo lo que es y lo que llamamos, el lenguaje verbal, y el lenguaje no verbal. El lenguaje no verbal son los gestos, los signos, los símbolos, las posturas, etc. Todo esto forma la celebración litúrgica, y la celebración es la Epifanía de la Eucaristía, es la manifestación de la eucaristía. Todas estas formas exteriores están al servicio del Misterio.
Si un canto no ayuda a vivir el Misterio, ese canto no sirve para la liturgia. Un gesto, una procesión, una palabra, tiene que ayudar a vivir el Misterio, sino son cosas inútiles, entonces si lo hacemos así un mero cumplimiento, entonces decimos la palabra “cumplo y miento” La exterioridad de la celebración tiene que entrar a la raíz a la profundización.
La belleza de la celebración eucarística.- Con la sencillez que la celebración se haga con toda dignidad, hay que proclamar la Palabra de Dios con humildad, si hacemos el signo de la Cruz, hay que hacerlo, y no como algunas veces se: (hace la señal rápido, risas) Y se hace una inclinación bien hecha, una genuflexión bien hecha, por eso se habla incluso del arte de celebrar. Se está preparando ya, un documento en la congregación del Culto Divino, del arte de celebrar, es mejorar la celebración en todos sus aspectos. No podemos despreciar algo que la Iglesia a determinado, no poner dificultades para que la celebración sea cada día mejor. Un sentido de hacer lo que la Iglesia manda, pero la Iglesia no manda y ordena, así por así, porque cada elemento que está en la celebración eucarística tiene su sentido, tiene su teología, tiene su razón de ser.
La Eucaristía, encuentro de Dios con los fieles cristianos.- Nos preguntamos muchas veces ¿Por qué, las celebración eucarística no compromete mas la vida de la Iglesia, en la vida de los cristianos?, ¿Por qué, no son nuestras Eucaristías atractivas para muchos cristianos, que poco a poco han ido dejando la practico dominical?, ¿Por qué las sectas atraen a muchos fieles cristianos que abandonan las prácticas cristianas? Son interrogantes que nos pone a pensar en este año de la Eucaristía. Las interrogantes son muchas y muchas las respuestas, pero creo que todavía hoy a los 40 años de la revolución litúrgica, nos falta un entusiasmo interior, que se exprese al exterior.
El refrán litúrgico que dice “celebre lo que viva, y viva lo que celebre” quizás todavía no hemos conseguido que la vida cristiana sea un prolongación de Eucaristía, y que la Eucaristía sea el centro de toda nuestra vida. Si al salir de la Eucaristía hiciéramos una encuesta y preguntáramos ¿Cómo ha participado en la Eucaristía?, ¿Qué es lo que le impresionó más?, ¿Se ha encontrado con el Señor?
Recuerdo una vez, en un colegio había un coro del colegio, cantó maravillosamente bien, pero el pueblo no canto nada, y al salir de la celebración se oían los comentarios: “a mí me ha gustado mucho el canto que han cantado de entrada”, “a mí me ha gustado mucho el otro, el del medio de la misa” Que resulta, que aquella misa se había convertido en un festivas de la canción (risas) todas estas son interrogantes que nos podemos formular, pero veamos.
La fenomenología del encuentro.- Tenemos un encuentro humano, un encuentro de expedicioncita religiosa. Se ha definido al hombre como un ser para el encuentro, porque es una persona, un ser social. Un hombre se encuentra con otras personas, con otros seres humanos. Cada día nos encontramos con personas queridas, amigas, conocidas, desconocidas. Educar el encuentro que puede ser en la casa, en la calle, en la oficina, en el trabajo, en la escuela, etc. Pero para que haya una relación, una comunicación, hace falta la palabra. La palabra es el medio más común de comunicarse de los hombres, sin palabra no nos podemos comunicar, aunque a veces son signos por los cuales nos comunicamos. Una mirada, una sonrisa, por la palabras comprendemos el pensamiento, los sentimientos de las otras personas, penetramos en su secreto, en su interior, porque ese persona lo comunica.
Continua.
Andrés Arbulú Martínez
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