Semana Nacional de Liturgia 21
Los equipos de liturgia que llevan ya algunos años en funcionamiento se les recomienda que hagan una pausa en su camino, reflexionen sobre lo que son y su misión en la comunidad, para que consientes de su identidad y compromiso, se lancen con más ilusión al servicio de la asamblea litúrgica.
El equipo una ves constituido y formado, debe ir madurando como grupo, no solamente como grupo de preparar las celebraciones, sino como grupo humano, y como grupo cristiano, debe crecer en la fe y en la oración, en saber compartir un trabajo en comunión, vivir su tarea dentro del grupo con alegría y generosidad, y debe progresar en sus formación teológica, y litúrgica, debe pasar de un grupo inconexo a un grupo con conciencia propia, de unas personas que leen las lecturas más o menos correctamente, a estar comprometidos a ejercer activamente unas funciones en la celebración. Pasar de unas personas que entran en la sacristía desde la celebración, a preguntar si tiene que hacer algo, a ser un grupo que prepara la dinámica de la acción sagrada. Pasar de una persona individuo, a ser un autentico grupo que estudia, dialoga, prepara, anima y revisa. El ideal es que cada comunidad cristiane funciones con varios equipos de animación litúrgica. Coordinados entre sí, cada grupo se responsabiliza de una determinada celebración. Así por ejemplo, un grupo prepara y anima las eucaristías dominicales, porque hoy día generalmente los grupos, por experiencia general, solamente se preocupan de la Eucaristía dominical.
Creo que debemos ir mas adelante, en ese compromiso. Otro grupo, es que se preocupa entre las celebraciones entre semana. Es importante el domingo, pero no olvidemos que la Eucaristía de cada día es la misma Eucaristía que celebramos el domingo.
Otro grupo de las celebraciones de los demás Sacramentos, el bautismo, matrimonio, las exequias, y otro equipo que prepare la piedad popular de la comunidad, ejercicios de piedad que se realizan en la Parroquia, de ahí que tenemos un campo muy abierto, todos ellos coordinadamente reunidos en conjunto, para una revisión, para corregir.
El equipo litúrgico de una comunidad, está formado por personas que se responsabilizan de una forma u otra de los diversos ministerios o funciones que se realizan en las celebración litúrgicas, y también hay otras personas que sin ejercer ninguna función en las celebración, están interesadas de formar parte del grupo. La lista de personas que mencionamos a continuación es indicativa.
Primero.- Es deseable y necesario que un ministro ordenado se haga cargo del equipo litúrgico, o sea el responsable de su organización, funcionamiento, y formación. Su presencia es una garantía de perseverancia y de unidad de criterio ¿Por qué munchos grupos han iniciado la carrera de ese equipo, y al cavo de poco tiempo se ha deshecho? Porque cada una quería imponer sus criterios, cada uno su opinión, y entonces se han enfadado, y uno ha ido por un camino y otro por otro, y se ha perdido el equipo de animación. El ideal es que el presidente de cada celebración, esté presente cuando el grupo se reúne y prepara las acciones litúrgicas. El presidente de la celebración es quien anima, siempre para una mayor participación plena, activa y fructuosa.
Segundo.- Algunas comunidades católicas gozan del privilegio de la presencia de un diacono, en este caso el se puede responsabilizar como ministro ordenado del grupo, y ejercer la diaconía además de las obras sociales y de la caridad de la comunidad en las celebraciones litúrgicas, e incluso preside las celebraciones en algunos casos.
Tercero.- Los ministros instituidos son los que la Iglesia reconoce oficialmente, como: Lectores y acólitos, para ejercer el servicio de la palabra, del altar, y ser ministros extraordinarios de la comunión.
Cuarto.- Las personas laicas en la celebración litúrgica, ejercen alguna función de una forma estable u ocasional. Estas funciones se pueden clasificar de la siguiente manera: Los que están al servicio de la asamblea, los que atienden la acogida, el orden en la Iglesia, el monitor, o comentador, están al servicio de la asamblea. Recuerdo que me viene a la memoria un texto muy antiguo del siglo IV y V, que decía que había una persona encargada, que llevaba un palo largo, y se iba paseando por la asamblea, y la persona que se dormía le daba un palazo (risas)
Continua.
Andrés Arbulú Martínez
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