Existen muchos conocedores que establecen que el vino, al ser una sustancia natural, debe de ser percibido por nuestros cinco sentidos. Sin embargo, yo te puedo decir que mas allá de lo que se debe y no se debe a ser, sin duda alguna, tomarte unos minutitos para deleitarte con esta exquisita bebida, puede valer mucho la pena. Cuando en realidad busques degustar esta bebida, basta con que despiertes tus sentidos y prestes mucha atención. Mediante el tacto, puedes experimentar aquellas sensaciones de temperatura y textura de la bebida; con tu oído, puedes atender a la música del tapón al descorchar la botella o al vertir el liquido sobre la profunda copa. La vista por otro lado, te brindará información sobre el color, la transparencia o la claridad de la bebida, mientras que los olores te evocarán en ocasiones algunos recuerdos y te permitirán saborearlo, inclusive antes de ingerirlo. Finalmente el gusto será el sentido que cierre con broche de oro de este proceso; con el gusto podrás placearte desmenuzando su consistencia y su sabor de frutas maduras, madera o especias, según sea el caso. Este ritual sin duda alguna te permitirá descubrir hasta los más profundos secretos del vino, así como sus diferentes matices al paladar. Ejercita tus sentidos con el vino y deleita tu paladar con esta bebida.
A. Verástegui
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