Como recuperar un mueble de hierro
Si encontraste una silla de hierro en la vereda, tenés una mesa del mismo material, oxidada y heredada de la familia o, si simplemente tenés ganas de renovar ese banquito que está hace años en tu baulera,acá van algunos consejos para renovar tus muebles de hierro:
* Ante un mueble antiguo de hierro, antes de hacer algo, fijate si no tiene ese encanto especial que le da el deterioro natural de los años.
* Si el mueble tiene varias capas de pintura vieja, primero es aconsejable frotarlo con lana de acero. En algunas ocasiones puede quedar lindo cuando van apareciendo distintos colores; da la sensación de un patinado natural que puede ser muy interesante. Si lograste eso, vale la pena detenerse a pensar si vale la pena dejarlo tal cual está, con su propia historia. Si ves que no queda lindo y tiene demasiada pintura, pincelalo con removedor de pintura y dejalo actuar unos minutos. Después lo rasqueteas con una espátula y sale todo. ¡Ojo! Usá guantes y barbijo con el removedor porque es tóxico y puede lastimarte la piel.
* Si está un poco oxidado y lo querés volver a pintar, primero lijalo bien con una lija gruesa para metal. Luego, pasale una lija fina hasta que se le despegue todo el polvillo de óxido que tenga. Algunas veces es cómodo trabajar con lana de acero para conseguir un mejor acabado en las ranuras y molduras que tenga. Después limpialo con un trapo embebido en thinner (diluyente) para limpiarlo del todo. ¡Es importante que no queden restos de óxido!
* Una vez que el mueble está listo para empezar a pintarlo, dale dos manos de pintura antióxido (como mínimo). Se consigue en distintos colores: negro, verde, blanco y ladrillo. También hay aerosoles en varios tonos, que son prácticos pero más caros y para nada ecológicos. Si es antióxido con convertidor, mejor. Si el color del antióxido no es el deseado, esperá a que se seque bien (este paso es fundamental, es preferible postergar el trabajo para el día siguiente si es necesario), y lo pintás del color que quieras, siempre utilizando esmalte sintético. Recordá que hay mate, semimate y brillante, y que cambia mucho el aspecto del mueble según cuál se elija. No cargues mucho el pincel porque después chorrea y es difícil de corregir. Es preferible escurrirlo bien y si no cubre con la primera mano, darle dos o tres para que quede perfecto. ¡Hay que tener paciencia!
* Si tu mueble te encanta pero está picado de tanto óxido, ¡no lo tires! Recurrí a un herrero de confianza: seguramente él podrá reemplazar la parte dañada por una chapa nueva. Y no te olvides que esta última requiere las mismas manos de antióxido que una vieja, antes del color definitivo.
* Si encontraste un esqueleto de silla de hierro tirada en la vereda, es tu oportunidad para crear tu propia silla. Otra vez, acudí a tu herrero de confianza y mandale hacer un respaldo redondo, ovalado, cuadrado, o de la forma que quieras (como la sillita redonda de la foto, ideal para un rincón especial de la casa). Lo que está roto, ¡se suelda! El objeto se puede convertir uno de los elementos más especiales de tu casa.
* Es fundamental agregarles regatones a las patas de los muebles de hierro. De lo contrario corremos el riesgo de rayar el piso (especialmente si es de madera). En el exterior, por ejemplo, suelen ir dejando pequeñas huellas de óxido, que no salen. Los protectores se consiguen en muchas ferreterías; basta con tomar la medida del diámetro de las patas del objeto en cuestión.






































Registro automático