Ovnis 08
La siguiente información es extraída del pequeño libro del señor Mario Lleget titulado ‘Dossier Ovnis hoy’ con algunas modificaciones para su perfecta comprensión. Y tratando de resumir el contenido para que no sea tedioso el tema.
Esto aparte, y como para contribuir a incrementar la confusión reinante en torno a la problemática OVNI, las teorías de Haffner y Klass explican actualmente multitud de fenómenos que años atrás fueron catalogados en el apartado de inexplicables. Hablemos un poco de los rayos globulares y de los plasmas.
El rayo en bola, es un fenómeno de electricidad atmosférica relativamente raro. Generalmente, se presenta bajo la forma de una bola roja luminosa, o toma la apariencia de una bola hueca de 10 a 20 cm. De diámetro, rodeada de un campo azulado y de bordes difusos; en algunos casos, ese campo contrastante puede ser de un blanco resplandeciente y de de bordes netamente definidos. En cualquier caso, el rayo en bola produce un ruido como de silbido, de zumbido o de tableteo. Al extinguirse, suele dejar a su paso una nebulosidad parda por trasparencia y azul por reflexión, o blanca cuando el aire está saturado de humedad. Esto se acompaña del desprendimiento de un olor penetrante. Su vida fluctúa entre una fracción de segundo y varios minutos; lo más frecuente es que sólo dure de 3 a 5 segundos.
El rayo en bola puede aparecer al salir de una nube, pero también puede presentarse suspendido en el aire o reposando sobre un objeto. Se extingue silenciosamente, con un ligero chisporroteo o con una explosión cegadora, en cuyo caso se escapan de él breves relámpagos lineales en gran número y en todas direcciones. La velocidad del rayo en bola es muy elevada, y en las proximidades del suelo o en lugares cerrados se desplaza a unos dos metros por segundo, pudiendo detenerse además – como ingrávido – por unos instantes. Detalle interesante: un gran rayo en bola es capaz de expulsar, cuando estalla, a varios discos globulares de menos tamaño.
Su movimiento se compone con frecuencia de un descenso brusco hasta algunos metros sobre el terreno, seguido de un ascenso. Ahora bien, solamente en un informe norteamericano – citado por el profesor Maurain – se habla de meteoros de ese tipo de gran diámetro y comparables, por su volumen, al que suele adjudicarse a los OVNIS. Sin embargo, es posible que los rayos en bola expliquen bastantes casos de observaciones. Se trata, por consiguiente, de otra contribución a tener en cuenta para explicar el enigma de los Objetos Volantes No Identificados.
Cedamos ahora el paso a los plasmas, para que aporten, a su vez, otra explicación parcial. Pero ante todo, aclaremos de qué plasma estamos hablando, con objeto de evitar graves y fáciles confusiones. En física, se llama plasma al estado en que se encuentra la materia sometida a elevadísimas temperaturas, como las reinantes en el corazón del Sol y las estrellas. Pero recordemos que también existen plasmas atmosféricos, simplemente eléctricos, o ionizantes, con efectos magnéticos. Esos plasmas, como es obvio, comparados con los plasmas estelares son prácticamente fríos, y por eso se les llama así: “plasmas fríos”.
El plasma que ahora no interesa es éste relativamente frío y superligero, que se produce en nuestra atmosfera bajo determinadas condiciones de humedad y también, indirectamente por mano del hombre. Este plasma es un gas, que en vez de estar formado por partículas neutras como el aire ordinario, se compone de partículas cargadas eléctricamente, y que, en su movimiento, dan lugar a los fenómenos magnéticos causados por las corrientes eléctricas. De ello resulta que tales plasmas poseen propiedades magnéticas. Pues bien, en las páginas de la revista norteamericana ‘Aviation Week and Sapace Technology’ el físico Philip Klass expuso una tesis según la cual muchas apariciones de OVNIS, no serían otra cosa que simples globos ionizantes o “plasmas fríos”
Continua.
Andrés Arbulú Martínez
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