Estudiar inglés en el extranjero
Estudiar inglés en el extranjero, es indudablemente, la modalidad de aprendizaje imperante en pleno siglo XXI, estimándose en miles los estudiantes y profesionales que inician migraciones territoriales o se adscriben a diversos programas con el propósito de proseguir y optimizar sus estudios de inglés –movidos por las razones más diversas, pero en particular, obedeciendo a propósitos de realización académica y laboral.
Una delas ofertas educativas mancomunadas que proviene de los países anglosajones se centra, precisamente, en programas educativos diseñados específicamente para cada currícula académica y profesional, es decir, programas que trascienden todas las expectativas existentes hasta el momento, por cuanto:
Optimizan rápidamente el nivel de conocimientos de idioma inglés que trae el estudiante o profesional, emigrado o transferido.
Insertan el aprendizaje del inglés dentro de una malla curricular pertinente a los intereses académicos, cognitivos, profesionales y laborales, adecuados a las necesidades que el estudiante posee al momento de ingresar a esta modalidad.
Sumergen al estudiante o profesional en la cultura inglesa, insertándolo en un estudio pragmático y vivencial de intensa dinámica y potencial, como metodología de aprendizaje del inglés, abierto a la autorrealización profesional, ocupacional y laboral.
Las investigaciones lingüísticas más modernas han descubierto que cuando se estudia inglés en el extranjero, la persona activa una percepción integral
en su memoria neurolingüística, a través de la cual sus aprendizajes mejoran cualitativamente, en breve tiempo. Una de las ventajas fundamentales, según los expertos, está dada por la naturaleza contextual en que se puede enseñar el inglés:
A través de la interacción sociocultural, dada por la necesidad de compartir socialmente y, en un sentido figurativo, de construir redes de comunicación y comprensión que permitan al estudiante recrear un ambiente seguro para progresar personalmente y educativamente. El ser humano no posee una naturaleza aislada y no podrá sobrevivir mucho tiempo sin interactuar verbalmente para satisfacer sus diversas necesidades –lo que llegará a realizar en forma espontánea.
A través de la contextualización de un solo idioma, el estudiante se verá inmerso en un idioma vivo y activo, que le llegará canalizado en forma gráfica y verbal, a través de los medios formales e informales, los medios de comunicación y la acción social de su entorno.
A través de los programas de estudios, que complementarán los aspectos dinámicos e informales del habla, con los aprendizajes formales propios del mundo académico.
De esta forma, al decidir por esta opción de aprendizaje, el estudiante debe conocer de antemano las condiciones que lo llevarán a una práctica diaria del idioma, tanto en clases como en la vida diaria, y que lo instarán no sólo a hablar inglés, sino a escribir, pensar y hasta a sentir en inglés.
En otras palabras, se trata de una modalidad conducente a vivir con plenitud, tanto la lengua como la cultura y, por ello, de la misma forma conducente hacia el desarrollo de una personalidad más independiente y con intereses más amplios de autorrealización personal y colectiva. Por todo, comprendemos que es una necesidad, una prioridad y en un amplio sentido, una opción de desarrollo, el optar por estudiar inglés en el extranjero.
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