La violencia sistemica del Estado Peruano

La televisión timorata y vende pueblo, se ha escuchado escandalizarse ante los recientes acontecimientos domésticos de violencia contra los menores de edad; a lo cual tendríamos que preguntarle si está escandalizada verdaderamente o solo es un numero más de su circo que siempre monta para esconder los vicios y las atrocidades de éste sistema.

O solo es un evento más, como para que no se diga que es una asquerosidad la que diariamente nos vende, en conjunto con el resto de prensa. Pues en realidad no existe prensa imparcial en nuestro país. En primer lugar, pues nadie accede a sus medios para presentar las atrocidades que está haciendo el sistema en todo el país, pues lo único que hace es vendernos ilusiones baratas para que el pueblo no se despierte del letargo en que se ve envuelto y pueda ver en el lodo en que se encuentra.

Cree que sorprenderse con que un niño sea agredido por adultos es tener moral para poder criticar como está desenvolviéndose nuestra sociedad. Si la misma televisión es la que al callar las atrocidades del sistema incita a la violencia al mismo pueblo, cuando no pone como noticias las luchas del pueblo y lo critica cuando se levanta y aplaude cuando éste es reprimido por la soldadesca del viejo estado. Cuando el estado en lugar de prevenir los conflictos, mas bien los atiza hasta el paroxismo, cuando los niega el derecho de reclamar y sostener a que no se vulneren sus derechos.

Lo único que hace el viejo estado es satanizar a los líderes del pueblo, para perseguirlos o desaparecerlos, como siempre es su vieja costumbre que la ha venido desenvolviendo siempre desde que se instauró esta republiquita criolla. O acaso la memoria no nos lleva a Saúl Cantoral que fue desaparecido por el comando Rodrigo Franco, cuyos integrantes han sido premiados; a los más académicos con carteras en los ministerios y a los más imberbes e insuficientes de capacidad e inteligencia con alguna regiduría en algún pueblo que podría ser la ciudad natal de nuestro verdadero gran poeta universal como lo es Cesar Vallejo.

O no también podemos recordar al gran dirigente de Construcción Civil, muerto por las huestes del comando paramilitar cuya cabeza visible es Alberto Kenya Fujimori Fujimori alias el japonés. Lo más reciente y que por más que traten de encubrirlo, pues se desparrama a raudales sus designios como es el experimento del genocida de Alan García: el comando de asesinos que apareció en Trujillo para hacer desaparecer a lumpen que estaban copando la sociedad trujillana.

Como aquella mascarada del comando canela que apareció en la ciudad del Cuzco para amedrentar a los líderes que estaban defendiendo el gas de camisea. Todo éste historial no es el único.

Existen infinidades de anécdotas en que el viejo estado, que es cómplice del imperialismo y fiel guardián de sus intereses utiliza la violencia para poder sostener su sistema y poner la paz de las armas y el silencio de los muertos. Lo que ha escandalizado a la prensa es solo la punta del iceberg, o la punta del gran tempano de hielo que se cierne sobre éste territorio que es gobernado, por los hijos de quienes nos invadieron hace más de cinco siglos; y que ahora obedecen a un nuevo amo, aunque no es nuevo pues ya el Señor Bolívar lo empezó a avizorar, para sus descendientes.

Éstos encaramados en el poder desde hace ciento ochenta y nueve años, lo único que han hecho es saquear nuestras riquezas y últimamente el de regalarlas a las potencias extranjeras, todo en complicidad de indígenas que como los felipillos y martinillos, nuevamente han traicionado a su raza y a sus pueblos y naciones. Pero quien puede garantizar los derechos de todos los pueblos? Ninguno de los estamentos, pues lo que ellos buscan es conservar el viejo Estado, pues de el viven y vegetan, por ello les sería contraproducente no restar los derechos de los pueblos, pues les mermaría sus prebendas que reciben de sus nuevos amos.

Se desgañitan a hablar de democracia, junto con los nuevos capituladores, aquellos que antes pregonaban la insurrección en todo el país, y que ahora por haber perdido la brújula, pues sus mismos jefes han demostrado que son ídolos de papel se arrastran por las prebendas del viejo sistema, una caricatura de seudo democracia. Que no es la democracia que pregonaba el Gran Sócrates y que consolidaba ideológicamente Carlos Marx.

¿Dónde está esa democracia? No se le ve en ningún sitio; pues nuestro pueblo cada día va perdiendo cada día las conquistas laborales que costaron ríos de sangre, la que lideraron Artemio Zavala, la que quiso dar nuestro gran Felipe De la Puente Uceda.

Ya no hay nada. Sólo existe la dictadura de la clase criolla que vergonzandamente reparte nuestro territorio al capital extranjero. Acaso nos vemos a diario la festinación de contratos lesivos a nuestro territorio por aquellos que dicen representarnos, con el más amplio descaro, y todavía tratando de engañarnos que estas son para modernizar nuestro país.

Túpac Isaac II

Juan Esteban Yupanqui Villalobos.

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