Detectives privados y cómplices involuntarios: cibernautas cogidos con las manos en la masa.
Solemos tener una idea estereotípica de cómo es la vida de un detective privado, la mera mención de las palabras ‘detectives privados’ trae a la mente connotaciones de hombres vestidos con una gabardina y un sombrero de detective, escondido detrás del volante de un coche aparcado en las tinieblas, vigilando a alguien en el edificio de enfrente. Pero esa imagen no refleja la realidad de lo que es ser detective privado hoy en día, dado que, gracias a la proliferación del internet y la nueva ‘social media’, las actividades típicas de éste se han transformado de manera significativa en los últimos años. Las herramientas más útiles para los detectives privados modernos son sus iphones, y sus portátiles.
El detective privado del siglo XXI no tiene que seguirle hasta un motel a las afueras de la cuidad a las cuatro de la madrugada para confirmar que sí, está teniendo una aventura con su secretaria, porque aunque no le parezca posible, lo más seguro es que uno de los dos ha dejado, sin propósito, algún rastro en su facebook/twitter/tuento/blog. Se suele ignorar la facilidad con la que se puede piratear un cuento online, y la amplitud de la información personal que está almacenado por internet. Lo irónico de la cara nueva de la investigación personal es que los vigilados suelen ser cómplices en su propia captura, haciendo alarde de sus conquistas en línea. Pero no se debe subestimar las destrezas del detective privado por eso, porque tienen a su disposición toda una gama de equipamientos tecnológicos para encontrar direcciones y otros detalles personales, interceptar teléfonos, y seguir movimientos.
Dado que la infidelidad es la razón más común para el divorcio en España, no es una casualidad que la mayoría de las demandas que reciben los detectives privados son para investigar deslealtades de parejas. El detective privado trabaja en los asuntos personales que la policía suele rechazar, aunque sean muy importantes a nivel individual, y pueden ser esenciales para resolver a conflictos amorosos tanto como económicos y laborales. Puede ser un trabajo duro y desagradable, pero lleva un alto nivel de satisfacción personal, y por supuesto, un sueldo lucrativo. El número de demandas ha crecido de manera exponencial en los últimos años, y con la actualización constante de equipamientos tecnológicos, ha aumentado consigo la calidad de cada investigación. Así que la investigación personal es cada vez más popular, una buena noticia para los paranoicos de la sociedad moderna: el gran hermano le vigila, pero ¿qué tiene que esconder?
Elizabeth Goodwin
Registro automático