Turismo en Mendoza: historias de bandidos, lagunas hermosas y viajes al pasado
El departamento mendocino de General Alvear forma parte, junto a San Rafael y Malargüe, de la llamada zona turística sur de la provincia. Su belleza desértica contrasta con los paisajes nevados que cautivan a visitantes de todo el mundo a pasar, cada año, sus vacaciones en Mendoza. Pero con su atractivo inusual y distinto, General Alvear seduce y atrapa también.
La distribución de sus antiguas poblaciones muestra la voluntad del hombre de enfrentar y vencer al desierto. Cuna de la ganadería mayor en la provincia, General Alvear cobija algunas de las construcciones más antiguas de la región. El río Atuel marca su paso por la zona, convertido aquí en un curso de agua dulce y manso. Gran cantidad de lagunas alternan con el paisaje desértico, ofreciendo paisajes de enorme y serena hermosura donde la fauna y la flora, agradecidas por la bendición del agua, estallan en colores y rumores.
Los pequeños caseríos incitan en Alvear a entrar en otra dimensión del tiempo, muy distinta del frenesí de las grandes ciudades. Aquí, la vida se saborea lentamente, con la sencillez y la sobriedad dictadas por el austero paisaje del desierto. Vale la pena buscar la penumbra fresca de los bares más antiguos para deleitarse con las historias y anécdotas de sus pobladores. O simplemente disfrutar del placer de recorrer, lentamente y sin apuro, cada rincón de estos oasis de calma, tan cargados de historias.
En General Alvear llegaron a su fin las andanzas del legendario bandido Juan Bautista Bairoletto, Robin Hood de las pampas. Adorado y protegido por los más humildes, ya que con ellos compartía el producto de sus robos, perseguido incansablemente por la policía por más de 10 años, escurridizo como pocos, Bairoletto fue abatido finalmente en General Alvear el 14 de septiembre de 1941. Allí mismo se levanta su tumba, a la que cada año acuden innumerables peregrinos que evocan su generosidad y protección. Aún hoy, en los bares de la zona, hay lugareños dispuestos a contar las hazañas del mítico personaje. Algunos, inclusive, afirmarán que sus abuelos lo protegieron en alguna de sus permanentes huidas de la justicia. Y la figura romántica de este héroe al margen de la ley se hará presente, por un instante, en uno de esos momentos fuera del tiempo que la magia de General Alvear nos brinda.
Para los que creen que las vacaciones en Mendoza eran nieve, y nada más.
Jorge Alberto Guiñazu
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