Comer en Tokio: de cómo no morir de hambre, y un curioso sistema de reservas
Es muy probable que Tokio sea el mejor lugar del mundo para comer. La oferta gastronómica alcanza allí niveles de refinamiento sorprendentes, y acumula más estrellas Michelín que cualquier otro rincón del planeta. No obstante, alimentarse en Tokio puede presentar serias dificultades para los occidentales. La primera, la sobreabundancia de restaurantes que, se calcula, superan largamente los 30000. La segunda, y no menos importante, es la de la manera de comunicarse con el personal del local elegido. Una cosa es realizar desde casa, tan tranquilos, una reserva de hotel en línea para nuestra estadía en Tokio y otra, muy distinta, es entenderse con mozos y cajeros que, la mayoría de las veces, no hablan ni inglés, ni español, ni nada. Sólo japonés.
Sin duda alguna, este es el escenario habitual en los restaurantes más económicos de la capital nipona, ya que en Tokio, como en cualquier parte del mundo, los mejores establecimientos gastronómicos son sin duda los más caros. Quizá, inclusive, por el tipo de cambio, más caros aún para los occidentales que los de otras capitales del mundo. Y si de costos hablamos, otro detalle que debemos tener en cuenta es que los japoneses se alimentan de una manera bastante exótica para los occidentales. Y no resulta nada fácil encontrar platos más “europeos”. Que cotizan, además, llegado el caso, a precio de oro. Por lo tanto, no quedan dudas que en Japón hay que alimentarse como los japoneses.
Ahora bien, ¿Cómo evitar la muerte por inanición si el personal de los restaurantes más económicos comprende solamente su idioma nativo? Realmente, no es tan difícil como parece.
Los restaurantes más populares de Tokio acostumbran instalarse a los alrededores de las estaciones de tren. A ellos concurren mayormente los oficinistas, ofrecen menúes completos a precios muy convenientes, compuestos en general por arroz fideos y un bol de sopa, y obsequian a los comensales con agua o té verde frío a discreción (el agua corriente de Tokio puede beberse sin temor alguno). Para alivio del público extranjero, la mayoría de estos establecimientos se manejan con un curioso sistema de reservas de platos prepago. En efecto, una máquina expendedora de tickets recibe a los clientes al ingreso del local. En cada uno de sus botones hay una foto de los distintos menús o platos. El comensal selecciona un plato, paga, retira su ticket, elige mesa y, al sentarse, se lo entrega al camarero. Curiosidades de la vida en Tokio.
Jorge Alberto Guiñazu
Reserva de Hotel Online
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