Los dos cerebros
Sabemos que el cerebro está dividido en dos hemisferios que están unidos por el cuerpo calloso, que a su vez, está constituido por 300 millones de fibras de axones.
Desde los trabajos de Sperry, Vogel y Boyen en 1960, se ha concluido que los dos hemisferios son complementarios y trabajan juntos aunque con funciones bien distintas.
El hemisferio Izquierdo está especializado en la traducción de la percepción del medio (lo que perciben nuestros sentidos) a representaciones lógicas. Entre sus funciones está todo lo relacionado con el lenguaje (gramática, sintáctica y semántica) y con el pensamiento estructurado sobre esa base: lectura, escritura y cálculo.
Piensa de forma metódica y lineal (como si fuese un robot sin sentimientos), ocupándose de todo lo relacionado con la comunicación digital (la que se transmite a través de los símbolos). Categoriza y organiza la información que le llega, la asocia con lo aprendido en el pasado y se ocupa de proyectarla al futuro.
Representa nuestra parte racional y unitaria, singularizándonos como individuos. Es el que dice YO, y desde ese momento, se separa y aísla del resto de las personas. Todo pasa a ser TU, cayendo en la conciencia bipolar (ver el post La polaridad y la sombra (I) y (II)).
El hemisferio derecho está altamente desarrollado para la percepción y comprensión unitaria de conjuntos complejos, configuraciones y estructuras (un olor o una música por ejemplo, nos evoca la escena completa donde tuvo lugar esa percepción). Consigue comprender la totalidad, basándose en una de sus partes por pequeña que esta sea.
Es atemporal, se ocupa del presente y piensa en imágenes. Está conectado con el TODO. Es visual y creativo, asume riesgos y responde a la emoción. Posee un lenguaje arcaico que corresponde a una aritmética primitiva, pero con una capacidad extremadamente exacta para la percepción directa de los conjuntos (hay pastores que solo tienen los numerales, uno, dos o varios; pero son capaces de advertir de inmediato y con exactitud, si les falta algún animal de su rebaño).
En cada uno de nosotros existe una predominancia de hemisferio. En los diestros el dominante es el hemisferio izquierdo y en los zurdos el derecho.
A modo de analogía, podemos decir que las personas con predominancia del hemisferio izquierdo “son capaces de ver el último árbol de un hipotético bosque, pero no pueden visualizar el bosque en su conjunto”. Poseen un “microscopio” que les permite ver hasta el último detalle del último árbol. Por otro lado, en los que predomina el hemisferio derecho, tienen un “periscopio” que les permite “ver el bosque en su conjunto, pero no el árbol aislado”.
Deberíamos aspirar a integrar esos dos hemisferios en un único “zoom”, que nos permitiera acercarnos o alejarnos a voluntad. Esa utilización completa del cerebro nos llevaría al pensamiento holístico, capaz de integrar la parte racional con la parte emocional del ser humano.
En nuestra cultura y por lo tanto en nuestra educación occidental, se hace hincapié en el hemisferio izquierdo. Se nos enseña a pensar con la lógica de los hechos, utilizándose desde niños, la repetición como forma de “adiestramiento” subconsciente.
Por otro lado, el hemisferio izquierdo es el más fácil de medir y concretar en un cociente intelectual (CI) permitiendo etiquetar a cada persona como más o menos inteligente. Sin embargo, se ha visto que no existe una correlación directa entre cocientes intelectuales altos y “éxito” en la vida. Esto es así, porque a la hora de evaluar al alumno, las capacidades “ocultas” del hemisferio derecho no se tuvieron en cuenta (la inteligencia emocional). Hoy en día, se contemplan ocho tipos de inteligencia.
A continuación os indico una serie de ejercicios que facilitan la activación del hemisferio derecho:
Pasear o el deporte en general. Si el cuerpo se mueve, el hemisferio derecho se activa. Escuchar música sola o con letra que no entiendas Hacer dibujos o representaciones visuales de tus objetivos o ideas Usar el humor (como una forma de liberarnos de la tiranía de la lógica y de la linealidad) Visualizar imágenes con la mente. Einstein decía “raramente pienso solo con palabras”Eduardo Cabau
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