Lamentablemente
La primera semana de noviembre del año en curso, publiqué como de costumbre un artículo en el sitio que gentilmente tiene a bien publicarlos para compartirlo con todos los que quieran seguirme en la lectura ‘www.articulo.org’ El artículo en mención era continuación de otro que tiene por título ‘Arrogante mala memoria’ y el siguiente es ‘Arrogante mala memoria, segunda parte’.
Como es habitual en mi, también lo compartí con todos mis contactos por correo electrónico. Y de paso se me ocurrió algo: ¿Por qué no enviarle a Cesar Hildebrandt este artículo? Cesar publica un semanario titulado ‘Hildebrandt en sus 13, y el semanario que aparece también colgado en Internet, tiene un sitio para enviarle comentarios. Así que aproveché este espacio para hacerle llegar mi artículo.
El día 17 de noviembre recibí una llamada telefónica; y era nada menos que la señorita Claudia Blanco, que es redactora en el semanario de Cesar Hildebrandt. La señorita Claudia me dijo que Cesar leyó mi artículo y le había interesado mucho; así que Claudia me preguntó si podía conversar conmigo, para saber un poco más sobre el asunto. Acordamos la reunión para el día siguiente a las 11 de la mañana.
Soy sincero al decir que me emocionó mucho saber que Cesar se había interesado por algo que yo había escrito, y - como digo – muy emocionado llamé a mi cuñado Alfredo para que participara de la entrevista que tendríamos con Claudia, ya que él, es la persona que me facilitó los datos para escribir el artículo, y por ende el tiene que ver mucho en el mismo.
Llegó el día y nos reunimos todos. Alfredo llegó cinco minutos antes de las 11 de la mañana, y la señorita Claudia Blanco llegó a los 11 en punto – excelente sentido de puntualidad – grabadora en mano, Claudia empezó la entrevista. Como era natural las preguntas eran dirigidas a Alfredo, ya que él era el más indicado para completar los datos que faltaban en esta pequeña historia.
El semanario de Cesar sale a circulación, el día viernes. El día 18 fue jueves, entonces era imposible que nuestro artículo saliera al día siguiente. Entonces quedamos con la señorita Claudia, que nos avisaría si iba a salir la semana siguiente, ya que todavía faltaba que Cesar le diera luz verde – como es lógico y natural –
No sé si yo seré una persona media rara, pero para mí el sentido estricto de gratitud, es algo elemental e innegable en nuestras vidas. Y el objetivo principal de mi artículo es demostrar cómo alguien que pregona a los cuatro vientos ser una persona “maravillosa” y “muy culta” adolece de este valor vital. Pero más importante todavía “para mí”, era alcanzar el objetivo de ver publicado este artículo – o parte de él – en el semanario de Cesar Hildebrandt. Lamentablemente no fue así. Pero ¿Por qué este interés? Simple: dar a conocer a todos que existen personas, que a simple vista son muy “cultas”, pero en el fondo de su existencia, no saben reconocer valores elementales de convivencia humana.
Quiero agradecer de una manera muy profunda a Cesar Hildebrandt, el haber prestado un poquito de interés en estas mis humildes líneas. Y también decirle que comprendo perfectamente que este asunto se puede ver más como un problema familiar. Yo no soy familia de este señor – del cual ya no quiero repetir su nombre – pero la gratitud para mí es muy importante, por eso le estoy eternamente agradecido a Cesar – como repito – el haber prestado un poquito de interés por mi artículo, y decirle que en mi ya tiene un amigo de siempre.
Andrés Arbulú Martínez
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