Atardecer

Atardecer

¿Cuántas veces mi razón ha gritado al cielo “¡¡ya entendí!!”?

las mismas veces, por lo bajo, mi corazón se ríe y lo mira con ojos divertidos… a veces irónicos.

No puedo evitar mojarme con la lluvia, no quiero ahorrarme la ceniza del volcán, el calor del galope de caballos, los poros en la intensidad.

No quiero volver mis alas de papel, aunque a veces las estacione contra la pared como mi cello, que me mira impaciente esperando que cante con él.

Digo no, aún, a ser "adulta", a que mis ojos dejen de brillar, a condicionarme a tus estadios, a dejar de pensar que el aire que inhalo es mio y no yo de él.

Sigo bailando por dentro aunque no estés a mi lado, a veces con imaginarte me basta y así te amo, nuestro fantasma sigue tendiendo la cama, preparando café… riendo por las noches. Inspiro a la imaginación de mi espalda para que no llore más tus manos.

Los cielos seguirán siendo azules, mi mente seguirá gritándole a las nubes o desde las nubes (a veces) y mi corazón la dejará seguir gritando, haciéndole creer que es ella quien manda.

Seguiré preparando mochila y haciendo viajes hacia afuera y hacia dentro, en los cuales, más que encontrarte, espero encontrarme, construirme, quitarme las definiciones, hacerme nada, hacerme todo.

Si coincides con mis latidos serás tan bienvenida como los pájaros de la mañana y el sol naranja del atardecer, serás amada, cuidada con ternura [inevitable la imagen del pan tostado con dulce de leche a media tarde], serás libre…

Tomaré la manzana que el árbol me regala, las sonrisas de los que me aman y sus caricias y, si el sol me lo permite, moriré latiendo y por latir…

En algún momento entenderé por qué grita mi cabeza lo que grita…

V. www.brahmavadini.wordpress.com

Atardecer

Hay días

Irse

Todo pasa por algo

Sé el primero en Comentar

Recibir un email cuando alguien contesta a mi comentario