La Medición del Sonido y el Ruido
El oído transforma las presiones sonoras en sensaciones auditivas. El espectro de audición es la gama de frecuencias que puede escuchar el oído humano. Este está comprendido entre 20 y 20.000 Hz, aunque es más sensible a frecuencias entre 2.000 y 5.000 Hz.
Las sensaciones que producen las ondas sonoras en el oído dependen de distintos factores físicos: la intensidad y la frecuencia de la onda, la acústica del lugar y el momento del día, la sensibilidad de las personas o el tipo de ruido.
El ambiente ruidoso de las ciudades suele estar producido por varias fuentes de emisión tanto de origen tecnológico como de hábitos y comportamientos humanos esto conlleva a buscar soluciones para aislar el ruido. El transporte de coches, la maquinaria de obras públicas, la aglomeración de personas, los centros comerciales, etc. son el origen de algunos de los ruidos en la ciudad.
El nivel de sonido o ruido se puede medir con distintos equipos que miden niveles de presión sonora, es decir, la variación de presión que se produce en un punto determinado cuando se está propagando una onda sonora asi determinar las mediciones del ruido. La unidad con la que se expresa esta magnitud es el decibelio (dB) y el equipo de medida más utilizado es el sonómetro, diseñado para responder al sonido de la misma manera que lo hace el oído humano.
El oído humano no presenta igual sensibilidad para todas las frecuencias audibles, sino que sonidos de diferentes frecuencias pero de igual nivel de presión sonora, provocan sensaciones distintas. Por eso, en los equipos de medida se introdujeron las curvas de ponderación, siendo la más empleada la “A” (dBA).
Los valores de la escala de decibelios A van desde 0 dBA, que es el valor mínimo que las personas son capaces de oír, hasta 120 ó 140 dBA, que corresponden a los umbrales de dolor y de daños en el órgano de la audición. El límite de tolerancia o aceptabilidad del nivel de ruido ambiental es de 65 dBA.
La unidad de medida utilizada para los niveles sonoros ambientales es el “Nivel Sonoro Continuo Equivalente” (Leq), que tiene en cuenta la variación del ruido en un período de tiempo determinado, dando un dato representativo de dicho período y asi proceder a elaborar mapas de ruido.
Un aspecto importante para la protección del medio ambiente urbano es la clasificación del territorio en áreas acústicas según los distintos usos del suelo. En este sentido, la ordenanza municipal sobre contaminación acústica del Ayuntamiento de Madrid (2) define cinco áreas acústicas y limita los niveles sonoros ambientales diurnos y nocturnos de dichas áreas.
La elaboración de mapas de ruido en los municipios permiten evaluar el control de ruido y la contaminación acústica de una determinada zona y adoptar planes de acción y medidas correctoras en dicha zona.
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