El Empresario en Línea versus el Buscador de Oportunidades

Tengo una queja con el mundo de mercadeo en línea. Puede que se aplique a tu caso o no; por lo tanto, si no te corresponde, siéntete libre de dejar de leer o sigue leyendo para aprender porqué eres especial, porque esto debería servir como una alerta para los demás.

Muchas personas se consideran empresarios en línea. Dicen, “Estoy aquí para ganar dinero y cuento con los recursos y la ambición para lograrlo.” Aun así, lo que terminan haciendo es pasar de un libro electrónico al siguiente, junto con sus respectivos cursos telemáticos, gastando más dinero del que ganan y postergando la construcción de un sitio web o el inicio de un negocio porque quieren encontrar aquella oportunidad evasiva que les proporcione ganancias reales.

Ser un buscador de oportunidades no es lo mismo que ser un empresario en línea. Realmente desearía que lo fuera, porque así habría sido increíblemente rico mucho antes en mi carrera. ¿Quieres saber lo que diferencia a un empresario? Sigue leyendo.

Las Características de un Verdadero Empresario

Un verdadero empresario que está resuelto a ganar dinero en Internet abordará el asunto desde la perspectiva de un negocio y no solo como un pasatiempo que lo podría hacer rico. De hecho, ni siquiera piensa en volverse rico (bueno, tal vez un poco).

En cambio, se centra en las tareas arduas, dando lugar a una lluvia de ideas, planificando y construyendo un negocio desde cero, el cual se traducirá al final en ganancias reales y significativas. Más que pensar que cada centavo que obtiene puede utilizarse para comprar un nuevo televisor o modernizar la lavadora, vuelve a invertir el dinero en su negocio para poder sacar verdaderas ganancias del tiempo invertido en vez de unos pequeños ingresos aislados.

Un verdadero empresario se propondrá un modelo de negocio que puede operar en su ausencia. Este debería generar fuentes de ingresos recurrentes que sigan llegando aunque la persona vaya de vacaciones o se levante tarde los fines de semana. Imagínate la vida que realmente disfrutarías. ¿Sería trabajar duro durante un año o dos para construir un negocio y luego relajarte por el resto de tu vida? ¿O sería cazar continuamente cada oportunidad de “hacerte rico rápidamente” sin llegar nunca a superar tus problemas económicos o renunciar tu empleo sin futuro? Para mí, la respuesta fue bastante obvia.

Evitar la Trampa de las Oportunidades

Podría hacer todas las afirmaciones audaces que quiera acerca de construir un negocio desde cero, pero la verdad es que resulta bastante difícil sentarte a iniciar un verdadero negocio mientras haces caso omiso a los atractivos de los sistemas que prometen tanto facilitar el trabajo. Para ayudarte, aquí se presentan algunos aspectos en donde deberías prestar atención:

¿Es un sistema o una herramienta? Una herramienta resulta valiosa. Puedes invertir dinero en una herramienta que automatice parte del proceso empresarial o que facilite la generación de ingresos de forma automática. Por otra parte, un sistema que promete que no tienes que hacer nada para ganar dinero es probablemente demasiado bueno para ser verdad. ¿Es alcanzable? Si alguien pide que inviertas $2500 en un sistema generador de dinero, es demasiado costoso. No es necesario comprar un programa que te cuesta más que la cuota hipotecaria. Las pequeñas inversiones son buenas si proporcionan algún tipo de automatización, pero en general, intenta ganar dinero antes de gastarlo. ¿Se requiere más lectura? Deja de leer, mirar y observar y comienza a actuar. La manera más sencilla de ganar dinero en línea es presentarte y empezar a desempeñar el trabajo arduo que te proporcionará un dineral. Al principio podrías fracasar, pero así es como uno aprende.

Veo a demasiadas personas que luchan durante los principios de su negocio, mientras intentan construir una empresa rentable de la nada, y las que casi siempre fracasan son aquellas que inviertan la mayoría de su tiempo en buscar oportunidades. No seas uno de esos soñadores sin planes. Pon manos a la obra y comienza a trabajar. Valdrá la pena al final.