El interés de saber como comprar o vender una joya con diamante

Muchas personas vienen a mi establecimiento para que les asesore (y en algunos casos para que les compre) sobre las joyas que tienen; bien porque las hubiesen comprado ellos mismos, bien porque son joyas de sus padres o abuelos. En muchas ocasiones no sé como decir que aquello que me enseñan no tiene prácticamente valor, estas situaciones son duras a la hora de ponerte en el lado de quien pretende vender una joya por necesidad. Pondré un ejemplo: A principios de diciembre me llamó una persona con la intención de venderme un diamante de 6,85 ktes. Dicho diamante provenía de una herencia familiar. Me dijo las características y me pedía por él 170 mil euros. Yo la ofrecí (siempre condicionado a que el diamante tuviese la calidad que ella me expresaba) 100 mil euros. Consideré que ese era su precio, y pese a que me decía que tenía una oferta de 120 mil, no varié un ápice mi oferta.

Siendo que esta Sra. era de fuera de Madrid, vino a mi establecimiento a los dos días de la conversación, cosa que realmente me estrañó pues ella decía tener una mejor oferta, pero las cosas son como son y nos pusimos manos a la obra. El diamante estaba montado en un solitario, ello hacía imposible un análisis gemologico adecuado, pues el diamante "siempre" ha de analizarse sin la montura. Llamé a mi engastador para que desmontara el diamante y poder analizar el diamante con detalle. El diamante era mucho peor de lo que ella me dijo. Dicho lo anterior, y para que no hubiese duda, la recomendé certificarlo en el I.G.E. (Instituto Gemológico Español), quien coincidió plenamente con mi análisis gemológico. Allí la pidieron el teléfono por si quiería venderlo, pues al parecer allí tenían clientes que podrían hacerla una oferta. Al volver a mi establecimiento al día siguiente me enseñó un papel de una persona que se decía gemólogo y que la había tasado el diamante en los 170 mil euros que ella me pidió en un principio. Es más que evidente que este Sr. lo que hizo fue cobrarla 200 euros por un trabajo que no era de su competencia, y que lo que hacía era dorar los oidos a su clienta. Cuando se hace este tipo de tasaciones sin conocimiento real del mercado, se esta engañando y creando ilusiones que se convierten en grandes decepciones para quien tiene necesidad de vender. Por finalizar el encuentro con esta Sra. decir que la ofrecí 25 mil euros, precio que era totalmente justo. Como muestra indicar que las ofertas que tuvo desde el Instituto Gemológico Español no sobrepasaron los 10 mil euros. A eso le llamo yo usura.

Por otro lado tengo ejemplos contrarios pero con maldad por parte del cliente. Hace unos meses compré a un señor un diamante de 10 ktes por un importe de 120 mil euros. El Sr. lo vendía por haberse separado de su mujer, siendo que el diamante había sido el anillo de pedida. Cuando le ofrecí la cantidad antes mencionada me dijo que era muy poco, y que ese anillo le había costado en el año 81, 1 millón de las antiguas pesetas, y que fue tonto por no haber comprado un piso en vez de un diamante. El dinero que le ofrecí, y le pagué, era un precio "justo", pero el cliente trataba de adornarme su diamante comparándolo con otra inversión que ahora estamos viendo que no era tan rentable como nos hicieron creer.

Todo tiene su precio, pero no podemos pensar que el paso del tiempo hará que algo que es malo en sí mismo, sea bueno con el transcurrir de los años.

Mi consejo es que todo aquello que compremos, y que sea susceptible de revalorizarse, lo hagamos con cabeza y en un establecimiento altamente profesional. Y eso no significa irnos a establecimientos de renombre, ahí pagaremos muchos más de lo que realmente deberían de costar lo que compremos.

Jorge Juan

http://www.diamantesdecompromiso.com