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Aceptación de la mujer

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La mujer en el contexto actual 

Para poder ubicarnos debo aclarar que me refiero a estas mujeres del siglo XXI, año 2010.

Nos ubicaremos en la mujer de nivel medio o elemental en los aspectos económico, intelectual, espiritual y económico. La cual se desenvuelve en dos esferas, la una es el hogar y sus pequeños esfuerzos por obtener un ingreso adicional de manera informal y la otra son aquellas que a cargo de un hogar además forman parte del sector laboral formal.

Resquicios emocionales

En ambos casos estas Mujeres se encuentran sumergidas en el péndulo de la vida, esto es el ir y venir de su propia estabilidad –momentos de aceptación y tranquilidad y momentos de frustración personal y lucha-, en donde casi ninguna ha podido alcanzar un justo medio en su “Quehacer” femenino, en su vivir cotidiano que las haga sentirse satisfechas y seguras de si.

Este ir y venir de emociones encontradas se debe a una educación recibida desde su infancia dentro del seno familiar, principalmente implementada por su madre-mujer y reforzada por el resto de la familia y por una sociedad incoherente y prejuiciosa, que en estos casos –familia, hombre y sociedad-las mantiene en la mira y balanza de sus quehaceres femeninos, ya sean estos los considerados naturales o aprendidos.

Esto porque por un lado es bien reconocida la necesidad de estas por ser parte activa en la participación y aporte económico familiar y por otro son juzgadas por aquellos que las conciben con su natural existencia de ser el pilar del hogar, las que llevan sobre si y por naturaleza la gestación de los hijos, lo que para muchos implica hacerse cargo –casi de manera total de los quehaceres domésticos y de la educación de la prole, esto incluye el cubrir las necesidades de los esposos o maridos-.

Papel difícil de actuar, ya que se pone en dos manos una serie de labores, actividades, roles y responsabilidades sin la casi presencia de aquellos compañeros llamados esposos o pareja, los cuales por educación, también han considerado que su labor es la de proveer, no aceptando abiertamente la necesidad de ayuda, pero si recibiéndola cuando esta se presenta; pero que en contadas ocasiones se proponen a ellos mismos como colaboradores de las actividades requeridas dentro de la casa y el cuidado directo, constante, permanente y oportuno de los hijos; siendo así nos encontramos con que son aun los menos los que prodigan a la mujer un tiempo y reconocimiento por y en su labor.

En el caso de la mujer que se encuentra casi sometida a las labores de la casa, si se reconocen algunas como satisfechas por realizar esta labor, pero son las menos, ya que muchas otras, como necesidad natural buscan alcanzar un desarrollo personal a través de la realización de otras labores que les implican salir de casa, ya sea con la venta informal de producto alguno, muchas como obreras, otras como profesionistas, pero todas siguiendo un seño de realización en donde puedan demostrarse y demostrar que son capaces de desarrollar otras actividades, iguales o mejores que los propios hombres y en diferentes sectores.

Por otro lado están aquellas que por necesidad o gusto de satisfacer su propio Yo, deciden combinar la labor de madres con la de trabajadoras. Pero se encuentran con una realidad que las somete al escrutinio y evaluación de sus capacidades –por ser mujeres-, y son discriminadas, lo cual es claramente visto en el momento de otorgarles la oportunidad de ascenso o en el mismo salario.

Y peor aun, estas están sometidas a tanta crítica que les provoca dudar de ellas mismas y su decisión, esto porque para muchos han dejado de lado su natural labor que es la crianza y el hogar; considerándolas de alguna forma egoístas e irresponsables por no dedicar más tiempo a dichas labores y tener como objetivo el desarrollarse como seres individuales o mujeres que adquieren responsabilidades que las alejan del hogar.

No se puede negar que la intervención de sus jueces es errática, ya que solo ven una cara de la moneda, sin valorar la indispensable aportación para la familia y aunado a esto las dejan prácticamente solas para ver “Cómo se las arreglan”.

Para iniciar de lleno con este tema, no puedo dejar de mencionar que mucho de lo que se viene arrastrando como ideas que definen a la mujer fueron o tuvieron sus raíces en aquellas opiniones de hombres, que tras el resguardo de sus quehaceres filosóficos se atrevieron a catalogarlas de la siguiente manera:

“Muchas personas especialmente las mujeres no conocen el fastidio por que jamás aprendieron a trabajar regularmente”. (Federico Nietzsche). “Hay mujeres en las que, por más que se busque y se analice no se encuentra nada interior. Son simplemente máscaras”. (Federico Nietzsche). “Por la teoría de la inmortalidad del alma se explica fácilmente la inferioridad de la capacidad femenina: su vida doméstica no requiere facultades más altas ya sea de cuerpo o mente”. (David Hume).

Tendríamos ante tales definiciones, la evidencia viva del sentir hacia la mujer en esos momentos, lo que justifica o da razón al porque la mujer es vista y calificada de esta manera en nuestros tiempos, ya que no podemos negar que dichas aportaciones nos han alcanzado; y quizás vista así, deberíamos de tener como un mínimo de cordura, el deber de ofrecer disculpas a todas las mujeres, por las deducciones aterradoras y soeces de estos y otros filósofos que han demostrado, sin lugar a dudas su erudición en algunos campos del saber filosófico, pero su desventura en otros, lo que han llevado a la mujer a vivir en condiciones de sometimiento y devaluación.

En donde lo más atroz de esto es que muchas, sin lugar a dudas han creído y caído sometidas ante tales conceptos, siendo ellas mismas las que se han colocado y han aceptado dichas deducciones inverosímiles sobre ellas.

Sin embargo y a pesar de tales conceptos con respecto al tema de las mujeres, que han dejado ver su miope visión, estos hombres solo han demostrado su:

Misoginia, Espíritu grosero, Sometiendo a su capricho, Necesidad temerosa de someterlas para controlarlas y Su clara desventaja ante aquellas, hasta llegar al punto de tener que describirlas como seres de incompletas virtudes.

Pareciera que tras dichas definiciones, lo que nos encontramos es la clara visión de seres con una gran necesidad de estos –Hombres-, de definirlas así por la inseguridad y poca integridad que ronda en sus pensamientos, al grado de llevar a todas y cada una de ellas, a rebajarla en tanto a su natural dignidad de su Ser; que pronunciándonos racional y sentimentalmente debemos de reconocer y afirmar que estas, ni más ni menos, tienen las mismas capacidades conferidas a todo Ser Humano, Hombres y Mujeres, Mujeres y Hombres que adquirimos desde el mismo momento de ser Personas; ya que no existe diferencia en actuar y sentir en aquella mente y cuerpo sanos, y que tanto unos como otros puedan realizar de igual o mejor manera cualquier labor, con la diferencia que se da no por el sexo de cada individuo sino por su capacidad natural que diferencia a cada individuo y de su “Ser” con Dignidad Humana, esto claramente visto:

En nuestro hacernos personas. En nuestro desarrollo existencial de Seres Humanos. En nuestras vivencias cotidianas y el cómo las enfrentamos. En ver realizadas nuestras perfecciones naturales y aprendidas como Seres Humanos. En desarrollar cabalmente nuestra naturaleza de Personas, ya seamos Hombres o Mujeres, Mujeres y Hombres…

Concluyo entonces que sometiendo todo lo anterior al amparo de nuestra racionalidad y capacidad de expresar sentimientos y con la clara conciencia del propio conocimiento de nuestra constitución humana, tenemos que existe una tendencia natural para desarrollar íntegra y armónicamente nuestro ser espiritual y físico como individuos y como grupo, sin condicionamientos de sexo.

La pregunta es:

¿Por qué la igualdad de oportunidades entre los dos sexos ha tardado tanto tiempo en ofrecer horizontes similares…?

Tal vez parte de la respuesta se encuentre en las frases arriba mencionadas, esto por la influencia mundial que ha tomado como referencia a esos pensadores que se presentaron como los constructores del pensamiento moderno.

O tal vez porque nosotras mismas como mujeres, de manera inconciente hemos buscado casi su autorización para alcanzar esa igualdad, igualdad con la que ya nacimos…

Pero que nosotras mismos hemos ido dejando en sus manos, algunas por desconocimiento, algunas por temor, algunas por educación, algunas por comodidad… Las razones pueden ser variadas, pero el resultado el mismo, años de sometimiento y aceptación de nuestra supuesta minusvalía frente al Hombre proveedor, racional y capaz de enfrentar las duras penas de la vida para ser cabeza de familia y en muchos casos, supuestamente, proveernos de todas nuestras necesidades, ya siendo esposas, parejas, hijos o cualquiera que sea nuestro rol a su lado.

El hecho es, sin lugar a dudas, que hemos nacido bajo la predisposición social a aceptar ejemplos o paradigmas generados por las construcciones filosóficas expuestas en su momento y en el actual, las cuales claramente vistas no fueron ni han sido analizadas suficiente y correctamente, pero que ciertamente penetraron en el pensamiento, forjando así la torpe, prematura y conveniente idea de minusvalía en las mujeres.

La propuesta de hoy, por tanto, es analizar la realidad bajo la cual se mueven estas mujeres dentro de sus contextos, como se desenvuelven en el trajín de la vida y cual es su verdadero y valioso papel que desempeñan dentro de la sociedad actual.

¿Los espacios ganados?

Familiar, Social, cultural, laboral y político… Son los espacios en los cuales las mujeres han incursionado de manera destacable, esto muy a pesar de los obstáculos y las barreras impuestas por una sociedad eminentemente dominada por varones, quienes con su corta visión, aseguran fielmente estar dando oportunidad a la mujer para incursionar en áreas que para ellos no les pertenecen por el simple hecho de ser mujeres, pero que ante su racional capacidad otorgan para denotar aceptación ante todo Ser Humano, en este caso la mujer. Es aquí en donde cabría entonces… Agradecer a esos hombres la oportunidad que nos dan al permitirnos alcanzar un desarrollo personal; que falta de respeto tendrían aquellas mujeres que se atrevieran a hacerlo, ¿Qué no han entendido aun que no nos pueden dar como favor algo que ya nos pertenece por naturaleza?

El Papel que las mujeres han demostrado (no podría ser de otra forma) poder desempeñar bajo la igualdad de operación, que le es conferida por su igualdad de capacidades por el hecho de Ser Humanas, individuos cuyo sexo queda eliminado en el momento de desempeñar tal o cual labor, que en nada se distingue del ser varón.

Es necesario por tato abordar esta situación de igualdad de capacidades desde una perspectiva antropológica, lo que significa abordarla desde un conocimiento de estudio de la realidad humana, partiendo de que esta es una ciencia que trata de los aspectos biológicos y sociales del hombre o Ser Humano; ya que el constitutivo último del Ser Humano descansa precisamente en su naturaleza y a partir de ésta, se específica el modo de operar del propio Ser Humano y nunca desde la posición o perspectiva de evaluar desde el sexo al cual pertenecen.

Es obligado considerar algunas diferencias morfológicas entre Hombre y Mujer, ya que la propia naturaleza especificó muy bien las funciones de cada uno de los sexos; sin embargo en el plano espiritual e intelectual, la diferencia específica ya no se distingue de ninguna forma, y he aquí, donde la constitución sustancial del ser humano, no guarda ninguna diferencia respecto a su calidad de Ser y a su Cualidad de Hacer como Hombre o como Mujer.

Esto nos lleva a que se define por si misma la igualdad que existe entre hombres y mujeres; concediendo y aceptando tal igualdad, habría que ahondar un poco en el plano de las perfecciones, (la perfección de ser hombre o ser mujer).

Pero tendremos en este momento como punto de partida el ser explícitos en referirnos al papel fundamental y trascendental de las mujeres, en el que a ojos visto, reviste significativamente una mayor importancia en el contexto actual.

Primeramente, y como gran diferencia, se tiene que la constitución de la naturaleza femenina encierra la prodigiosa estructura para ser fecunda, y aunque esta es una labor de perpetuar la especia, de la que depende la intervención del hombre, no podemos negar que en ellas se encuentra directamente la perpetuación de la estirpe humana, pues ella concibe dentro de su ser la vida, la alimenta, la protege y le permite desarrollarse, asume su papel como procreadora y guardiana de la vida antes del nacimiento; esto es la clara perfección dada a su ser para la continuación de las generaciones que la obliga al desarrollo de la misma, frustrar su naturaleza natural y voluntaria sería tanto como negarse a sí misma.

Pero para muchos, dicha condición de procreación se ha transformado en un ancla o reten para que esta pueda desarrollarse en otros campos del conocimiento y de su rol laboral; para muchos, esa integración plena en un mundo laboral las aleja o condiciona cada vez más, pues esta se presenta exigente y demandante; al grado de someter a esta a concurso de su vocación y aptitud de ascender en este campo y desarrollar plenamente sus facultades dentro de un ámbito altamente competido, frustrando en muchos casos su condición natural, predisponiendo a muchas a la a una angustiosa necesidad de tener que elegir entre desarrollarse con plenitud femenina maternal o ser parte del sector productivo, para muchos y muchas esto los lleva a adentrarse en una tensión que causa su natural condición de mujer y la responsabilidad que viene aparejada con ésta, por una parte, y por la otra, la pretensión lícita de desarrollo armónico y la cabal completitud de sus dimensiones para lograr la plenitud de su Ser.

Tras tanta lucha, demanda social y necesidad de la mujer, considero que es este el momento de esclarecer el equívoco género en el cual las mujeres se ven inmersas, cuestión que las propias familias, los esposos o parejas y la sociedad en general introducen en la mente de estas la idea de tener que elegir entre un rol y otro, no permitiéndoles formar parte de un todo; ya que para muchos resulta difícil de distinguir en sus partes y los limita a reconocer que sin ellas, dejaría de ser lo que atestiguamos en el momento mismo de la observación en su incursión en todo sector de desarrollo humano, esto es ver una sociedad incompleta por la falta de participación de todas aquellas mujeres que han marcado cambios que ni los propios hombres a lo largo de los siglos habían logrado; pero pareciera que el papel y objetivo de muchos es ver y mantener a estas mujeres limitadas entre lo que “Quiero ser y entre lo que “Quiero hacer”; si bien es cierto que este cuestionamiento se presenta de manera natural en todo Ser Humano, ya sea Hombre o Mujer, Mujer y Hombre, ¿Por qué entonces hacer tan difícil la toma de decisión de la Mujer? ¿Acaso no se jacta esta sociedad de ser capaz ya de reconocer la igualdad de capacidades entre unos y otros?

Imposible resulta para muchos el poder separar el “Quehacer de la mujer” en todos los ámbitos de la competencia humana y distanciarlas de la idea de muchos que se tiene de esta por su naturaleza de mujer, la complementariedad que exige nuestra carencia ontológica (trata del ser en general y de sus propiedades trascendentales) y existencial, esta debe de seguir siendo limitada, sin alcanzar a dilucidar que para que la humanidad alcance su máximo nivel de desarrollo es necesario contar con la mujer, esto para poder completarnos como personas, lo cual al realizarse nos debe de ubicar en el terreno de la necesidad de los unos y los otros, sin distinción de sexos.

Situación que debe de ir mas allá de la necesidad del amor (operación que genuinamente nos instala por encima de nuestra animalidad), la cual en una mente sana nos une y nos resuelve, y nos lleva a disolver cualquier conflicto generado por la mala interpretación de nuestras diferencias.

La importancia de la mujer en la familia

Reconociendo la importancia que tiene esta como depositaria de la simiente humana, también es obligado reconocer que se ha puesto o depositado en ellas la casi custodia total de los valores, que deberán ser transmitidos generación tras generación, en donde el papel del Hombre deja mucho que desear.

Por mucho tenemos que decir que esto ha sido parte de una educación recibida por parte de la familia y aceptada por la sociedad, en donde colocan al hombre con una insignificante responsabilidad ante la formación de los nuevos seres o hijos.

Esta enseñanza de los valores morales, de los que son provistos los hijos o cualquier otro pequeño ser en desarrollo, díganse niños o adolescente, principalmente, ha sido vista como una labor y acción conferida generalmente a las madres-mujeres.

¿Pero que pasa entonces con el papel trascendental de los padres?... ¿Quién está para calificar su papel como tales? ¿Hasta donde les conferimos responsabilidad? ¿Acaso somos las mismas mujeres las que los convertimos en seres desobligados de los quehaceres familiares, dígase trabajo, educación, convivencia…?

La realidad es que es tal la presión para la madre, que esta es vigilada con celo en su papel de transmisora del aprendizaje y puesta a prueba en la acción del desarrollo de las capacidades a las que esta facultado el nuevo Ser.

Sin embargo la educación es un aprendizaje, que sí y de manera natural pasa primero por las manos de la madre en las primeras etapas del desarrollo del nuevo ser, ¿Pero por qué tendría o tiene que ser así? ¿Acaso el Hombre-padre no tiene las mismas capacidades de transmitir valores morales y educar a través del ejemplo y la presencia constante?; la respuesta debería de ser Sí, sin embargo la realidad es que la mujer como madre se obliga a satisfacer toda necesidad de enseñanza y transmisión de los primeros indicios de amor y pertenencia a la especie humana y a la familia.

Es por eso que a la mujer se le ha dado el papel de Pilar fundamental de la familia, en ella se ha puesto la responsabilidad de la consolidación de la familia nuclear, es en ella en quien se vierten las angustias y desesperaciones de cada uno de sus miembros.

Esto también se debe porque se ha estudiado que estas virtudes son parte de su naturaleza, lo que la ha llevado a desarrollar una gran capacidad de dar comprensión, ternura, cariño, amor… poéticamente es manantial inagotable en la noble tarea de la formación, la responsabilidad adquirida de facto (El hecho, en contraste con el dicho o con lo pensado), por completarse en lo que Es, lo cual deja a la mujer muy por encima de la egoísta proposición de algunos filosofastros que por su miopía, las mujeres han padecido algún tipo de marginación.

Lo justo y conveniente sería estudiar y adentrarnos entonces en ¿Cuál es el papel de aquellos Hombres que ya siendo esposos o pareja y padres deben de desempeñar? ¿Por qué darles o quitarles lo que por derecho natural están obligados a proporcionar a la propia familia?. O es que acaso, ¿Aquí si hablamos de desigualdad e incapacidades o capacidades no desarrolladas en el Ser Hombre

La mujer… vista desde la sociedad

Dentro de esa sociedad de la que son parte las mujeres, en la cual buscan desenvolverse y desarrollarse bajo el estimulo de la persecución de nuevas metas, se tiene que estas han ganado, (como si no les correspondiera por naturaleza) terrenos que en tiempos pasados les fueron vedados, encontrándose ahora con algunas facilidades que se han generado a través de las nuevas dinámicas en que la sociedad desarrolla actitudes distintas de participación para estas.

Gracias a esos pequeños o grandes cambios (dependiendo del contexto), se tiene que todo esto es lo que ha permitido a las mujeres acceder a nuevos esquemas de realización de sus potencialidades, demostrando en todos los ámbitos la capacidad de acción que no solo iguala la capacidad del hombre, sino que en algunas actividades los supera.

Volvamos al aspecto que inunda el sentir de la mujer de hoy, esto es el debate entre su “Querer Ser y su Querer Hacer”.

Es importante esto para que quede completamente clara la naturaleza de la mujer, la cual por una parte esta constituida de tal manera que pareciera que su naturaleza le exige y se encuentra en la procreación y formación de nuevas generaciones como un componente fundamental de sí misma.

Pero por otro lado surge esa necesidad, también natural de crecimiento de su ser personal, la persecución de todas sus aspiraciones, la realización en todas las dimensiones de su persona.

Ahora la mujer pareciera que ya está plenamente conciente que su papel no es solo el desarrollo de habilidades o capacidades enfocadas en el hogar, ahora se sabe capaz y necesitada de ser parte de esa sociedad en todos los ámbitos.

Pero falta algo más que añadir, esta es otra tensión más a la que la misma mujer se ha sometido casi por decisión propia, esta es aquella que contemplan muchas en la idealidad fantástica de Ser Mujer, que pareciera les impusiera un ideal de mujer de éxito, siempre y cuando se sujeten a toda aquella información proporcionada por los medios masivos de comunicación, la mercadotecnia, la cual les ha generado un esquema conceptual, que no admite la imperfección, una obra de arte sin mancha, lo que para muchas es imposible de ser en la realidad, pero que las somete a tratar de alcanzar objetivos poco reales y maravillosos; perdiéndolas en si mismas de sus reales virtudes y capacidades para convertirse en pequeños modelitos de moda.

Es aquí en donde me pregunto… ¿Acaso estaba la mujer preparada para ese papel de apertura que tanto peleo? O ¿Nunca llegó a la profundidad de su conocimiento personal para determinar los parámetros sanos, bajo los cuales debería de desarrollarse?. Pareciera que ahora compite con ella misma, con sus incapacidades, muchas No aceptadas por ellas mismas, llevándola a transformarse en otra, que la aleja de su naturaleza.

Analizando a la mujer de hoy, la cual se desempeña como madre, esposa, profesionista, jardinera, educadora, deportista, compañera, amiga, comerciante, cantante, pilar fundamental de la familia (estructura básica de la sociedad), etc.; se piensa absurdamente que de ella depende en gran medida el comportamiento social, dejando fuera a los hombres y al Estado del papel que estos también tienen que desempeñar; este es un puesto que la sociedad, que es la suma de las personas, y que las mismas personas reciben las primeras impresiones y educación por parte de sus madres, tienden a obligarla moralmente a comprometerse con ser las portadoras, casi únicas de los valores morales adquiridos dentro de sus familias, los cuales se ven reflejados en la sociedad.

Quizás es aquí en donde debamos hacer mención del papel del Estado, el cual debe de proporcional los medios igualitarios y dignos para el desenvolvimiento de Hombre y Mujeres, sin distinción alguna y sin sobresaltos para las mujeres que de una u otra manera no se han visto favorecidas, por decirlo de alguna manera en la posibilidad de desarrollarse de manera más integral.

Ya que el apoyo a las mujeres en general e independientemente del rol que desempeñen, deben de ser tomadas en cuenta por el Estado, cuyo deber es proporcionar los medios, a través de una reglamentación para que las mujeres que trabajan tengan mayor oportunidad de convivencia con su familia y en particular con sus hijos; pero la realidad es que por la necesidad que tienen de manutención familiar, en la cual se emplea la mayor parte del tiempo para satisfacer las necesidades básicas, estas se ven en desamparo y sometidas a horarios de trabajo que les impiden ser parte de la educación directa de sus hijos, sometidas sin lugar a dudas y desprovistas de herramientas constitucionales que las apoyen para poder ejercer su papel laboral y maternal; en donde, posteriormente por estos mismos –hombres, gobierno y sociedad-, son juzgadas por su deficiente labor; la cual ven reflejada en el insano desarrollo de una sociedad en decadencia, en familias desintegradas, etc., pero ¿Qué oportunidad real tienen estas para hacer un mejor papel?... Cuando o como pueden hacerlo… Les pregunto.

Por eso es necesario que la mujer, el hombre y en general la sociedad conciente se levante y exija que las políticas públicas cambien para favorecer el desarrollo integral de las mujeres y por tanto de las familias, lo que obviamente beneficiaría a la sociedad y al propio Estado, disminuyendo para estos su labor de realizar acciones que penalicen las reacciones que perjudican y por tanto ponen en riesgo a los integrantes de la propia sociedad…

La necesidad es el brindar espacios y horarios preferenciales y culturales en los cuales las mujeres trabajadoras encuentren foros de esparcimiento, educación-aprendizaje personal y de esparcimiento junto a su familia.

El objetivo es contar con Mujeres íntegras, lo que implica que estas cuenten con las posibilidades de desarrollarse en áreas como la espiritual, mental, intelectual, emocional y sentimental armónico; todo aquello que las conduzca a ser conocedoras del orden en el cual los valores son una garantía para generar seres del bien-ser, del bien-estar, del bien-sentir, del bien-hacer, del bien-saber; es el generar las virtudes de la naturaleza humana para que alcance su plenitud y felicidad en todos los ámbitos y roles de su existencia individual y social; la necesidad es inminente,  ya que necesariamente la formación de las futuras generaciones son en las cuales recaerá el futuro de la familia y por tanto de la nación.

Se apela a la sociedad, Estado y a los Hombres a Apreciar y Aquilatar el papel de las mujeres.

Lo anterior implica irrefutablemente el redistribuir las responsabilidades dentro y fuera del hogar, lo que conduciría el privilegiar el papel de aquella que es madre para que alcance su personalidad de mujer.

Es requisito que esta nueva generación de mujeres sea valorada de tal manera que reciba la coadyuva, esto es la contribución, asistencia o ayuda de otros en el desempeño de sus actividades.

Es irrefutable el asegurar que toda Mujer que logra un desarrollo armónico y pleno, garantiza una sociedad armónica y sin conflictos.

La mujer cambió, pero me pregunto…

¿Estábamos listas para este cambio?

A lo largo de los años y de las décadas, el papel de la mujer en la sociedad ha ido cambiando. Este cambio no ha sido ni rápido ni fácil, sino que se ha producido paulatinamente.

La mujer ha sufrido mutaciones en todos los aspectos de la vida: desde el ámbito familiar, hasta su papel profesional, pasando por las relaciones con el sexo opuesto, y hasta con el mismo sexo.

Partiendo de un análisis-recordatorio del papel de la mujer en tiempos pasados, se tiene que esta era vista como el objeto y no sujeto, que organizaba el hogar, con un rol principalmente doméstico, la denominada Ama de Casa, en la cual recaía toda responsabilidad y cierto poder dentro de la misma casa, esto porque sin lugar a dudas, era el hombre quien finalmente determinaba hasta donde podía llegar su libertad de acción y decisión.

Esto implementado en ellas desde su crianza, ya que desde ese momento se les atribuía y ellas aceptaban como cierto y real o irremediable su papel en todo lo relacionado con la crianza de los hijos y el cuidado del hogar.

La mujer era vista como un servicio y ayuda para el marido, ayuda condicionada y no complemento de desarrollo integral individual, matrimonial y familiar. Esta mujer era depositaria del cargo de jefa del hogar, pero limitada en cuanto a ser jefa de familia, papel que los hombres asumían.

Su principal dedicación era ser ama de casa y era impensable que la esposa se desempeñara laboralmente fuera del calor del hogar, ya que esto la colocaba en un papel de irresponsabilidad por el puesto o poder conferido a ella como jefa del hogar.

Además de que es importante mencionar que muchas de estas mujeres, ni siquiera tenían la libertad de poder elegir al hombre que pudieran considerar el Amor ideal para vivir de por vida al lado de este; generalmente eran los padres los que elegían a estos hombres-maridos por conveniencias determinadas… Y las que no se sometían a esto optaban por casarse con el primer novio, casi siempre por salir del control de los padres, lo que sin darse cuenta las llevaba únicamente a pasar de un controlador a otro, las cuales por su corta edad, sin experiencia, instrucción o libertad soportaban o sobrellevaban la futura familia en desarrollo. Para muchas, desafortunadamente, este esposo era su primer hombre sexualmente hablando, lo que para muchas era una situación de incomprensión o atadura y silencio, ya que muchas eran sometidas, por desconocimiento, a sus derechos en este aspecto. En cuanto al divorcio, ni siquiera era algo pensable, puesto que esto era sometido a juicio por la familia y la sociedad.

Actualmente todo ha cambiado, a veces para mal, a veces para bien, ya que ahora la mujer ya no es más aquella chica que se queda en casa esperando al amor de su vida, ya no se queda aprendiendo los quehaceres domésticos para llegar a ser la servidora ideal para el marido, ni tampoco se queda con la educación básica, sino que sale en busca de más.

Para muchas esto es haber pasado a un nivel de Libertad, pero la pregunta sigue en pie… ¿Estábamos preparadas para esto?.

La respuesta es NO, definitivamente no hemos sido capaces, hasta el momento de poder equilibrar el “Querer Ser con el Querer Hacer”.

Esto lo aseguro porque muchas de estas han tomado el camino fácil de la igualdad optando por el libertinaje y dejado de lado su papel de madres responsables que dando más tiempo a sus necesidades personales, colocan a los hijos y a la familia en un segundo plano; esto no puede negarse, ya que los resultados son claramente vistos en el sistema familiar que se maneja en estos momentos, en donde el gran porcentaje de estas son familias desintegradas, padres inexistentes, hijos que no respetan la autoridad de los padres, etc.

Lo cierto es que estos cambios se han presentado porque tanto la sociedad, los hombres y la familia de origen lo han permitido, se puede decir que este cambio de roles no sólo se dio en la mujer, sino que también fue un cambio social y un cambio del sexo masculino. Todos han cambiado. Pero no todos para bien, para mejorar y para superar las deficiencias humanas; no se presenta una contribución paralela entre los padres-esposos para la conformación de familias estables que puedan otorgar seguridad y valores a los hijos.

Ahora son tan deficientes los ejemplos que pueden otorgar los padres-educadores, que esta nueva generación quedó en medio del Autoritarismo de los padres y la falta de Respeto de los hijos.

Por eso es que los padres de hoy se preguntan con tanta insistencia y preocupación… ¿El Por qué del comportamiento de los hijos?; en donde muchos ignorantes se atreven a decir que así son las nuevas generaciones, que es la naturaleza de la juventud de ahora; pero cuanta irresponsabilidad hay en estas deducciones, cuando todos sabemos que eso es solo el resultado de padres inexpertos o irresponsables por adquirir conocimiento… Primero de los miembros de cada uno de los integrantes de su familia y aunado a esto por su falta de interés por adquirir conocimientos que los conduzcan a desempeñarse de manera efectiva e integral como padres-educadores que tengan conocimientos, capacidad e interés por desarrollar las habilidades y potencialidades de sus miembros familiares.

Hablando específicamente de la mujer, se debe decir que siendo estas las que desempeñan varios roles (sociales, laborales y familiares) simultáneamente, estas (la mayoría) han optado por su propio Yo, dejando la gran carga emocional y moral de mujeres y madres-educadoras a terceros; podría ser natural, ya que es difícil realizar todos los papeles de manera asertiva si no se tiene conocimiento o preparación, pero también es un gran pretexto que muchas utilizan para desligarse de ese peso, aunado a esto se tiene que no podemos olvidar el incipiente papel del Hombre, padre y esposo que en muchos casos es casi inexistente… los cuales conciente o inconcientemente creen que siendo proveedores están cumpliendo con su labor o papel asignado.

En cuanto a la educación a terceros, me refiero a dejar a sus hijos en manos de familiares, cuidadores o instituciones educativas… peor aun a los medios de comunicación como son la televisión y el Internet para que sean estos los que implementen ideas en los hijos, las cuales quedan plasmadas en sus mentes y que en muchos casos no tienen que ver con los valores familiares que los padres tienen considerados, pero definitivamente para muchos es mejor cerrar los ojos o dar media vuelta, pegar un grito, ser agresivos castigando o regañando, que sentarse un par de minutos para conocer y educar a sus hijos.

La influencia de la sociedad moldea un tipo de mujer, la mujer que sale a luchar, que no se queda solo con lo que se le da, algunas lo hacen sí por necesidad, muchas otras por gusto o auto superación o por huir del tedio que les ha provocado estar, casi arraigadas en casa.

Lo que lleva a muchas a busca una mejor vida para ellas y para su familia, pero desafortunadamente se tienen aquellas que solo buscan el tener una mejor vida para ellas. Muchas quieren alcanzar el poder, dejar atrás el ser vistas como el sexo emotivo, susceptible, llorón, el llamado sexo débil, buscando alcanzar el titulo del sexo que va al frente y lucha contra todo y todos.

Estos cambios también se han presentado en el aspecto sexual, en donde las mujeres dejaron de ser pasivas para convertirse en activas, esto es el ser ellas quienes toman la iniciativa para el nuevo romance; pero hablando de la incapacidad para manejar la libertad, muchas caen en papeles deshonestos en donde se convierten de sujetos a objetos de placer o convierten a los hombres en lo mismo. Papel que denigra a muchas y las lleva a ser las promotoras de la desintegración familiar y ejemplo de vida errático para sus hijos.

Si bien he especificado que el papel del hombre dentro de la familia no es de gran trascendencia para la educación (en muchos casos), esto por su poca participación, tampoco puedo dejar de reconocer que sin el apoyo moral, sentimental, intelectual, espiritual y económico que estos aportan, se tiene una mayor posibilidad de perpetuar la familia; lo cual es visto, se está desmoronando y perdiendo terreno ante la influencia de la sociedad que en mucho transmite la idea de que el “Fin Justifica los Medios” o de que para que exista un “Ganador, obligadamente debe de existir un Perdedor”. Es así de competitiva la lucha que presenta el individuo en el momento que sale del seno familiar y se enfrenta a la Sociedad.

Han sido tantos y tales los cambios sociales y principalmente la idea que la mujer va creando acerca de Si misma y la vida, que se ha llegado al punto (no natural), que ahora ya ni siquiera es necesaria la presencia física de los hombres para poder procrear, ya que hoy en día con los nuevos métodos de concepción, como la inseminación artificial, el hombre es dejado a un lado, ya no se necesita de él para tener hijos y formar una familia. Torpe idea…

Tocando el aspecto económico y los beneficios de la intervención de la mujer, se tiene que en aquellas familias en donde ambos padres trabajan, esto tampoco ha otorgado grandes beneficios, ya que aun con dos salarios, y por la situación del país en el cual vivimos, el ingreso solo alcanza en la mayoría de los casos para alcanzar a cubrir las necesidades básicas de subsistencia, dejando a los padres tan desgastados que realmente poco hacen o pueden hacer ya por dejar tiempo para la educación directa y personalizada hacia sus hijos, y menos aun para que ellos como pareja-esposos puedan disfrutar de momentos que los unan como tales, esto en aspectos que los complementen y los hagan provocar uno en otro el incremento de amor, razón por la cual se supone que se unieron, -muchos se han olvidado de ellos mismos-. Teniendo como resultado obvio el poner en riesgo la institución del matrimonio.

Ha cambiado tanto la perspectiva de familia y matrimonio, que en la actualidad, muy pocas mujeres consideran indispensable tener una pareja estable para poder tener una familia. O en donde muchos hombres al saberse padres, sin haberlo planeado, se alejan de la mujer y del hijo o hijos, dejándolos bajo el desamparo emocional y económico.

Algo que se presenta con más frecuencia en nuestros días es que muchas mujeres se casan o juntan con hombres a edades más avanzadas de las que antes lo hacían; ahora muchas dejan pasar años de noviazgo y/o muchos hombres en sus vidas, esto según ellas buscando al hombre indicado, lo cual no es que sea un error, ya que ese es el objetivo final de unirse a alguien; el error se encuentra en el “Cómo” buscan esas parejas, ya que muchas caen en la promiscuidad, en relaciones efímeras, en la soledad emocional o física… o puede ser que sus parámetros ahora sean muy elevados, o puede ser que no conozcan las implicaciones reales de lo que significa amar y ser amado y que como seres imperfectos, en todos podemos y con seguridad vamos a encontrar deficiencias, errores o imperfección.

Por otro lado, el sexo se ha vuelto más casual, está bien visto tener affaire. No es necesario esperar hasta casarse para tener relaciones, por el contrario, se esta produciendo un cambio, sobretodo entre las adolescentes, que ven erróneo llegar vírgenes al matrimonio.

Error de vida, ya que se da tanta importancia a la compatibilidad y satisfacción sexual, que se deja de lado el conocimiento profundo de la persona a la cual están entregando un cuerpo; ¿Cómo es posible que ahora importe menos lo que corresponde a la persona, su intimidad de pensamientos, sentimientos, anhelos, etc.?, que el ir probando de cama en cama cual es el hombre indicado.

No es porque la virginidad tenga un aspecto de rectitud y honradez que determine la personalidad e integridad de la mujer, es la incapacidad de estas para encontrar la realidad de la persona a la que se van a unir.

Pero sí bien en las maniobras de acercamiento, las mujeres empezaron a tomar la iniciativa y su manera de hacerlo era mucho mas selectiva y discreta que la que practican los hombres, ahora se tiene que estas están dejando de lado la discreción y selectividad dejándose llevar por el ¿Cómo se ve? ¿El que tiene o cuanto tiene? ¿El como me satisface en la cama? Etc., si se dan cuenta se deja de lado al Ser Humano y sus virtudes por la elección de factores superfluos que terminarán agotándose o cambiando y que finalmente terminarán desilusionando y separando a la supuesta pareja y su unión.

Las mujeres tienen el poder de estudiar, trabajar y tener éxito propio pero a la vez no quieren renunciar a su feminidad, pero realmente ¿Cuántas de estas mujeres saben o están concientes de lo que es Femineidad?

La realidad es que en toda mujer actual hay una mezcla entre la nueva autonomía individual y la tradición; lo cual lleva a muchas a enfrentarse a ellas mismas y a caer en desequilibrios, culpas, contradicciones… que finalmente las llevan a la desilusión y frustración por que no alcanzan la plenitud.

Por eso afirmo que no estábamos preparadas para la tan peleada Liberación Femenina.

Lo que ahora vemos como resultado del cambio que ha provocado el despertar de la mujer ante su lucha por la llamada igualdad, es que ciertas normas y valores sociales han ido desapareciendo, esto como la importancia de la virginidad, la posición de la mujer en el hogar como pilar de la familia, la integridad en sus acciones, la entrega plena al llamado Ser Amado…

Hay tantas que se enfocan en alcanzar objetivos como el ganar terreno en diferentes ámbitos de la sociedad, otras caen desafortunada y principalmente en aquellos ritos de belleza, la seducción liberal y hasta libertina (esto a cualquier edad), el querer alcanzar y permanecer a la moda. Lo que las lleva a perder su esencia natural y su individualidad.

Todo esto al grado de que para muchas la belleza o estética se ha convertido en un código de vida con el cual consideran pueden alcanzar el éxito o autorrealización, esto les permite sentir que se auto valoran y por consiguiente manejarse erróneamente en una falsa autoestima. Lo anterior implica el cuidarse físicamente, el estar a la moda, el buscar el glamour y seducir al sexo opuesto, esto entre otros aspectos. Aspectos vanos que solo denotan un ego que por naturaleza terminará alcanzándolas por el avanzar de los años.

Consideran a lo exterior vital, y poniéndolo para muchas por encima del desarrollo intelectual y espiritual, se tiene como punto de partida el ser un símbolo de belleza. Lo que nos lleva sin lugar a dudas a la creciente necesidad de muchas de llegar a las cirugías estéticas que han encontrado su auge y siguen a la alza. La mujer hace de todo para verse mejor, para sentirse cómoda con su cuerpo y consigo misma. ¿Pero, realmente lo logran?

Todo lo anterior se puede considerar como factores que caracterizan cada vez más a la mujer actual, la que considera que a través de esto ha conquistado el poder sobre ella misma, esto en cuanto al hacer, sentir, pensar y decir…

Pero, ¿Cuantas de ellas lo hacen sobre bases sólidas de conocimiento y preparación, buscando su individualidad, defendiendo su femineidad y definiendo su personalidad? y ¿Cuantas otras solo se dejan llevan por una corriente impuesta por la sociedad, la mercadotecnia o los medios de comunicación, bajo la falta de reflexión de que se están convirtiendo en objetos y no en sujetos libres, autónomos e inigualables? ¿Cuántas han decidido cambiar su naturaleza de fecundidad, que muchas si desean, por alcanzar a través de la competencia esa igualdad con los Hombres?

La mujer y el trabajo

Al tomar la mujer la decisión de ser parte del sector laboral se encuentran con tener que decidir el tener que compaginar la vida familiar con la laboral, lo cual, muchas equivocadamente, sin la capacidad de comunicación afectiva y efectiva con sus parejas asumen ambos papeles solas; la realidad es que debería de existir un acuerdo matrimonial en donde ambos contribuyeran tanto fuera como dentro del hogar para cubrir las necesidades tanto de las labores domesticas, como y principalmente la educación de los hijos.

El rol de amas de casa, madres y trabajadoras... Lleva a la mujer a intentar adaptarse al mundo profesional-laboral, aunque éste no se moldea a sus necesidades. Esta es una realidad que vive la mayoría.

Cuando no se tiene la preparación o en muchos casos la capacidad de hacer compatible el trabajo de madres, esposas y trabajadoras… Se llega al punto de que todos esos roles que desea desempeñar se convierten en una pesada carga que inevitablemente las lleva a no sentirse satisfechas, a sentirse frustradas por su bajo o incompleto desempeño, las lleva a dudar de sus propias capacidades y sus motivos para querer realizarse en otros ámbitos… Finalmente las desestabiliza, lo cual lleva a toda la familia a pasar por esa misma sensación de inseguridad y que en casos extremos llegan a requerir de asistir con profesionales en el área emocional-psicológica o a padecer enfermedades de tipo físico. No todas cuentan con el apoyo familiar (básicamente) para poder manejar las presiones externas e internas que sus actividades provocan.

Pero para aquellas que han podido superar sus propias deficiencias, temores y que cuentan con el apoyo y aceptación de la familia, el resultado es completamente diferente, pues esas experiencias las enriquecen, las hacen seres saludables emocional y físicamente, lo que también les permite reafirmarse con su identidad femenina como seres productivos más amplios, las lleva a un encuentro con ellas mismas, las valida como mujeres, madres y esposas, lo que lleva a la familia a poder crecer dentro de un ambiente de estabilidad y armonía que garantiza su perpetuidad como tal, esto a pesar de los cambios naturales que se presentan en las familias, estos son los diferentes estadios o etapas por las cuales pasan todas… Lo que incluye desde el momento de casarse, tener al primer hijo, los hijos en la escuela, la separación de los hijos del hogar y finalmente el quedar la pareja sola para continuar su vida en unidad, como cuando iniciaron.

Obviamente, los cambios que presenta la mujer actual lleva directamente al tema de… ¿Cuáles son los estilos de madres que se presentan hoy en día?

¿Por qué el modelo de maternidad está en transición?

La mujer actual busca una nueva manera de ser madre, de poder cumplir con lo que esto implica y obliga moralmente, pero pareciera que aún no encuentra el justo medio.

Por un lado tiene que se encuentra atrapada entre su naturaleza maternal y las cada vez mayores y mejores oportunidades de desenvolverse en el mundo laboral, empresarial o profesional… La cuestión para estas es cómo adecuarlas. Esto, con seguridad se convierte para muchas en una gran inseguridad que las lleva a vivir bajo tensión permanente. Nuevamente prueba que no estábamos, ni estamos aun preparadas, pero seguimos en pie de lucha y búsqueda.

Modelos de madres (los más significativos):

La culposa. La que genera cambios. La frustrada. La depresiva.

Tras estudios realizados a las familias actuales, se tiene que estas se caracterizan por:

La inseguridad de las madres de hoy. La inseguridad de los padres de hoy.

Estos temores son variados, para muchos se presentan:

Justo antes del nacimiento de los hijos. El miedo al parto. El estado de salud del recién nacido. Siguen después el temor a: No desempeñar bien su labor como padres o madres. A no estar a la altura de las necesidades del recién nacido. Pero desafortunadamente muchos se quedan estancados en este punto, puesto que son pocos los que acuden a buscar apoyo u orientación para el desempeño de su nueva labor.

Hablando específicamente de las madres, se tiene que esto se presenta con mucha frecuencia en ellas porque:

Tienen miedo a no lograr su labor de manera asertiva por razones de baja autoestima. Esto es el tener una mala imagen de si mismas. Por no haberse preparado y dar por sentado que ser madres es cuestión de naturaleza. Lo que al entrar en acción detectan que no es así, ya que se requiere de preparación; a muchas de estas las lleva esa situación de inseguridad por encontrarse aisladas de familiares, amigos o profesionales que las puedan guiar.

“Esto se presenta porque aun no se ha entendido que para ser padres es obligado someterse a una preparación”

En cuanto a su autoestima, que es sin duda baja o inestable, esto las lleva a percibirse como madres que temen no ser buenas mamás.

Que se preguntan con frecuencia si su hijo las va a querer. Si van a ser capaces de entender cuáles son las necesidades de sus hijos y en que aspectos. Si van a ser capaces de entender cuando sus hijos las llaman y para qué. Si van a tener la capacidad de demostrar a través de la comunicación no verbal o los gestos adecuados, sus sentimientos y sus intenciones. A cuestionarse hasta donde van a tener o tienen el derecho a hacer tal o cual cosa que consideran favorable para sus hijos sin interferir con la libertad de estos.

En cuanto a los resultados en la crianza se tiene que:

Estas se confunden al ocuparse de un hijo: Puesto que desconocen que toda educación tiene que pasar por la razón, por las emociones y los sentimientos de manera equitativa para educar asertivamente. De no ser así los resultados en el desarrollo de los hijos se verá mermado.

 

En cuanto a los gestos, estas deben de entender que son importantes sentimentalmente para ellos: Pero finalmente pudieran pasar a segundo término, puesto que son corporales sin contacto físico. En donde muchos de estos no son procesados de manera emocional, ya que su cerebro no los registra aun como manifestaciones de amor. De esto estamos hablando en las primeras semanas del nacimiento de los hijos.

 

Ya con unos meses de vida, los gestos o implicaciones de expresiones faciales sí pasan a ser parte indispensable para la transmisión de afecto y demostraciones de sentimientos. Esto es parte de lo que el hijo irá aprendiendo para luego él repetirlo y poder comunicar sus propios sentimientos de la manera adecuada.

 

Para que el hijo crezca y encuentre el placer en la relación: Es importante que la madre lo provea de lazos afectivos.

 

Pero en situaciones de inseguridad, a muchas madres les resulta difícil poder manifestarse de esa manera: Puesto que conciente o inconcientemente estas se encuentran asustadas, tensas e inseguras. Desafortunadamente estas emociones o sentimientos son percibidas por sus hijos. Provocando en estos una sensación de Inquietud o Inseguridad, lo que se manifiesta a través de: Su comportamiento inestable, como las rabietas. Los enfrentamientos. Las respuestas de negación. El no aceptar comer a sus horas o todo lo que se les ofrece. El dormir pero no descansar. O en el peor de los casos callar sus sentimientos. Inestabilidad emocional. E inseguridad ante la pertenencia al grupo familiar.

La crisis de identidad.

Como ya se ha aclarado anteriormente, la incursión de la mujer en el mundo laboral, para alcanzar su desarrollo personal ha resultado para muchas difícil de manejar.

Esta crisis de identidad se ve claramente en el momento en el cual cuestionan, principalmente, su imagen de madres.

La evolución del concepto de maternidad es uno de los principales focos de interés y conflicto para la mujer de hoy.

La mujer quiere validarse como madre…criar bien a sus hijos. La mujer quiere desarrollarse profesionalmente… desarrollar sus propias capacidades. La mujer quiere tener tiempo para su entretenimiento… sentirse individuo.

Estos tres puntos anteriores le generan conflictos existenciales, ya que a veces es difícil poder compaginar todo, esto por falta de apoyo de la pareja, por falta de tiempo, por falta de preparación y por no contar con un proyecto de vida personal y familiar que sirva como guía y apoyo en donde se hayan reconocido las necesidades de manera congruente a su realidad y capacidades, esto a corto, mediano y largo plazo.

En tiempos pasados la mujer vivía bajo un esquema rígido, las madres subordinaban sus propios deseos y se excluían de otras áreas de realización para dedicarse totalmente a la crianza.

“Mucho se habla de que las cosas han cambiado, lo cual es cierto y de que la mujer tiene hoy derecho a la autorrealización y la autosatisfacción”

Pero es aquí cuando me atrevo a declararme en contra de la anterior afirmación, esto porque no me encuentro de acuerdo con la afirmación de que ahora “Tiene derechos”, acaso antes “¿No los tenían?”…

Por supuesto que siempre los tuvo, esto por la sencilla y compleja razón de ser un Ser Humana, nacida Mujer con dignidad natural. Pareciera que ella misma agradece que se le haya otorgado algo que ya le pertenecía.

La realidad es que estos derechos le fueron negados por siglos, por aquellos hombres que satisfaciendo sus necesidades a través de éstas, las limitaban, esto como se mencionó al principio del presente escrito, los hombres (varones) la invalidaron como Ser apto para desarrollarse como Ser-mujer… aunque bajo otros factores y condiciones -me atrevo a realizar una comparación-, esto es similar como considerar que ahora los hombres y mujeres tienen derecho a la “Libertad”, la cual era suya desde el momento de ser concebidos; tal pareciera que la mujer ha sido favorecida por esos hombres al darle algo que “Ya era suyo”…

Entonces… ¿Por qué parece que agradecemos?

El rol de madre… juzgado por la sociedad

Para esta sociedad incesante de cambios e insaciable de necesidades, hace que la mujer se enfrente a su ambiguo concepto de lo que Ella debería de Ser y Hacer, Dar y Recibir, Sentir y Hacer Sentir…

¿Cómo es posible que a años de distancia de la inserción de la mujer al sector laboral, esta todavía no haya podido encontrar un equilibrio interno?

Esto lo digo porque me encuentro a diario con mujeres que se cuestionan acerca del poder real que tienen dentro del manejo de sus propias vidas, de su capacidad y libertad para el hacerse o rehacerse fuera del hogar…

Aun siguen contemplando que existe una competencia natural que las llama a la maternidad y otra que les pide considerar el desarrollo de sus capacidades naturales y aprendidas puestas en acción fuera de sus familias…

¿Cómo es posible que no hayan entendido aun que ambas son capacidades y necesidades naturales que pueden ser realizadas?

Quizás la respuesta se encuentre en que ni ellas mismas han analizado, reflexionado y aceptado a través de la razón y los sentimientos su vocación como Seres Humanos –Mujeres- y que aun se encuentren sujetas a las condicionantes impuestas en sus mentes desde los inicios de su educación; o que muchas de estas se encuentren tan atadas al “Que dirán de mi” si me realizo como Mujer… Lo que también viene a terminar siendo una cuestión de educación o implementación de ideas en sus cerebros. ¿Pareciera que requieren de una aceptación de terceros para continuar?

Y Sí, todo viene básicamente de una educación de generaciones atrás, transmitida principalmente dentro del seno familiar y paradójicamente reforzada a cada paso por otras Mujeres… Sus Madres; atadas estas a las viejas costumbres.

Para muchos, lo que he expuesto arriba parece ser cosa de algunas pocas, pero esto no es así, puesto que la mayoría de las mujeres solo dejan ver la cara del éxito o libertad de acción y se someten ante ellas mismas acerca de sus sentimientos más internos no dejando ver a muchos esa disyuntiva de maternidad y trabajo; ya que esto podría ser a claras vistas una señal de debilidad e incapacidad, la cual ha sido utilizada por muchos para mantenerlas atadas dentro de los hogares.

Sí ellas mismas creyeran en Ellas y sus capacidades, se darían cuenta de la gran capacidad que tienen para desarrollar más actividades y de diversas índoles que los propios hombres, los cuales no se han visto retados por la vida para alcanzar a desarrollar habilidades tan diversas como lo ha hecho la propia Mujer.

Pareciera que la propia mujer se presenta para ella misma como su propia enemiga de desarrollo, con deslealtad ante sus habilidades, sin reconocerse como seres capaces y completos para salir adelante…

Pero, ¿Qué tan concientes están los padres-educadores y familia del mal que han hecho a estas al hacerlas sentir que su deber natural se encuentra solo dentro del hogar? ¿Acaso se han preguntado la fuerza de sus palabras hacia esas mujeres que educan e imponen ideas de obediencia sin razón, las cuales actúan por temor a ser juzgadas? ¿Acaso esos educadores y la propia sociedad no ha podido avanzar para liberarse de tales ideas y ser capaz de transmitir que existe una real igualdad entre Hombres y Mujeres?

Pero sin culpar, culpando, “Cuanto mal hacen aquellos que siendo parte de esas familias en donde la mujer por necesidad o gusto sale a trabajar, dejan solas a estas”, ya que en poco son participes de las labores que requieren realizarse hacia el interior de una familia… Me refiero a esos Hombres llamados Esposos o Compañeros que bajo una educación machista, crecieron pensando que la casa es Responsabilidad de aquella Mujer a la que eligieron formara parte de sus vidas.

Pero bueno, no todo es negro o blanco, ya que existen los que se reconocen como incapaces de Solos poder sacar una familia adelante, aceptan que no son omnipotentes, de que no todo le corresponde a su Mujer y que habrá cosas que ellos mismos no sean capaces de realizar ni solos ni acompañados… con esto de acompañados me refiero a aquellos que no ven a la mujer como complemento, sino como objeto de trabajo, aquellos que no se acercan a su compañera a solicitar nuevas o diferentes opciones de resolución, aquellos que están acostumbrados solo a dirigir, organizar, mandar, determinar, etc., sin tomar en cuenta las experiencias y raciocinio de la Mujer.

Ya existen muchos Hombres actualmente, que por iniciativa propia comparten las tareas de crianza como padres, lo que implica estar presenten en la escuela, el médico, los juegos, en general en todo lo que compete al que se atreve a llamarse padre-educador.

Estos son esos esposos o parejas que ya reconocen los obstáculos reales con los que se enfrentan sus mujeres día a día, y que requiere de más esfuerzo del que ellos mismos realizan porque estas siguen en muchos casos sujetas al escrutinio de muchos para poder alcanzar a demostrar de lo que son capaces de realizar. Y Sí esto es algo que aun en este siglo se sigue peleando –la igualdad de trato y oportunidades sin considerar el sexo-, esto ante compañeros de trabajo, amistades o la propia familia y lo peor hasta con ellas mismas.

Si no somos capaces de dejar atrás la antigua concepción de la mujer, implementada a través de la educación, ¿Entonces que posibilidades tiene esta de dejar atrás sus inseguridades y remordimientos, sus cuestionamientos existenciales que la llevan a la frustración, culpa y depresión?

Es requisito de nuestra modernidad dar un estatus nuevo a la Mujer dentro de la propia sociedad, para que a través de este hecho se reconozca su necesidad en todos los ámbitos, esto sin limitaciones y otorgándoles una buena imagen de sí mismas como individuos.

Ahora ya podemos hablar de “La pareja” como responsable de la crianza y conformación familiar, esto para aquellos casos en los cuales los hombres han asumido su responsabilidad y aceptado sus limitaciones; y bajo esa responsabilidad se tiene la ardua labor de la preparación a través del estudio para el conocimiento de nuevas técnicas de educación-enseñanza que podrán dar a los hijos y a la familia en general la oportunidad de corregir errores y trascender.

Ahora, con gran fe podríamos pensar que estamos hablando de una nueva generación de individuos aptos para vivir en sociedad proporcionando beneficios a otros para su sana convivencia.

Ahora podemos esperar una sociedad participativa y conciente de las responsabilidades a las que están obligados a ceñirse, una sociedad en la cual no se requiera de tanta intervención de los guardianes de la seguridad… Esto porque las familias han hecho un buen trabajo de compromiso y educación que moralmente puede impedir a los individuos a ser agresores o irresponsables en sus quehaceres humanos.

Para estos momentos nos encontraríamos con Mujeres que ya no tienen que enfrentarse a sus dudas de incapacidad, a la presión que marcada por la idealización de lo que se creía debería desear y hacer la Mujer; ahora no sería necesario pedir ayuda, pues la contribución masculina de daría por si misma, de manera voluntaria y natural.

Hablando de cambios dentro de la sociedad, desafortunadamente también nos encontramos con aquellos que llevan a muchas mujeres a creer que tener un hijo es una labor que ellas solas pueden enfrentar, ya que se adhieren a la idea errónea de la autonomía, el arreglárselas sola… lo que para muchas es visto como un “Valor”, pero han olvidado que en estos casos no se trata de ellas, sino que esto invariablemente tiene que ver con la percepción con la que va a crecer su hijo, en donde obviamente estos requieren de tener una imagen paterna favorable; es aquí en donde se encuentra el “Valor” como tal, en la capacidad de la mujer por elegir a este compañero que sea capaz de aceptar y asumir la responsabilidad total del compromiso adquirido, es aquí en donde se demuestra la inteligencia para optar por una u otra opción, siempre con el objetivo de proporcionar los mejores beneficios a todos y cada uno de los miembros de la familia que desean formar.

Ahora ya no se trata de que si puedo sola o no hacerme cargo de mi hijo, sino de que si puedo o no hacerme cargo de la vida que tengo que vivir con plenitud y complementariedad con otro Ser Humano, ya sea este esposo o pareja.

No se si conciente o inconcientemente la Mujer se está dejando llevar al extremo de la vida, esto es el “Todo o Nada”. Fatal error. Otro signo más de que no estamos preparadas ni nos estamos preparando para los cambios sociales y personales; vivimos por vivir, actuamos por actuar… ¿Y las consecuencias quién las paga?. No nos preparamos para saber “El Cómo Hacerlo”, esa es nuestra realidad como Mujeres.

Para que la Mujer se sienta segura de su rol como madre y trabajadora es necesario que no se confunda una capacidad con otra y que se acepte que la una no elimina a la otra. Todo es cuestión de priorizar, de organización, de trabajar para incrementar la autoestima

Lo que se requiere es que estas Mujeres del hoy alcancen a comprender, aceptar y entrar en acción para desarrollar esas habilidades innatas con las aprendidas y las puedan compaginar.

Esto la obliga a determinar que modelo de madre quiere ser y solo lo puede alcanzar a través de la preparación y apoyo de especialistas en el área o en el mejor de los casos con el apoyo del esposo o pareja, esto a través de una planeación de vida personal, de pareja y familiar.

De esta manera alcanzará esa serenidad para poder ejercer el papel de madre; esto implica también que ambos padres ejerzan su papel bajo el sentido de “Seguridad” de sus sentimientos, lo que les hará el camino más llevadero y podrán actuar sin agresividad en el momento en el cual se enfrenten con situaciones no esperadas o reacciones y acciones de sus hijos no contempladas o enseñadas.

El mejor inicio para ser Padres debe de partir de la conciencia de la existencia de Amor incondicional por sus hijos y por la familia; lo que sin lugar a dudas les requerirá de más tiempo de calidad, pero que a la larga esa inversión les dará la satisfacción de ver a sus hijos desarrollarse en completa libertad y asertividad; lo que implica para los padres no tener que ser “Resolvedores” de problemas ante las decisiones de sus hijos, sino que han hecho un trabajo anticipado de educar para “Preveer”, lo cual es menos desgastante y más satisfactorio.

Arriba se mencionaron los tipos de modelos de madres que se han identificado, ahora ahondaremos en cada uno de ellos.

Estos son: La Madre Culposa, La que Genera Cambios, La Frustrada y La Depresiva. Los cuales no son excluyentes unos de otros.

1.- La Madre Culposa:

La culpa es, sin duda, uno de los elementos que más caracteriza a las madres de hoy.

Estas enfrentan los juicios sociales, los cuales pareciera que siempre está atrasados respecto de los avances que experimenta la sociedad. Lo cual lleva a muchas mujeres-madres a aceptar los estándares sociales y permitirles ser cuestionadas. Esto provoca en ellas inseguridad de acción.

 

Hoy aún se tiende a criticar a la madre de familia que opta por privilegiar su desarrollo profesional. Bajo la inseguridad o baja autoestima muchas mujeres se ven limitadas en su actuar por los conceptos preconcebidos, y lo peor es que los aceptan. Ya sea no realizándose como mujeres-individuos. O dejando atrás sus necesidades y sujetándose solo al papel de madres-educadoras.

 

La mujer que acepta un cargo de alta responsabilidad, por ejemplo, muchas veces se enfrenta al juicio social de que abandonó a sus hijos. Bajo tales prejuicios muchas rechazan el ascender a nivel profesional o laboral. Otras lo aceptan, pero viven con la culpa moral y la duda de si será cierto que eligieron abandonar a sus hijos por aceptar cargos de mayor responsabilidad y desarrollo.

 

Lo más probable es que esa mujer busque compensar esa culpa de una u otra manera. Esto se puede ver en aquellas madres que tratan de compensar sus supuestas faltas a través de actos efímeros (para muchos), y las llevan a realizar actos como: Celebraciones de los quince años. Viajes costosos o no, pero finalmente vistos como compensaciones. Generalmente hablamos de aquellas que compensan material y económicamente a los hijos por no encontrarse de tiempo completo con ellos; esto evidencia la culpa que sienten.

 

También existen formas de compensación “Menos Sanas”, como las recompensas a través de la permisividad. Muchas caen en el juego de los hijos que han aprendido que pueden obtener beneficios por la culpa que sienten sus madres y que las expresan. Lo que lleva a los hijos a convertirse en seres manipuladores o condicionadores para obtener beneficios que en muchos casos ni requieren, ni los benefician. Pero que les otorga poder sobre el sentimiento de sus madres.

 

Se presentan aquellas madres que al desconocer sistemas adecuados de educación, se enfrentan cotidianamente a los comportamientos inadecuados de sus hijos. La respuesta de muchas de estas, para poder sobre llevar la situación y supuestamente disminuir la tensión, pero sin alcanzar a otorgar educación adecuada es: Cuando esto se presenta en público su primera opción es buscar complacer los berrinches, pataletas y falta de respeto a su autoridad como madres a través del otorgamiento de lo exigido por los hijos. Esto puede deberse a su inseguridad y temor por no ser juzgadas por esa familia y sociedad que las tiene en la mira, la cual las puede descalificar como madres aptas para educar. Muchas creen que la situación o reacción de sus hijos sería diferente si ellas se encontrarán de tiempo completo a su lado, algo que no es cierto en todos los casos. Ya que existen madres existentes físicamente, pero inexistentes emocionalmente. Otras lo hacen porque no pueden permitirse ver sufrir a su hijo por ningún motivo. Llegan a tal grado de culpa, que siente que si el hijo sufre, es por culpa de ellas.

2.-   La Madre que Genera Cambios:

Es la madre que está consciente de que no quiere seguir el modelo antiguo de madre omnipotente y que aspira a desarrollarse como persona en otros ámbitos.

Estas se enfrentan a conflictos existenciales y emocionales ante su necesidad de participar en la sociedad o en el sector laboral. Pero aún no sabe “Cómo” lo va a hacer para cuidar su casa al mismo tiempo. Nos encontramos nuevamente con la incapacidad por falta de preparación emocional e intelectual. Acción que la mayoría rechaza pretextando no tener tiempo o necesidad.

 

Bajo el conflicto en el que viven, y el buscar nuevas maneras de presentar su Valía, lo que provocan es: La generación de crisis por la falta de conocimiento del “Cómo” comunicar sus necesidades e inquietudes. Convierten los hogares en campos de batalla y lucha de poderes. Lo que lleva a muchas parejas o matrimonios primero a una separación emocional-sentimental y posteriormente a una separación física. Evidenciando nuevamente la necesidad de preparación y conocimientos, a los cuales no están siquiera cerca de buscar.

 

La ventaja que puede presentar una madre en este sistema de comportamiento es: El poder demostrar a los hijos la existencia de otras opciones de vida. Es el dar herramientas de trabajo diferente, a través de una educación que pueda transformar su visión con respecto a los roles preestablecidos.

 

Esta madre se encuentra más capacitada para proporcionar a través de la educación y el ejemplo el desarrollo de diferentes capacidades humanas: Como son la reflexión. El análisis crítico. El auto-conocimiento (capacidades y debilidades). Las diferentes posibilidades que sí existen para encontrar solución a los conflictos o situaciones que se presenten en la vida, esto en acciones y sentimientos. El interés por que cada acción realizada por ellos los lleve a dar un beneficio a otros.

 

En cuanto a la transmisión en la educación: Muchas han alcanzado a desligarse de los conceptos preconcebidos por la sociedad o insertados en sus mentes por la familia. Están abiertas a otorgar nuevas realidades y no a sujetarse a viejas verdades. Son capaces de enseñar a los hijos a distinguir una verdad de una realidad.

 

Ya muchas han aprendido a entender las necesidades reales de sus hijos. Y aun no sabiendo todas las respuestas, se sienten seguras de poder priorizar y dar satisfacción a estas considerando los sentimientos que van unidas a estas necesidades.

 

En muchos casos, aun se tiene que algunas madres se somete al antiguo modelo de maternidad “aunque éste no le acomode”, lo que las lleva a: Persistir en provocar en su diario hacer, el realizar cambios que le permitan desarrollarse en diversos ámbitos. Para muchas de estas les resulta difícil dejar atrás la educación dada, aquella que les implica realizar el papel de madres perfectas. Pero aun así buscan seguir adelante buscando opciones que puedan adecuarse a sus diferentes roles. Esto es que aun no se gana la batalla existencial dentro de sus propias mentes, pero tienen el valor de continuar buscando generar cambios. Esto es el satisfacer la autovaloración como madres, sin dejar sus actividades laborales y sociales.

 

Muchas de estas se mantienen en ese rol exclusivo de madre porque sienten, culturalmente, que es una obligación y no se permiten del todo vivir su opción en libertad. El riesgo de estas mujeres en la sociedad actual es que se encuentren algún día sin tareas. Esto porque la propia naturaleza familiar va a marcar de manera natural el momento en el cual los hijos salgan de la familia de origen para formar la nuclear. Y en cuanto a la organización social, se tiene que esta llega a ocupar tiempo en la vida de los miembros de la familia (especialmente en los hijos), los que cada vez se ven más alejados de la familia; sus tiempos ahora son compartidos por otros grupos como la iglesia, la propia escuela o actividades extracurriculares, de distracción, deportivas o intelectuales. La alternativa real para estas es que sin dejar de ser madres, opten por buscar los satisfactores personales que les permitan continuar con sus vidas en el momento que sus hijos salgan del hogar y tengan que continuar ellas con sus vidas. Es el aceptarse como parte y complemento de la vida de sus hijos, pero no aferrarse a depender física y emocionalmente de su presencia.

 

Tambi

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