La factura de la naturaleza ya nos ha sido presentada
No se sabe con seguridad si se trata de una leyenda del cristianismo o una simple creencia popular, la que afirma que los animales no pueden pensar, por lo tanto no tienen alma. Su falta de raciocinio, tal como afirmó el doctor de la Iglesia san Agustín, lo destina para ser animal de matanza “El justo orden establecido por el Creador ha sido ajustado para que su vida y su muerte estén supeditadas a nuestro provecho”. La falta de sensatez de los doctores de la iglesia, ha conducido a que la Tierra se haya convertido en un campo de batalla, un auténtico matadero.
La postura intelectual de san Agustín marcó en lo sucesivo al llamado occidente cristiano y condenó a los animales a una vida llena de dolor, sufrimiento y muerte, puesto que el animal desprovisto ya de alma, quedaba sin compasión alguna a merced del hombre para ser matado en base al supuestamente «justo orden establecido por el Creador». Miles de millones de animales víctimas de tortura, denuncian y acusan a la institución Iglesia y a sus padres y doctores, de ser los responsables de su miseria así como por el correspondiente embrutecimiento de los seres humanos. La enseñanza de “san” Agustín nada tiene que ver con Cristo y el cristianismo, a pesar de que Dios dio a los hombres el Mandamiento inequívoco ¡No matarás!
Aunque actualmente la parrilla casera y la sartén sustituyen a los altares para víctimas sangrantes y la mesa de la cocina sirve como banco de descuartizamiento para sacar las entrañas a los cadáveres animales, no debemos olvidar que la base de todo ese comportamiento sangriento en todos los tiempos fue dictado por los hombres-sacerdote. ¿Pero qué dijo Jesús de Nazaret? El advirtió: «Lo que hagáis a la más pequeña de mis criaturas, eso me hacéis a Mí» (Mateo 25, 40)
Iris Radisch, redactora del periódico alemán Die Zeit, publicó el siguiente planteamiento que debería hacernos reflexionar: « ¿Qué sucedería si los animales nos considerasen también carentes de alma, sólo porque somos diferentes?... /... Sería absurdo creer que las personas somos capaces de hacerlo todo bien, pero eso no nos da derecho a hacerlo todo mal». Una mirada real del mundo con sus sobredimensionadas catástrofes, nos demuestra que el hombre, convertido en rey de la cadena alimenticia, efectivamente lo ha hecho todo mal respecto al trato con la naturaleza y los animales. De esta forma la factura de la naturaleza ya nos ha sido presentada y pronto vendrá el recibo.
Vida Universal
Teresa Antequera Cerverón
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