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El “señor” Luis Thais, que es el jefe del plan de gobierno de Toledo dijo que la Iglesia Católica no debe meter la religión en asuntos civiles y legales. Dijo también que el Perú es un país libre y democrático por lo que consideró que la iniciativa de su partido se refiere a modificaciones legales que permitirán a parejas homosexuales “gozar de derechos civiles”
Lo que no se están dando cuenta es que la cosa no va por allí. Si un hombre con cierta posición económica holgada, decide proteger legalmente a otro hombre para que no quede - este segundo hombre - desamparado y en la miseria, hay decenas de formas legales para hacer esto, sin necesidad de llegar a una unión “matrimonial” civil. Porque eso es cuando una pareja heterosexual se casa por lo civil, se llama matrimonio también, y no es que sea una simple unión civil.
Lo que en el fondo se está tratando de hacer, es que se vea como una cosa normal que dos hombres o dos mujeres, tengan relaciones sexuales con la mayor naturalidad del mundo. Yo le preguntaría a este señor Luis Thais – pero antes de hacerle esta pregunta quiero pedir disculpas a mis lectores, porque voy a ser un poco crudo en mi apreciación, y es que si no se dicen las cosas como son, no se puede ver la dimensión del asunto, algunos pensaran que es escandaloso hablar de esta manera, pero las cosas son así – y esta misma pregunta se la haría también a Aldo Mariátegui, que ayer en la entrevista que le hicieran en el canal 2, dijo que estaba de acuerdo también con la unión entre homosexuales. Y para Aldo la pregunta es más directa porque él tiene un hijo. El señor Luis Thais, no sé. Y la pregunta es – nuevamente con las disculpas del caso -: ¿Estarían de acuerdo que sus hijos varones, sean penetrados sexualmente por otro varón, y a su vez ellos luego, penetrar al hombre que los penetró?
La pregunta es fuerte, pero esa es la intención al tratar de legalizar esto, y no el desamparo económico de una supuesta “pareja”. Es bien fácil estar de acuerdo con algo que no nos atañe, pero cuando se trata de nosotros la cosa cambia.
Si quisiéramos entrar en más detalles en esta relación, se podría hacer, pero la cosa seria más fuerte aun. Quiero dejar de tarea a todas las personas – hombres y mujeres – que están de acuerdo en que se legalice esta unión. La tarea es que hagan uso de su imaginación. Imaginen a sus hijos o hijas, teniendo estas relaciones. Imaginen a detalle esta relación, con todo lo que implica sexualmente, y luego traten de compartirla con sus familiares y amigos. A ver qué sucede. Y luego me cuentan que les pareció. Esto no es un asunto de religión o creencias cucufatas, es un asunto de apreciación de los acontecimientos.
Andrés Arbulú Martínez
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